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La subzona de Amandi, en la Ribeira Sacra, se vio muy afectada por una tormenta de granizo y fuertes vientos que ha causado pérdidas de unas 900.000 toneladas de uva, según las estimaciones de la organización agraria Asaja. Los daños se concentraron en la parroquia de Doade (Sober), donde sólo en sus 120 hectáreas de viñedo, distribuidas en unas 1.250 parcelas, han quedado dañados unos 400.000 kilos de uvas en la tormenta del pasado domingo.
Ante esta situación, Asaja ha pedido la declaración de zona catastrófica para la parroquia de Doade. La organización valora que no hay que tener en cuenta sólo los daños directos para la vendimia, sino los daños en las plantas, que pueden tener repercusiones de cara a próximos años.
“Varios bodegueros de la zona lamentaron los perjuicios que sufrirán al tener que reducir notablemente su producción de botellas de vino este año. Una reducción que, casi con total seguridad, provocará una importante pérdida de la cuota de mercado”, valoran desde Asaja.
Viña afectada.
Visita de la conselleira
La organización agraria pide también que las autoridades reparen lo antes posible los caminos de acceso a las viñas, que quedaron “prácticamente intransitables”. Asaja, por último, le solicita a las administraciones públicas que estudien una batería de medidas que pueda ayudar a los viticultores y a las bodegas a combatir las pérdidas sufridas. Entre otras actuaciones, se podrían ofertar creditos subvencionados y ayudas a fondo perdido, valoran en nota de prensa.
Para esta tarde, está prevista una visita de la conselleira del Medio Rural, Ángeles Vázquez, a los viñedos afectados por el granizo del domingo.
