“Las laderas del río Bibei es de los mejores lugares de Galicia para producir vino”

Entrevista a Xiana Domínguez Álvarez, una joven viticultura de A Pobra de Trives. Los vinos de su bodega familiar, Xiana y Alcouce, son de los más singulares de Galicia. Hablamos con ella sobre su pasión por la viticultura y por su tierra

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“Las laderas del río Bibei es de los mejores lugares de Galicia para producir vino”

Xiana Domínguez en sus viñedos con el cañón del río Bibei al fondo

Xiana Domínguez Álvarez es una joven viticultura de la aldea de San Fiz, en el ayuntamiento ourensano de A Pobra de Trives, que en el año 2009 decidió tomar el relevo en su bodega familiar, Chao do Couso.

En su conversación transmite el orgullo y la pasión por su trabajo y por su tierra, donde las viñas experimentan desde las crudas nevaradas del invierno a un clima mediterráneo en verano, lo que permite producir unos de los vinos más singulares y con tradición histórica de Galicia

¿De donde procede tu apego por la viticultura?
Aquí, en la aldea de San Fiz, en A Pobra de Trives, toda la vida hubo viñedo y bodegas, en cada casa había una bodega familiar y vino para consumo propio. Mis padres, Pío y Luisa, en el año 1998 decidieron modernizar la bodega tradicional de mis abuelos y construyeron una bodega nueva y restructuraron los viñedos, empezaron a recuperar variedades autóctonas. Para ellos era una segunda ocupación, porque tenían su trabajo en la administración, pero enfocaron la bodega como un negocio y plantaron más viñedo.

¿Como era el viñedo de tus abuelos?
Todas las viñas están en socalcos, repartidas por todo el valle del Bibei. Mi abuelo, Alberto, me contaba que tenían viñedos que llegaban hasta la orilla del río, donde la uva conseguía mayor graduación alcohólica. Por entonces el viñedo se trabajaba al estilo tradicional, cavándola a mano. De hecho mi abuelo Alberto sale en un programa de Un País en la Mochila, de José Antonio Labordeta, dando sulfato en una viña y presumiendo de que su vino era el mejor.

Las variedades que cultivaban entonces eran sobre todo Jerez, porque daba mucha cantidad, y en menor medida Mencía, Dona Branca, Chabacana….etc. El jerez no está amparado por la DO Ribeira Sacra y la mayor parte se arrancó, y recuperamos variedades propias. Ahora mismo tengo sobre todo Mencía y Godello, y luego algo de Treixadura, Dona Branca y Brancellao.

En total trabajo sobre 5 hectáreas de viñedos repartidas en 12 parcelas, cada una de ellas con una historia detrás y que producen un tipo diferente de uva: O Burato, A Costa,, A da Bibei, A Fonteguá, A Viña do Julio, A Completa, la Aragonesa, San Cibrao, Costela….etc. En altitud van desde las que están al lado del río, a 500 metros, hasta sobre 700 metros de altitud.

¿Y como decidiste continuar con la bodega familiar?
Cuando era pequeña venía con mis padres a la viña y jugaba con mi hermana. Recuerdo que prendían fuego, ponían una teja arriba, y allí coíamos pan y asábamos chorizos. Cuando era mayor les ayudaba y recuerdo que arábamos la viña con el burro y yo llevaba el burro y mi padre guiaba el arado, o dar sulfato y ayudarle con las cántaras..etc.

Después del bachillerato marché estudiar Ingeniería Agrónoma a Lugo, aunque como primera opción me gustaba más filosofía, pero lo encaré a seguir con la bodega familiar.

Cuando finalicé estuve trabajando en Valencia de técnica de calidad en una cooperativa de vino y en otra de naranjas. Y decidí volver para mi casa, coincidiendo que a mi padre le habían diagnosticado una enfermedad. Regresé en el 2009 y encantada de estar aquí y dedicarme al viñedo.

¿Como era la viña y la bodega cuando te incorporaste?
Teníamos menos viñedo y desde entonces plantamos varias viñas más, sobre todo con variedades autóctonas minoritarias. Por aquel entonces mi padre elaboraba un vino, el Alcouce, que aún mantengo, y luego empezamos a elaborar también el Xiana, mientras que parte de las uvas las vendo a otras bodegas.

Alcouce es el barrio de San Fiz en la que se crió mi madre en sus primeros años. Aquí se entiende que un alcouce es un lugar óptimo para el cultivo

Hoy me quedo sobre 6.000 kilos de uva y en un año bueno vendo sobre 30.000 kilos de uva. Vendo uva a Dominio do Bibei y a A Corga, dos bodegas del Bibei. Es una buena opción, porque el vino cuesta más venderlo que la uva, que por ley te pagan al mes de la vendimia. Y en el vino hay mucha más competencia, el mercado digamos que es especial. La uva la vendo bien pero porque es buena (ríe) .

Los rendimientos dependen de la finca y del año, varían mucho. En los últimos 4 años fueron bastante malos, por el granizo, lluvias en primavera, heladas, tormentas en verano…etc. Este año la cosecha se espera por fin como muy buena, con buena cantidad y una calidad de la uva excelente.

