“Podríamos aumentar la producción de godello de Valdeorras un 50% y la venderíamos sin problema”

Entrevista a José Luis García Pando, presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Valdeorras. En el ecuador de su mandato, hablamos con él de las principales retos de una DO que está de moda

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“Podríamos aumentar la producción de godello de Valdeorras un 50% y la venderíamos sin problema”

José Luis García Pando, presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Valdeorras

Cumplido el ecuador de su mandado -en agosto hará dos años- al frente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Valdeorras, hablamos con José Luis García Pando de los principales retos a los que se enfrenta esta DO, la que más interés está suscitando en los últimos años entre los inversores de fuera de Galicia.

Llevas dos años al frente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Valdeorras. ¿Qué balance realizas?
Positivo, en el sentido de que en el Consejo Regulador volvemos a retomar la senda de promoción de los vinos de Valdeorras, de forma que estamos de nuevo en ferias en las que habíamos dejado de estar presentes, volver a retomar el contacto con sumilleres, la presentación de la DO en distintas ciudades españolas a través de catas…etc.

En el Consejo Regulador no paramos y mantuvimos una intensa agenda en esta primera mitad del año, que es cuando más se concentra la promoción.

Eres también viticultor y bodeguero. ¿Como empezó tu relación con el mundo del vino?
En Valdeorras es difícil no tener alguna vinculación con la viticultura porque el vino forma parte de nuestra cultura, de nuestra vida y los que somos de aquí de una o de una otra forma vivimos el mundo del vino.

Mi bisabuelo tenía una bodega en Entrambasaugas, en una aldea de Rubiá, mi abuelo también cultivaba las viñas. En mi casa se hacía vino y tengo recuerdo de pequeño de pisar las uvas con los pies descalzos y luego ya con catiuscas y de meter orujo dentro de las cubas. La viticultura forma parte de mi vida.

¿Como definirías el momento en el que estáis ahora en la Denominación de Origen Valdeorras?
Agridulce. Dulce en el sentido de que los viticultores ven que su trabajo es valorado y pagado. De hecho, las uvas en estos dos o tres últimos años se estuvieron pagando a unos precios muy decentes.

Y las bodegas están vendiendo bien todo el vino a unos precios que les permiten estar en el mercado con unos márgenes justos.

Sin embargo, también es un momento agrio porque en los últimos años nos hace falta mucha más producción, que por incidencias climatológicas no tuvimos. Esto lastró la posibilidad de aumentar las ventas y estar presentes en más mercados que por falta de vino en estos dos últimos años no pudimos entrar.

«Necesitamos producir más uva para atender la demanda del mercado»

Ahora mismo en el vino Godello aunque produjéramos un 50% más tendríamos ningún problema en comercializarlo. Pero tenemos que contar con que el mercado es global, de forma que competimos con otros vinos blancos de grandes bodegas de Rueda o de otros sitios.

¿Cómo se están comportando los precios en la DO Valdeorrras?
El godello en la pasada vendimia se vendió en un margen de 1,80 a 2,50 euros el kilo. Y la mencía osciló entre los 0,90 euros el kilo y los 1,40 euros. En cuanto a la Garnacha, también se pagó bastante bien, de 0,80 a 0,90 céntimos y el Palomino o Jerez es una variedad que prácticamente sólo recogen las cooperativas a un precio que no es de mercado.

El precio medio de la botella de vino de Valdeorras varía mucho: desde uno genérico que puede salir de la bodega a poco más de 2 euros la botella a alguna elaboración especial que sale a 150 euros. Pero el precio básico de un Godello joven, sin lías ni envejecimiento en madera, está en un mínimo de 5 euros en bodega. La escasez de uva que hubo en estas dos últimas vendimias permitió que todas las bodegas subieron los precios de venta.

En cuanto a las plantaciones de nuevos viñedos. ¿Se ve dinamismo en los últimos años para aumentar la superficie vitícola de la DO?
Sí, de hecho las plantaciones de nuevos viñedos aumentaron notablemente. Muchos viticultores y bodegas están incrementando superficie y se ve un dinamismo en esos dos últimos años que no se observaba años atrás.

Esto va a permitir en los próximos años aumentar considerablemente las producciones, fundamentalmente de las variedades preferentes Godello y Mencía. Y si quitamos el factor problemático que padecemos tanto de heladas como de mildiu de los dos últimos años, tendríamos ya un aumento bastante significativo; a lo mejor no tanto en la totalidad de la producción, pero sí de las variedades preferentes, sobre todo de la Godello.

