Detectan altos niveles de cobre en los suelos de los viñedos del Noroeste de la Península

La investigación fue realizada por investigadores del área de Edafoloxía y Química Agrícola de la Universidad de Vigo. La presencia de este metal no supone daños a la planta, a la vid o a la calidad del vino

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Detectan altos niveles de cobre en los suelos de los viñedos del Noroeste de la Península

Las zonas vitivinícolas del noroeste de la Península Ibérica se caracterizan por su alta pluviosidad y elevada humedad ambiental durante el ciclo de la vid, lo que llevó a un uso histórico, desde finales del siglo XIX, de elevadas cantidades de fungicidas en base a cobre para proteger las cosechas

En este sentido, una publicación de investigadores de la Facultad de Ciencias del campus de Ourense ofrece ahora una descripción pormenorizada de la presencia de cobre en los suelos dedicados al cultivo de la vid en este territorio, subrayando como a pesar de los altos índices encontrados estos no suponen problemas para el desarrollo de las vides o para la calidad de los vinos.

Editado por el Servicio de Publicaciones de la Universidad de Vigo, el libro, titulado «El cobre en suelos de viñedo del noroeste de la Península Ibérica», está firmado por David Fernández Calviño, Juan Carlos Nóvoa y Manuel Arias, profesores y catedrático respectivamente del área de Edafología y Química Agrícola de la Universidad de Vigo. «El cobre aplicado a las vides acaba mayoritariamente en los suelos que las sustentan, y, una vez allí, puede acumularse asociándose a distintos componentes del suelo, transferirse a las aguas circundantes, transportarse asociado a sedimentos generados durante eventos erosivos y/o afectar a los microorganismos del suelo», comentan los autores de la obra.

En el libro, detallan, «se muestran los niveles de cobre que existen en los viñedos de la región, la forma en que se acumula en el suelo asociado a distintos componentes edáficos, su potencial movilización desde el suelo a otros elementos de los ecosistemas (aguas, sedimentos) y sus posibles efectos sobre los microorganismos que habitan el suelo».

Concentraciones de cobre «mucho mayores» que en los suelos naturales

El estudio que sustenta esta publicación se llevó a cabo en zonas de producción de uva para vinificación de las denominaciones de origen del Bierzo, Monterrei, Rías Baixas, Ribeira Sacra, Ribeiro y Valdeorras; de las indicaciones geográficas protegidas de Barbanza e Iria y de Betanzos y de la Região Demarcada dos Vinhos Verdes del norte de Portugal. Sobre los resultados, los investigadores de la Facultad de Ciencias señalan como los suelos de viñedo analizados presentan concentraciones de cobre «mucho mayores que las encontradas en suelos naturales en la misma región», variando las concentraciones medias de cobre en los primeros 20 centímetros del suelo entre 79 y 260 miligramos de cobre por cada kilogramo de suelo (mg kg-1) en función de la zona de producción estudiada y superando en la mayoría de los casos la concentración de 100 mg kg-1. En general, la mayor parte del cobre acumulado en los suelos de la región, se apunta en el libro, se encuentra asociado a la materia orgánica (48% de promedio).

Respecto a estos valores, los autores del libro recalcan cómo aunque los datos recogidos muestran, con variaciones entre las diferentes denominaciones, «niveles altos de cobre en total, estos no son preocupantes pues no suponen en principio un problema para el desarrollo de la planta ni de la vid ni para la calidad del vino». «Que haya más cobre de lo habitual en el suelo no significa que afecte a la calidad del vino», subrayan los investigadores, que recuerdan como el cobre es un elemento esencial para que las plantas realicen sus funciones vitales.

 La presencia de cobre es mayor en las capas superficiales de la viña

El trabajo también incluyó un estudio de la distribución espacial de los niveles de cobre acumulado en algunos viñedos, identificando como su acumulación tiende a ser mayor en las líneas de cepas que en el suelo que se sitúa entre filas de cepas y que, además, el cobre se acumula preferentemente en las capas más superficiales del suelo, disminuyendo su concentración con la profundidad. «Esta acumulación superficial se debe a la baja movilidad que presenta el cobre en los suelos de viñedo por su elevada afinidad por la materia orgánica», señalan los investigadores.

Una consecuencia de esta acumulación preferente en las capas más superficiales, detallan, es que facilita su movilización a través de procesos erosivos vinculados a las lluvias o al viento. «De hecho, se observó que muestras de sedimentos recogidos tras eventos lluviosos en parcelas de viñedo muestran un notable enriquecimiento en cobre al compararse con los suelos de donde proceden», se señala en el libro.

Recomendaciones para minimizar daños: un contenido mínimo de carbono orgánico del 2% y un ph superior a 5.5

La potencial movilización de cobre en suelos y sedimentos de parcelas de viñedo también se estudió en función de la variación del ph y de la fuerza iónica, parámetros fisico-químicos que suelen modificarse durante la aplicación de diferentes técnicas de manejo del suelo de viñedo, «resultando que el cobre era más fácilmente movilizado en condiciones de ph ácido o alcalino, estando en este último caso relacionado con la liberación de materia orgánica», según explican los investigadores del área de Edafología y Química Agrícola.

También se observó en el estudio, añaden, como los cambios en el uso del suelo tienen efectos importantes en cuanto a la movilidad/toxicidad potencial del cobre acumulado. «Una vez se abandona un viñedo, el cobre acumulado pasa progresivamente a formar parte de fracciones menos biodispoñibles y por tanto se reduce su toxicidad potencial». Estudios llevados a cabo a nivel de cuenca hidrográfica, añaden los docentes de la Facultad de Ciencias, muestran como la transferencia del cobre acumulado en suelos de viñedo se produce fundamentalmente a través de la movilización de sedimentos mientras que su presencia en aguas es mucho menor y está asociada a intensos eventos lluviosos.

Sobre como esta acumulación de cobre puede producir efectos negativos sobre los microorganismos del suelo, los autores de la publicación señalan en ella que los efectos son muy diferentes en distintos tipos de suelos, siendo muy complejo el establecimiento de límites a las concentraciones de cobre en los suelos de viñedo.

«Desde un punto de vista funcional, se recomienda que los suelos de viñedo del noroeste de la Península Ibérica posean un contenido mínimo de carbono orgánico del 2% y un ph superior a 5.5 para minimizar los daños del exceso de cobre sobre los microorganismos del suelo», aconsejan en la publicación.

Hacia una viticultura más sostenible

Con la realización de este estudio, indican los investigadores, esperan contribuir a una viticultura más sostenible, destacando como es necesario avanzar en este campo de investigación para comprender mejor la distribución del cobre entre los distintos componentes del sistema suelo-planta-agua.

En este sentido, recuerdan como desde el área de Edafología y Química Agrícola tienen como una de sus principales líneas de investigación la fertilidad de los suelos de viñedo, línea en el marco del cual llevan desarrollado numerosos proyectos de investigación con financiación gallega y estatal y realizado numerosas publicaciones como la editada ahora por el Servicio de Publicaciones de la Universidad de Vigo.

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