Ladairo, vinos con mimo

Esta bodega de la DO Monterrei, que gestiona alrededor de 23 hectáreas de viñedo, mantiene el cuidado de la calidad desde el trabajo en las viñas, donde ya en los años 80 su fundador, José Luis Vaz, se decantó por variedades como el godello y la treixadura en blancos, y la mencía y la arauxa en tintos

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Ladairo, vinos con mimo

Ladairo es una bodega de la denominación de origen (DO) Monterrei que ejemplifica la apuesta por la calidad que siguen los vinos de la comarca. Ya en los años 80, el fundador de Ladairo, José Luis Vaz, comenzó a orientar los viñedos familiares hacia variedades de prestigio, como godello y treixadura en blancos, o la mencía y la arauxa (tempranillo) en tintos. Su trabajo en el viñedo, con rendimientos controlados, culminó a mediados de los años 90 en la puesta en marcha de una moderna bodega, en la que desde un comienzo contó con la colaboración del enólogo Álvaro Bueno, que continúa al frente del control enológico en la actualidad.

La bodega, en la que han cogido el relevo de José Luis su viuda, Josefa Vaz García, y su hija Ana, elabora alrededor de 200.000 litros al año, en torno a un 60% de tintos y un 40% de blancos. Ladairo tiene sus mercados principales en Galicia y Madrid, con una pequeña parte dedicada a la exportación a países como Bélgica, Holanda o Gran Bretaña.

Como es habitual en la denominación, en Ladairo destacan los vinos jóvenes, un blanco de godello y treixadura, y un tinto de mencía con arauxa. En barrica, se elabora además todos los años un tinto en base a una selección de cepas viejas, tanto de mencía y arauxa como de otras variedades, caso de la sousón, brancellao o la bastardo, una variedad local característica de Monterrei.

Elaboraciones
La elaboración de los vinos blancos jóvenes presenta en Ladairo la particularidad de un trabajo de las lías antes de la primera fermentación. Durante 2-3 días, el vino permanece en cuba con las lías a una temperatura de 5º C, a fin de evitar su fermentación. «Es un proceso que permite lograr vinos con más estructura y densidad. También se facilita la cesión de aromas de la piel de la uva al mosto, lo que favorece la fermentación», explica Álvaro Bueno.

Con la uva treixadura, dado que se trata de una variedad con gran presencia de aromas en la piel, la bodega procede a la congelación de la piel con nieve carbónica para favorecer su rotura y la salida de los aromas durante la maceración.

El proceso continúa con el filtrado y fermentación de los vinos para, finalmente, cuando está concluido su acabado, hacer un «coupage» de variedades y proceder a embotellarlas.

En tintos jóvenes, la elaboración contempla alrededor de 12 días de maceración del mosto con el orujo. Se practica después un sangrado del mosto y un prensado del hollejo, uniéndose los vinos yema con los vinos prensa. El proceso incluye también la microoxigenación de los vinos antes de la fermentación maloláctica con el objetivo de que expresen todo su potencial aromático.

Barricas en la bodega de Ladairo.

Barricas en la bodega de Ladairo.

Para las elaboraciones de tintos en barrica, la maceración llega a los 20-25 días y se mantiene el hollejo en contacto con el vino tras rematar la primera fermentación, facilitando así la adición de más taninos y color. El vino, una vez sangrado, pasará en barricas de roble francés y americano alrededor de 6-8 meses, antes de su clasificación y embotellado.

En años de cosechas excepcionales, también se elaboran blancos en barrica, aunque no es lo más habitual. «El godello es un vino con cuerpo, estructura y acidez, apto para el trabajo en barrica, pero la tendencia de mercado en blancos es la de vinos jóvenes, aromáticos y con toques de fruta y acidez», valora Álvaro Bueno.

Los numerosos premios nacionales e internacionales logrados por la bodega avalan su trabajo. En tintos, han obtenido en varias ocasiones la distinción al mejor tinto de Galicia, en el marco de las Catas de Galicia, la última vez en el 2016, en tanto que en blancos también acumulan numerosos galardones, uno de los últimos un baco de plata.

Vista de algunos de los viñedos de la bodega.

Vista de algunos de los viñedos de la bodega.

Viticultura
El trabajo en la bodega se asienta sobre la base de un trabajo vitícola que mantiene la línea tradicional de Ladairo, con rendimientos controlados que rondan 7.000-9.000 kilos por hectárea en blancos y algo más en tintos. Estos días, Ladairo estuvo acometiendo podas en verde y en agosto completará el trabajo con clareos de racimos, a fin de dejar la carga final que se busca.

Se espera para esta campaña un buen desarrollo del viñedo que compense las pérdidas del 2017, cuando toda la denominación de origen sufrió unas heladas tardías que mermaron la cosecha en alrededor de un 50%.

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