El vino Xiana 2017 recibió el gran oro en el concurso ViniEspaña

Los viñedos del valle del Bibei son de los más desconocidos pero también de los más sorprendentes y con mayor tradición histórica de Galicia. ¿Como definirías esta zona para la viticultura?
Muchos enólogos que vienen de fuera dicen que este valle del Bibei es la mejor zona para producir vino. Para mí es expectacular por el clima y por el tipo de suelo: Estamos en la montaña pero tenemos clima y vegetación mediterránea y a estas viñas les da el sol casi todo el día. Los inviernos son de tener nieve en las viñas, con temperaturas muy bajas pero los veranos son calurosos. El gran problema son las tormentas de julio y agosto.

Aquí casi todo el trabajo es manual, porque en los bancales no puedes meter un tractor y eso sube mucho los costes de producción. De hecho, planté dos viñas en dos prados y son las únicas en las que se puede trabajar con el tractor.

¿Como definirías a los dos vinos que elaboras: el Alcouce y el Xiana?
El Alcouce es un mencía con crianza en barrica de roble. Lo sacó mi padre y Luis Buiturón, nuestro enólogo, que lleva con nosotros toda la vida, desde que abrimos la bodega, y ya es un miembro más de nuestra familia.

El “Xiana” también es un tinto de Mencía, pero fue otra historia. En Trives un vino de crianza para poner en los bares se sale de precio, y la gente nos pedía un vino joven Se lo comenté a mi padre y al enólogo, estuvieron de acuerdo y pensamos en un nombre y en la etiqueta y lo sacamos en el 2015, un año complicado por el granizo. Le puse mi nombre como homenaje a mi persona (risas) y la etiqueta permite que la persona que lo compre imagine el paisaje que me rodea y quién soy. Una amiga diseñadora de Chantada hizo el dibujo y la etiqueta de Alcouce es obra de Marta Conde, de Conxenia.

Del Xiana vendemos unas 4.000 botellas cada año y del Alcouce unas 2.000. La acogida fue una pasada. Llevé una botella del Xiana a los bares y restaurantes de Trives, y la gente enseguida me empezó a pedir cajas, y de hecho vendo case todo en la villa. En los bares escucho “Ponme un Xiana!!” y es un orgullo. La gente que lo prueba valora mucho los aromas intensos, que sea un vino fresco y de sabor afrutado.

“En el futuro me gustaría seguir recuperando bancales abandonados”

El Alcouce  lo vendo tanto aquí en Trives, como en el resto de Galicia y de España. Tanto uno como el otro ya han recibido varios premios, el último el Xiana del 2017, que recibió la gran medalla de oro en el concurso Viniespaña, que organiza la Federación Española de Asociaciones de Enólogos.

Para comprar mis vinos pueden seguir el Facebook o la web de la bodega Chao do Couso.

¿Como ves tu futuro como viticultora?
Digo que juego al cupón de la Once y si me toca el cuponazo la mitad del monte que hay por aquí lo plantaría para recuperar los bancales abandonados. La mayor ilusión mía sería plantar más viñedos y que esto estuviera menos abandonado.

¿El hecho de ser mujer te marcó alguna diferencia a la hora de incorporarte a la viticultura?
No supuso para mí ningún obstáculo ser mujer y nunca tuve ningún problema . Al contrario, a la gente le parece que es admirable y me animan. Tengo a Trives muy concienciado y todos los vecinos se acuerdan de mí cuando hay una inclemencia meteorológica.

¿Que le pedirías a la administración para recuperar del abandono los viñedos del Bibei?
Para que la gente joven quede a vivir aquí es imprescindible mantener los servicios públicos. Lo que no puede ser es que un pediatra solo venga una vez a la semana y el resto del tiempo tengamos que ir a Ourense, a casi una hora. Y lo mismo en la enseñanza, no se pueden cerrar los coles en el rural.

Por lo demás, la viticultura es un trabajo muy bonito para quien le guste el campo y estar al aire libre. Es cierto que cuando viene un año malo te da mucha rabia, pero hay momentos cuando el año viene bueno que compensan. O venir una mañana y esta aquí tranquila con el canto de los pájaros es impagable. Además, en la aldea todos nos conocemos y nos pagamos un café y los niños pueden jugar seguros. Si el rural no existe las ciudades no comen, hay que dejar de menospreciar a la gente del campo.

¿Alguna anécdota con tus vinos?
Una profesora que vino este año al instituto de A Pobra de Trives cuando me la presentaron me dijo que andaba buscando mi vino para regalarle a una amiga suya, que se llama Xiana.

También la de un señor de Sevilla que vino a la Ribeira Sacra y lo probó en Icatú y le gustó tanto que insistió para que le enviaran una caja. Y a la semana siguiente le dijo que ya lo habían bebido, y eso que estaban trabajando. O de estar en un bar en Trives, que en cliente pida un Xiana, y que el camarero le pregunte: ¿Cual: al vino a la que lo elabora?.

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