“En Galicia hay experiencias enoturísticas que integran muy bien vino, viñedo y entorno”

El enoturismo es una oportunidad de negocio que cada vez más bodegas aprovechan. La sumiller y experta Mercedes González nos da algunas de las claves sobre estas propuestas que combinan vino y turismo

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“En Galicia hay experiencias enoturísticas que integran muy bien vino, viñedo y entorno”

Mercedes González, sumiller y experta en enoturismo.

La sumiller y experta en enoturismo, Mercedes González participó en Valdeorras en una propuesta formativa sobre este negocio al amparo de la bodega y el vino. En el curso se busca generar una bolsa de profesionales capacitados para cubrir los puestos que demanda el sector. Las primeras jornadas del curso le han permitido ya descubrir interesantes propuestas del turismo vinícola planteadas por los asistentes. Aprovechamos para hablar con ella del enoturismo, una oportunidad empresarial que cada vez tiene más presencia en Galicia.

¿Cómo ha evolucionado el enoturismo en los últimos tiempos?
Curiosamente el enoturismo resurgió un poco a raíz de la crisis tan marcada que sufrió el vino, hizo de tabla de salvación. Llevamos ya años de experiencia en enoturismo con un cambio de perfil y de aptitud también desde las bodegas. Ha aumentado la actividad y también el interés que hay por el vino. Hay mucho turista que vincula el enoturismo y la gastronomía. Ha aumentado también el número de empresas centradas o vinculadas de alguna forma al enoturismo (los museos del vino, centros de spá, bodegas con hoteles y restaurante, experiencias en bodegas urbanas…

«Un turista que viene por el enoturismo gasta de media 100 euros más que una persona que viene por turismo en general»

¿Atraviesa un buen momento el turismo enológico?
Sin duda, estamos en un momento muy bueno en el que cada vez hay más demanda. Está demostrado que un turista que viene por el enoturismo gasta mucho más que uno que viene por turismo en general, con una diferencia de más de 100 euros al día entre uno y otro.

¿En que aspectos hay aún que mejorar?
Lo primero es tener claro que el enoturismo y la producción de vino son dos caras del mismo territorio, son dos actividades en la misma instalación pero que se rigen de distinta manera. Hay muchos bodegueros que aún no son capaces de ver que la bodega y el vino es una unidad de negocio pero que las identidades que hay en el territorio (la gente, el entorno, la cultura…) forman parte del enoturismo. El vino es la locomotora que tiraría por ese desarrollo agroalimentario y del desarrollo económico pero el resto es también fundamental.

Falta aún mucho por hacer a la hora de trabajar el enoturismo, con detalles que serán claves para que funcione. Pensamos, por ejemplo en diseñar un paquete turístico pero nos olvidamos de definir el perfil para el que está diseñado, los detalles, las indicaciones…

«En experiencias enológicas está casi todo inventado. No es tanto innovar sino darle forma y originalidad»

¿Qué ejemplos españoles pueden seguir las bodegas gallegas?
En experiencias está ya casi todo inventado. No es tanto inventar sino darle forma y originalidad. Yo creo que lo importante es volver a lo que está desarrollado, no tanto intentar lograr experiencias innovadoras sino optar por fomentar lo que cada bodega puede aportar como identidad. Todas las bodegas tienen un catálogo común a la hora de abordar el enoturismo que engloba visita a la bodega y los viñedo, una explicación sobre el proceso de elaboración del vino y una cata del producto. Pero, cada bodega tiene un perfil diferente que puede aprovechar y potenciar. No es tanto que debamos mirar o copiar otras iniciativas fuera de Galicia sino que aquí hay propuestas muy interesantes como el caso de la iniciativa de Perriturismo en la Ribeira Sacra, que integra muy bien los conceptos vino, viñedo y entorno. Y, como esta hay muchas otras propuestas de calidad. Hay experiencias de maridaje con las estrellas, que no son ya novedosas pero que funcionan muy bien. También hay catas con música como las que se hicieron en Valdeorras y en otros puntos de Galicia, donde es muy importante cuidar los detalles y en las que se puede transmitir mucho del vino.

