Franco Basalo, una bodega que culmina la tradición familiar en el sector vinícola

José Manuel Franco decidió abrir en el 2013 su propia bodega para continuar con un pasado vitícola de varias generaciones. En estos años empezaron a afianzarse en el mercado y decidieron también apostar por el enoturismo. Conocemos cómo trabajan en esta bodega de Monterrei

Publicidade
Franco Basalo, una bodega que culmina la tradición familiar en el sector vinícola

José Manuel Franco, propietario de la bodega Franco Basalo, asentada en Castrelo do Val (Verín).

El mundo del vino no le era ajeno a José Manuel Franco cuando hace 6 años decidió abrir su propia bodega, asentada en Castrelo do Val (Verín), en la DO Monterrei. «Fue casi un homenaje para mi padre y mi abuelo, que toda la vida se dedicaron al mundo del vino, aunque de otro modo», recuerda José Manuel.

Su padre había trabajado como viticultor y comerciante de uvas y su abuelo había sido arriero. De ahí que también decidiese que la bodega llevase sus apellidos, a modo de reconocimiento, y se conociese como Bodega Franco Basalo.

Centrado hasta ese momento en otros sectores, José Manuel construyó la bodega en unos terrenos que en buena parte pertenecían ya a la familia, motivo que lo llevó a decantarse por estas tierras. En el 2014, comienzan ya a producir y embotellar su propio vino procedente de uvas de viticultores de la zona.

Cuentan con viticultores de las zonas de valle y de la montaña para aportar a sus vinos los distintos matices de esta denominación

«Procuramos supervisar los viñedos de nuestros productores a lo largo de todo el año para asegurarnos de que disponemos de uvas de calidad para elaborar el vino», apunta. Controlan tanto los tipos de fertilizantes o tratamientos que se emplean en las viñas como las épocas en las que realizan las podas con el objetivo de garantizar que obtendrán uvas de calidad.

Cuentan con cerca de 30 viticultores que les proporcionan cada año las uvas. «Decidimos tener productores de las distintas zonas de Monterrei, tanto de la montaña como de los valles para conseguir aportar a los vinos la calidad y los matices de esta denominación», explica José Manuel.

Viñedos propios frente a la falta de relevo generacional

Pese a que en un principio comenzaron sólo elaborando el vino a partir de las uvas que le proporcionaban los viticultores de la zona, poco a poco empezaron a disponer de viñedos propios. «Ahora mismo contamos con 5 hectáreas en la zona del Castrelo do Val procedentes de pequeños viticultores que fueron dejando las viñas porque ya no las daban atendido. El relevo generacional es aún una tarea pendiente», indica el empresario.

Adquirieron 5 hectáreas de viñedo a antiguos viticultores de la zona y este año también plantarán otras 5 hectáreas de vides

La calidad de las uvas y la antigüedad de las cepas motivó que se hayan hecho cargo de estos terrenos para seguir disponiendo de estas uvas para sus vinos. Pero además, este mismo año decidieron plantar otras 5 hectáreas de viñedo para incrementar la producción propia. «En estos momentos aún estamos decidiendo qué superficie dedicaremos a cada variedad, pero vamos a plantar tanto vides de Mencía como de Godello», explica el bodeguero.

En la actualidad, su producción se sitúa en torno a los 115.000 litros de vino y la mayor parte, un 60%, corresponde al vino tinto. Por el momento están centrados en los monovarietais de Mencía y Godello, que comercializan bajo el nombre de Estela do Val. Aunque también tienen una mínima parte de uvas de las variedades Arauxa, Treixadura, Dona Blanca y Verdello.

Visita-Sala-depositos_Adega-Franco-Basalo-

Zona de los depósitos que fue reformada recientemente.

Aumentar la capacidad de la bodega

En el 2017 decidieron afrontar una reforma en la bodega para ampliar su capacidad de producción, sobre todo en la sala en la que llevan a cabo a elaboración del vino. Para esta reforma, que supuso una inversión de más de 141.000 euros, contaron con una ayuda europea del 75%.

