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Importantes profesionales del mundo del vino se reúnen estos días en la ciudad de Ourense dentro del IX Concurso Internacional Tempranillos al Mundo y el I Certamen Internacional de Vinos Blancos Gallegos, ambos organizados por la Federación Española de Asociaciones de Enólogos (Feae) y la Asociación Gallega de Enólogos (Age).
El presidente de la Feae, Santiago Jordi, habla en esta entrevista del presente y del futuro de los vinos gallegos y de la profesión de enólogo. Horas antes visitó la Denominación de Origen Ribeiro, la más antigua de Galicia, y participó en Ribadavia, junto a otros 30 prescriptores, en la cata de vinos de 23 referencias de vinos blancos y tintos de 16 bodegas.
¿Como se está desarrollando el IX Concurso Internacional Tempranillos al Mundo y el I Certamen Internacional de Vinos Blancos Gallegos?
De momento la valoración es muy positiva. Hemos comenzado por la cata de vinos blancos gallegos y el lunes se conocerán las puntuaciones, aunque el jurado de cata ya ha avanzado que habrán varios vinos distinguidos con altas valoraciones. A continuación hemos catado los vinos tintos Tempranillos, una cata que continuará este jueves.
El sector vitivinícola gallego ha dado un importante salto tanto en profesionalización como en comercialización en la última década. ¿Que valoración le merecen los vinos gallegos?
La vitivinicultura en Galicia, tanto por terroir como por las características propias, y en especial por sus variedades autóctonas, está en el top ten de las principales regiones vitivinícolas del mundo.
En Galicia se ha apostado por recuperar las variedades de vid autóctonas y eso, junto con el respecto por el medio y un clima atlántico que permite que la uva tenga una maduración lenta, hacen de ella una región perfecta para la viticultura.
“El consumidor prefiere vinos frescos, ligeros y diferenciados”
El mercado se ha cansado de grandes producciones y de vinos que son iguales unos a otros y valora más los vinos diferenciados, se busca el terroir, los vinos vinculados a un territorio y a una historia. Si es cierto que es necesario avanzar más en profesionalización y mejora de la gestión comercial de las bodegas. Pero a nivel de calidad y de competitividad, los vinos gallegos se encuentran entre los mejores del mundo.
¿Cuales son las tendencias en el consumo del vino a nivel mundial desde el punto de vista de la calidad y tipos de caldos?
Hay una preferencia creciente por parte de los consumidores por vinos frescos y ligeros, que mariden bien con las comidas ligeras, y es una tendencia que ha llegado para quedarse. Hasta no hace mucho los más demandados eran los vinos con mucha estructura, cuerpo y envejecimiento en madera. Eran vinos que maridaban bien con platos más fuertes. Sin embargo, la crisis ha provocado un cambio en las tendencias: ahora el consumidor va más de picoteo que de restaurante y prefiere vinos más ligeros.
Por otra parte, la gente joven ha abandonado el consumo de vino por bebidas más refrescantes y con menos alcohol, y creo que se la puede enganchar al consumo con vinos más ligeros y no tan alcohólicos. Y aquí los vinos atlánticos como los gallegos están muy bien posicionados de cara al futuro.
¿Podría hablar de algún vino gallego que le haya sorprendido últimamente?
Más que hablar de bodegas o de vinos concretos, diría que me gustan las variedades minoritarias: desde un Mencía de la Ribeira Sacra, hasta un Treixadura o un Godello. Galicia tiene el lujo de contar con cinco denominaciones de origen muy diferenciadas en cuanto a clima, terroir y apuesta por variedades autóctonas.
Sin embargo, asegura que el sector vitivinícola gallega aún tiene asignaturas pendientes, ¿Cuales?
Se ha avanzado mucho en lo que es la enología, con un potencial enológico altísimo. Sin embargo, hay que mejorar en lo que es la gestión comercial de las bodegas, para posionarse bien en los mercados, especialmente en lo que es la exportación. En definitiva, seguir apostando por la profesionalización.
¿Y a nivel de viticultura, de la producción?
La mejora en viticultura está en entender el medio y en que el enólogo y el responsable de campo trabajen conjuntamente para adaptar el cultivo de la vid a las condiciones particulares de la parcela, máxime en Galicia donde contáis con una gran cantidad de microclimas y de terroirs diferentes.
“Todo vino que se venda al público debería estar certificado por un enólogo”
Por lo demás, la tendencia es a reducir los tratamientos, tanto de fungicidas como de herbicidas, para caminar hacia una viticultura más sostenible y adaptada al medio. El objetivo es lograr la mejor uva, para así, y no al revés, lograr el mejor vino.
Y en cuanto a la profesión de enólogo, ¿Cual es la situación actual y que reivindican ante la administración?
Como profesionales somos los responsables de que un alimento, el vino, cumple las condiciones sanitarias y alimentarias. Sin embargo, mientras que en los demás alimentos la comercialización tiene que estar avalada por un profesional en el caso del vino no. En este sentido, demandamos que, tal y como establece la reglamentación de la Unión Europea, la venta del vino deba estar avalada y firmada por un enólogo que certifique que cumple la legislación. Se trata de una competencia de las Comunidades Autónomas por lo que en España no existe un criterio uniforme y por lo general no se exige que para vender vino al público tenga que estar certificado por un enólogo reconocido oficialmente.
