Llegan las variedades de vid resistentes a enfermedades

Entrevista la Leonor Ruíz García, investigadora del Equipo de Viticultura y Enología Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Alimentario (IMIDA), en el que se está investigando con las variedades de vid resistentes al mildiu o al oídio.

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Llegan las variedades de vid resistentes a enfermedades

Leonor Ruíz García.

Leonor Ruíz, investigadora del Equipo de Viticultura y Enología Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Alimentario (IMIDA), participó en las jornadas Winetech Plus “Los nuevos caminos de la viticultura y la enología”, recientemente celebradas en Santiago de Compostela, con una ponencia sobre “Las variedades híbridas resistentes a enfermedades: el vino que producen, cero tratamientos fitosanitarios”.

¿En que consisten las nuevas variedades híbridas de vid residentes a las enfermedades?
Se trata de realizar cruzamientos dirigidos, por lo tanto no es nada que no ocurra en la naturaleza de manera espontánea, solo que en este caso elegimos las variedades: una comercial que es sensible a una enfermedad y otra variedad de vid que de manera natural es resistente.

De lo que se trata es de escoger entre la descendencia aquellas que heredaron la resistencia de la planta donadora. Posteriormente, a través de sucesivos cruzamientos con la variedad comercial poder introducir la mayor parte de sus características agronómicas para poder elaborar el tipo de vino que nos interesa.

Al final obtendremos una nueva variedad que es portadora de la resistencia natural que ha sido donada por otra variedad y todas las características agronómicas y de calidad de la variedad comercial.

¿Se puede resentir la calidad del vino con estas nuevas variedades?
Eso va a depender del número de generaciones con las que se cruce la variedad híbrida portadora de la resistencia con la variedad comercial. Cuantos más cruzamientos sucesivos, más idéntica será la calidad del vino al de la variedad comercial.

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Variedad Regent, una de las más cultivadas en Alemania.

El problema es que las variedades donantes que llevan la resistencia tienen unas características agronómicas y de calidad que no son deseables para la calidad del vino. De aí el interés de ir cruzando sucesivamente el híbrido con la variedad comercial de interés y al final se obtiene una variedad en un 99% idéntica a la variedad de calidad, con lo que la calidad del vino será idéntica y no va a haber problema.

 

¿Cual es el grado de implantación de estas variedades híbridas de vid en España?
Creo que nuestro centro, el Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Alimentario (IMIDA), está siendo el primero en estos programas de mejora. Pero creo que cada vez tendrá más interés porque la Unión Europea va a obligar a disminuir la cantidad masiva de fungicidas que se utilizan en la vid, con los problemas de contaminación de suelos y acuíferos.

“Con estas variedades los tratamientos fitosanitarios en Galicia se podrían reducir bastante”

En Galicia las condiciones climáticas son muy diferentes a Murcia. ¿Es extrapolable esta línea de mejora genética de la vid a nuestra comunidad?
Creo que es precisamente en Galicia, donde llueve tanto y más se desarrollan las enfermedades fúngicas de la vid, donde se deberían iniciar ya estos programas de mejora porque al final no obtengas una variedad 100% tolerante al mildiu o al oídio, simplemente si reduces los tratamientos fitosanitarios de 10 a 2 ya es un éxito, tanto en ahorro para el viticultor, como para la calidad y sanidad de la uva, como para el cuidado del medioambiente. Hay incluso variedades de vid que solo necesitan entre 0 y 1 tratamientos.

¿Cual es el grado de implicación de las empresas privadas en estas variedades?
Lo ideal es que haya una colaboración público-privada: los centros de investigación público que hagan la parte científica, y la parte privada que se encargue de la parte de calidad y de fincas de ensayo para realizar estos cultivos.

¿Como se están implantando estas variedades en el resto de Europa?
En Alemania más del 80% de la superficie ya está cultivada con la variedad resistente, sobre todo la Regent.

¿Que plazo de implantación en España de estas nuevas variedades híbridas?
Si se inicia ahora el proceso, la media de implantación sería de entre 20 y 30 años. Todo dependerá de la cantidad de cruces entre el híbrido y la variedad comercial. Si hay un híbrido intermedio con características enológicas interesantes el plazo se puede acortar.

¿Que le diría a la opinión pública que tiene reticencias a la manipulación genética?
En este caso es un programa de mejora genética tradicional, es algo que se produce de forma natural desde siempre. Simplemente en este caso dirigimos los cruces, pero no hacemos ninguna manipulación genética: solamente dirigimos el cruzamiento del polen de dos plantas.

Puedes descargar aquí la ponencia completa.

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