En Galicia, pese a contar con 5 rutas del vino, parece que estas iniciativas no acaban de despegar , ¿qué cree que puede estar fallando en la rutas gallegas?
Como en muchas otras cosas, la falta de financiación puede ser el mayor problema. Como ruta calificada por la Asociación Española de Ciudades del Vino (Acevin)solo está Rías Baixas, algunas de las otras tienen ya tramitada buena parte de la documentación. Pero para figurar como ruta acreditada por Acevin es necesaria una aportación importante de capital, en torno a 12.000 euros y muchas veces no los hay. El tema de las rutas debe ser una apuesta de lo privado (las bodegas, los restaurantes, el comercio especializado…) y lo público y puede resultar un poco caótico. Si además, la tramitación va despacio, muchos se preguntan qué les aporta pertenecer a esta ruta y si compensa el desembolso. Supongo que poco a poco se irán uniendo los que ahora son más perspicaces, pero creo que lo harán cuando esté todo más encaminado. Ahora mismo hay solo 29 rutas, son poquísimas y creo que lo que más las está condicionando es el factor monetario.

También me sorprende que algunas de estas rutas no están teniendo realmente una gran afluencia de visitantes, como el caso, por ejemplo, de Yecla, que se sitúa en torno a las 5.000 visitas. Comparando con algunas de las iniciativas que hemos hecho en Valdeorras ya casi estábamos en sus números. Creo que algunas de las que gozan de esa diferenciación simplemente ha sido porque tenían ese capital para formalizarla.

«Más del 60% de los que participan en experiencias de enoturismo son neófitos en el mundo del vino»

¿Cuál es el perfil del turista que gusta de experiencias de enoturismo?
Hay una gran variedad de perfiles pero más del 60% de los que participan en experiencias de enoturismo son gente que tiene curiosidad por el vino pero es neófito en este mundo.

Están los entusiastas de la cultura del vino y suelen gustar de visitas técnicas, con personal especializado. Luego hay otro grupo que son los aficionados al vino y a la gastronomía. Quieren hacer algo relacionado con la gastronomía y vivir experiencias ligadas a la tradición de la zona, la cultura, la historia. Este perfil motiva que en la visita se implique, incluso, a los propietarios de las bodegas.

Tendríamos otro grupo en que se incluirían los “curiosos” del vino que por curiosidad se acercan a las bodegas. Es un perfil más lúdico o profesional. En este caso, más que implicar al dueño de la bodega, o al enólogo, como ocurre con las visitas más técnicas, sería interesante que la visita fuese impartida por una persona encargada de marketing y relaciones públicas.

También se está vinculando mucho el enoturismo con el mundo del senderismo y el deporte en la naturaleza (equitación, deportes náuticos, ciclismo…). Mucha gente viene atraída por la riqueza cultural de la zona, como el arte sacro de la Ribeira Sacra, e incluyen las visitas a la bodega como un atractivo más de ese recorrido.

Es muy importante adaptar la visita al público, sino corres el riesgo de que ofrezcas una explicación muy técnica a una persona para la que es su primer contacto con el mundo del vino y puede que le resulte muy complejo y la alejes.

¿Qué canales están resultando más efectivos en la comercialización de estas propuestas?
Las redes sociales están funcionando muy bien y hay que aprovechar mientras son relativamente gratuitas. Precisamente en el curso también abordamos este tema por la importancia que tiene. Pero también es fundamental la comunicación directa con clientes como los envíos de boletines. Funciona mucho el boca a boca: de los amigos, de los familiares… También están teniendo buenos resultados las jornadas de puertas abiertas o la iniciativa del enotrack que hicimos con Turismo de Galicia por las principales ciudades de Galicia y en las que se ofrecían catas de las 5 Rutas del Vino. Son opciones muy válidas para promocionar estas experiencias. Tampoco se puede olvidar las comunicaciones en medios tradicionales.

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