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El mildiu es la principal enfermedad que afecta a los viñedos en Galicia y supone un auténtico reto para mantener una viticultura sostenible económica y medioambientalmente. Este hongo, llegado a Galicia a finales del siglo XIX desde Norteamérica, es un quebradero de cabeza para los viticultores de zonas húmedas como Galicia, y explica descensos de la cosecha de más de un 50% de un año para otro.
En este sentido, diversos expertos reunidos el pasado día 6 en Sober, Lugo, dentro de las primeras jornadas técnicas sobre “Estrategias de control del mildiu en la vid” defendieron la necesidad de que la Xunta ponga medios para mejorar los niveles de predicción de aparición de la enfermedad a nivel de zona. Una fitopatología que este año ha aparecido casi con un mes de adelanto respecto a las fechas habituales.
Actualmente la Estación Fitopatológica do Areeiro, dependiente de la Diputación de Pontevedra, realiza avisos fitosanitarios para la Denominación de Origen Rías Baixas, y la Estación de Viticultura y Enología de Galicia (Evega) los realiza, además de para Rías Baixas, para las denominacións de origen Ribeiro, Ribeira Sacra, Monterrei y Valdeorras. El problema es que estas predicciones, basadas fundamentalmente en datos de temperatura, humedad y estado fenológico, son genéricas, sin concretar a nivel de subzona, algo clave dada la gran variación entre los diferentes microclimas de una misma Denominación de Origen.
Este año el mildiu ha aparecido con un mes de adelanto
A este respecto, Pedro Mansilla, jefe del Servicio de Fitopatología de la Estación do Areeiro y el mayor experto de España en estudio de mildiu en viñedo, señaló que “el futuro está en los modelos de predicción, pero para que sean efectivos necesitamos contar con datos durante bastantes años y habría que hacerlo para cada zona para que funcionasen bien”.
Y es que una vez superado el antiguo modelo de predicción del mildiu conocido como de los tres dieces (Longitud del brote de 10 cm o superior, caída de una lluvia de 10 mm mínimo en entre 24 y 48 horas y temperatura media superior a 10ºC), “el futuro está en los modelos de previsión”, destacó Pedro Mansilla. Fundamentalmente son tres: el EPI, basado en el estado potencial de infección; el PECOR, o de previsión de contaminación o infección primaria y el POM, o de previsión del óptimo de maduración de oosporas, que es el que actualmente emplea la Estación do Areeiro.
“En Burdeos, por ejemplo, tienen datos de maduración de oosporas de mildiu desde hace 40 años. Además de disponer de datos de varios años, en Galicia estos modelos habría que desarrollarlos en cada zona”, subrayó Mansilla.
Escasa efectividad de la lucha biológica contra el mildiu
Por su parte, Ana Díez Navajas, investigadora en Neiker-Tecnalia relató la experiencia del Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agraria una viña de ensayo en la costa guipuzcoana mediante técnicas de control biológico.
El control biológico, basado en la introducción de un antagonista (insecto, otra bacteria…etc) que reduzca la cantidad de inóculo de mildiu no ha dado hasta ahora resultados efectivos. “En estos momentos no hay ningún antogonista comercial contra el mildiu, por lo que debemos seguir teniendo muy en cuenta las condiciones ambientales y seguir realizando un control químico y unas buenas prácticas culturales para prevenir la aparición de mildiu”, concluyó Ana Díez Navajas.
Lo mismo ocurrre con los productos naturales bioestimulantes. Así, Pedro Mansilla recordó que según un estudio realizado en la Estación do Areeiro para ver sus posibles efectos en el control del mildiu “algunos no funcionaron nada y otros más o menos”.
Nuevos productos en la lucha con el mildiu en viñedo
Por otra parte, en estas jornadas organizadas por la Evega se presentaron tres productos innovadores en la lucha contra el mildiu en viñedo.
En concreto, Juan Jesús León Pozas, técnico de Agrinova Science S.A presentó Botrysec, un producto a base de silicio con un riqueza del 98%, que se adhiere a la hoja de la vid impidiendo la proliferación de hongos y bacterias, a pesar de ambiente húmedo. Este producto crea una película sobre el cultivo que reduce drásticamente tanto la humedad ambiente como las posibles condensaciones a nivel foliar.
“Además, la planta absorbe parte del silicio, reforzando la absorción de nutrientes, y se trata de un producto que no presenta residuos”, destacó el técnico de Agrinova Science. La dosis es de 5 a 7 gramos por litro de agua y en épocas de alta incidencia de mildiu se puede aplicar con otros fitosanitarios.
Por su parte, José Ramón Gallego Boquete, técnico de Basf, presentó el nuevo fungicida preventivo de la multinacional alemana: Enervin Top, que combina Metiram con Initium, elaborado a partir de Ametoctradina, un nuevo compuesto químico.
“Este nuevo fungicida actúa sobre la respiración celular del hongo de mildiu, con la ventaja de que no presentan resistencias cruzadas y con un nuevo modo de acción mediante minúsculos cristales que van liberando los principios activos sobre la epidermis de la hoja de vid”, explicó José Ramón Gallego Boquete.
Enervin Top se presentará comercialmente en envases de 1 y de 5 litros. Se puede aplicar desde el desborre hasta el envero, con una buena acción sobre el racimo, y una dosis recomendada de 2,5 litros por hectárea. Se recomienda un máximo de 3 tratamientos por campaña y el plazo de seguridad es de 35 días.
Por último, Christophe Desvals, técnico de Belchim Crop Protection, presentó Mildicut, un fungicida sistémico de acción preventiva que “garantiza -subrayó- 14 días de protección real y que también actúa sobre la membrana mitocondrial del hongo de mildiu”. La dosis recomendada es de entre 3,5 y 4,5 litros por hectárea para tratar, preferentemente, en floración.
Desvals destacó también que su compañía lanzará próximamente al mercado español Valis F, un fungicida de acción curativa y erradicante, con resistencia al lavado, para aplicar desde floración hasta cierre de racimo.