«Las bodegas estamos vendiendo el godello a como mínimo 5 euros la botella»

¿Se superó el enfrentamiento entre el modelo de viticultura de Valdeorras que apostaba por mantener las variedades no preferentes como Garnacha y Jerez, y aumentar las producciones por hectárea, frente al modelo de las bodegas que apostaban más por variedades preferentes y por controlar más las calidades?
Creo que el mercado pone a cada uno en su sitio y lo que estamos viendo es que los consumidores nos piden vinos de alta calidad, elaborados a partir de varidades diferenciadas y a precios interesantes.

El modelo de producir apostando por la cantidad y con variedades que no dan una calidad del vino tan alta y que no están diferenciadas, va a menos año a año. La propia dinámica del mercado está provocando que el Palomino va a ser en unos años una variedad en extinción, mientras que la Garnacha puede mantenerse porque sigue habiendo una demanda de vino tinto, gracias a que es una variedad muy buena para elaborar vinos genéricos. Pero también porque viñas viejas de Garnacha se están recuperando para elaborar vinos de parcela monovarietales que están dando unos resultados expectaculares.

Y lo que sí aumenta año a año es la plantación de Godello y de variedades gallegas tintas que hasta ahora eran testimoniales, como la Sousón o el Albarello, que nos están dando una gama muy interesante de tintos muy diferenciados para elaborar vinos de guarda. Y eso está siendo posible gracias a una serie de bodegas que apostaron por explorar nuevos territorios con vinos de los que sentimos orgullo.

La DO. Valdeorras fue una de las primeras de Galicia en las que llegaron grandes bodegas de fuera a comprar viñedos y bodegas. ¿Os preocupa al Consejo Regulador que las bodegas locales pierdan el control de la DO?
Los grupos que entraron en los últimos años no vinieron buscando sacar vinos a menores precios, sino todo lo contrario: elaborar un vino de mucha calidad, invertir en el territorio de la DO y vender a un precio por encima del promedio.

Por otra parte, en Valdeorras tampoco es fácil comprar terreno. Es decir, adquirir 100 o incluso 50 hectáreas de viñedo, como sí se puede hacer en otras DO, no es posible aquí debido al minifundio. Lleva muchos años comprar fincas para hacer un viñedo de un tamaño adecuado. A parte de que hay que esperar unos años para que la viña entre en producción. Por eso, casi todas las bodegas que vienen de fuera quieren comprar ya un viñedo hecho y una bodega.

En este sentido, creo que de momento deberíamos estar contentos de que empresas de fuera vengan a apostar por nuestra Denominación de Origen, porque este tipo de inversiones no son deslocalizables, sino que están vinculados al territorio.

¿Estáis de acuerdo con el sistema para realizar nuevas plantaciones de viñedo en España?
El modelo claramente no nos gusta. Lo que ahora se llama autorizaciones administrativas de plantación de viñedo debería ser competencia de la Xunta de Galicia, tal y como reclamamos los consejos reguladores de las DO´s gallegas desde hace tiempo. La Comunidad Autónoma es la administración más cercana y la que mejor conoce la realidad de las distintas denominaciones de origen.

De momento, cada uno va haciendo como puede, como comprar viñas abandonadas, para poder plantar. De momento no es un factor limitante, pero sí lo puede ser en el futuro.

«Las Comunidades Autónomas deberían gestionar las autorizaciones para nuevos derechos de plantación»

En todo caso, el aumento de la superficie de viñedo debe estar siempre acompasado a la demanda del mercado.

¿Cuáles son los grandes temas pendientes del Consejo Regulador?
Los objetivos son que se conozca más la marca Valdeorras y que nuestro vino se venda más y a mejor precio. Cómo lograrlo es donde está el debate. Estamos limitados y condicionados por el poco vino que tuvimos en los últimos años, y que nos está impidiendo estar en más mercados y tener más conocimiento.

Nuestra gran materia pendiente es crecer más en producción y seguir apostando por la calidad. Respecto a esto último, estamos implantando la acreditación de ENAC, que garantiza la máxima trazabilidad y calidad de nuestro vino. A veces las pequeñas DO´s cumplimos mejor incuso que las grandes. Sirva como ejemplo que Rioja o Ribera del Duero aun no están acreditadas por ENAC.

Por último, ¿Que le pedirías a la Administración como presidente del Consejo Regulador?
El tema de los derechos de plantación de viñedo creo que es fundamental. Y luego, reducir el exceso de burocracia, que sabemos que es enormemente engorrosa y complicada. Creo que debería haber más trabajadores públicos en las oficinas agrarias comarcales, más funcionarios preparados para asesorar de forma que las aficinas agrarias comarcales vuelvan a ser el centro dinamizador, formador y asesor para toda la gente que quiere trabajar en el campo.

Lo que no puede ser es que una persona que quiera trabajar en la agricultura o en la ganadería esté meses bloqueada en su negocio por un trámite burocrático.

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