Esta ampliación le permitió aumentar su capacidad de producción hasta los 500.000 litros. Luego de esta reforma y con el incremento de los viñedos propios, la bodega ha pensado también incrementar el número de trabajadores fijos, que ahora se sitúa en tres durante todo el año y que se duplica en la época de la vendimia.

Elaboran unos 5.000 litros de su tinto Estela do Val envejecido en barricas de roble francés

En la bodega disponen también de un pequeño espacio dedicado a la elaboración de su vino más especial, el Estela do Val de Barrica, un mencía que después de completar su maceración reposa en barricas de roble francés normalmente durante 7 meses. Aunque este tiempo puede variar dependiendo de las recomendaciones del enólogo en función de las características de cada cosecha. Como máximo producen unos 5.000 litros de este tipo de vino.

El enoturismo, una puerta para conocer los vinos

La bodega decidió desde hace algo más de dos años apostar por el enoturismo como una herramienta para dar a conocer sus vinos. Para eso, aprovecharon el atractivo de las propias instalaciones, que fueron construidas con losetas de piedra de antiguas construcciones en ruinas de la zona, y que le confieren a la bodega un estilo que recuerda al de los pazos gallegos. Además, la bodega dispone de jardines y salones en los que celebrar distintos eventos.

La bodega apostó en los últimos años por el enoturismo.

El año pasado se iniciaron en esta oferta que combina los sectores vinícola y el turístico acogiendo distintos eventos y para este verano tienen ya buena parte del calendario cubierto con eventos de distinta índole. «Estas instalaciones tanto sirven para acoger celebraciones nupciales como eventos o congresos. Están pensadas para realizar todo tipo de actos de manera completamente independiente de la bodega», comenta José Manuel. Para esta temporada apostaron también por externalizar esta gestión y que sea una empresa especializada la que se encargue de la promoción turística.

A través de estas actividades paralelas centradas en el enoturismo, y en las que se incluyen también catas, sesiones de maridajes y excursiones a los viñedos, pretenden acercar al consumidor sus vinos. «Es una manera de darnos a conocer y de que la gente venga también hasta la bodega. Al mismo tiempo, este tipo de propuestas contribuyen a potenciar los atractivos turísticos de la comarca», comenta el bodeguero.

Afianzarse en el mercado nacional

El impulso del enoturismo, para que llegue a convertirse en un pilar trascendental de la bodega, es uno de los retos que contemplan desde Franco Basalo. Junto a esta apuesta, también están centrados en afianzar cada vez más sus vinos en el mercado nacional para poder incluso comenzar a exportar.

Barricas-Franco-Basalo_-

Sala de barricas de madera de roble de la bodega.

«Llevamos aún muy pocos años y casi no tuvimos tiempo de asentarnos en el mercado nacional y ese es uno de los retos que tenemos a corto plazo», explica el propietario de la bodega. Por lo de ahora están centrados en la distribución a la restauración, a tiendas especializadas y en la venta directa en la propia bodega.

Pese su corta trayectoria en el sector, la bodega ya obtuvo en los últimos años el reconocimiento de la Guía de Vinos, Destilados y Bodegas de Galicia para los tres vinos que elaboran. El tinto de Estela do Val obtuvo la medalla de plata en el 2018, y ese mismo año la variedad blanca se llevó la medalla de Oro. Mientras, su tinto envejecido en barrica recibió la Medalla de oro en el 2017.

Las buenas condiciones de la cosecha de este año los animaron de nuevo a participar con sus vinos en distintos certámenes aunque reconocen también la gran competencia que existe en una denominación tan pequeña como la de Monterrei donde hay casi 30 bodegas y se producen vinos de una gran calidad.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Solicitamos su permiso para obtener datos estadísticos de su navegación en esta web, en cumplimiento del Real Decreto-ley 13/2012. Si continúa navegando consideramos que acepta el uso de cookies. OK | Más información