“Controlar las malas hierbas sólo con herbicidas lleva a la aparición de resistencias”

Entrevista a Jordi Recasens, catedrático de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agraria de la Universidad de Lleida y profesor de Botánica Agrícola y Malherbología

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“Controlar las malas hierbas sólo con herbicidas lleva a la aparición de resistencias”

Jordi Recasens

La aparición de malas hierbas resistentes a herbicidas es un problema creciente que dificulta la agricultura, sobre todo en los países avanzados. Así, España es el séptimo país del mundo y el segundo de Europa con más casos registrados.

Para afrontar esta problemática la compañía de soluciones agrícolas en sanidad y nutrición vegetal, ASCENZA, impartió el pasado mes de febrero en la Universidad de Lleida un curso en el que formó a 26 técnicos en el reconocimiento de malas hierbas, gramíneas y dicotilendóneas, en estado de plántula.

El curso fue impartido por 5 profesores y estuvo dirigido por el catedrático de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agraria (ETSEA) y profesor de Botánica Agrícola y Malherbología, Jordi Recasens, un experto a nivel estatal en estas problemática.

¿Cómo surgió su interés por la malherbología?
Yo ya tenía formación botánica a raíz de mis estudios universitarios, pero en el año 1981 asistí a un curso de reconocimiento de malas hierbas que organizó la Institució Catalana d’Estudis Agraris en Barcelona y que despertó mi curiosidad. En el año 1982 obtuve una plaza de profesor de botánica agrícola en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agraria de Lleida e inicié una línea de investigación en este tema junto con mi colega Andreu Taberner, responsable del servicio de Malherbología de la consejería de Agricultura de la Generalitat de Catalunya.

¿Cómo definiríamos una mala hierba?
El encontrar una definición acertada es un tema recurrente y motivo de muchos debates. Pero la respuesta es fácil: “toda planta o comunidad vegetal que interfiere con los objetivos de las personas”.

Una especie puede ser mala hierba en un escenario y situación concreta y en cambio ser beneficiosa en otro. Las borrajas, acelgas, zanahorias, etc. son plantas cultivadas pero también tienen formas silvestres que pueden ser malas hierbas. E inversamente, muchas crucíferas son malas hierbas de campos de cultivo, pero aportan también servicios ecosistémicos al favorecer la presencia de polinizadores cuando se encuentran en floración. Por ello una mala hierba lo es en una situación concreta, pero puede no serlo en otra.

¿Cuáles son las malas hierbas que más problemas están generando en este momento, tanto en cultivos de cereales como de maíz?
En campos de cereal son bien conocidos los problemas causados por gramíneas como Lolium rigidum (vallico), Avena sterilis (avena loca), Bromus diandrus (bromo), Papaver rhoeas (amapola), no sólo por su proliferación y dificultad de control sino por la creciente presencia de biotipos resistentes a herbicidas.

En maíz según zonas, podemos citar Sorghum halepense (cañota), Chenopodium album (cenizo) o Echinochloa crus-galli (pata de gallo) en el valle del Ebro, o Cyperus sculentus (juncia) o Datura stramonium (estramonio) en la zona noroeste de España.

¿Por qué es tan importante detectarlas en estado de plántula?
Mediante un correcto reconocimiento en estado muy precoz no sólo identificamos el problema sino que además podemos tomar una decisión acertada en cuanto a los métodos de control a planificar.

¿Qué parámetros debe tener en cuenta el agricultor a la hora de identificar las malas hierbas?
En primer lugar conocer su ciclo y estacionalidad y saber si se trata de plantas anuales –que proceden de semilla- o bien plurianuales –que brotan a partir de órganos subterráneos-. En cuanto a caracteres morfológicos, para las dicotiledóneas (hierbas de hoja ancha) la forma y tamaño de los cotiledones así como la disposición y posible pilosidad de las primeras hojas. Para las gramíneas, la presencia de pelos, aurículas, tipo de lígula, prefoliación de la hoja o compresión de la vaina.

“Para controlar las malas hierbas con eficacia es imprescindible combinar métodos químicos con mecánicos y culturales”

¿Cuáles son los errores más comunes o deficiencias que detectas en las prácticas agrícolas y que favorecen las malas hierbas?
El principal error consiste en depender solamente de un método de control. Si solo es mecánico o químico vamos seleccionando involuntariamente las especies que mejor se adaptan a dichos manejos.

Por ello resulta imprescindible plantear estrategias de control integrado, donde los métodos, químicos, mecánicos y culturales puedan integrarse sin dar prioridad a ninguno de ellos.

En cuanto a la utilización de herbicidas, ¿Qué aspectos consideras claves para que resulten efectivos y no se produzcan problemas de toxicidad para los cultivos?
Los herbicidas están registrados y autorizados para distintos cultivos en base a los estudios de eficacia y de selectividad. Para garantizar un uso correcto, resulta imprescindible estar bien asesorado por parte de un técnico experto en sanidad vegetal, y que tenga conocimientos profundos de malherbología.

¿Está siendo cada vez más difícil controlar las malas hierbas en los cultivos? ¿Por qué motivos?
Resulta cada vez más difícil si dependemos sólo de un método de control. Se ha llegado a depender en exceso de los métodos químicos. Los herbicidas son una herramienta muy eficaz, versátil y relativamente económica, pero depender sólo de ellos no resuelve el problema de las malas hierbas. La eficacia de los herbicidas puede verse muy favorecida si se integran con otros métodos de control.

Estrategias de tipo cultural como rotación de cultivos, densidades y fechas de siembra, posibles labores del terreno, etc. pueden reducir la presencia de malas hierbas y hacer entonces más eficaz una aplicación de herbicida.

La integración de métodos culturales, mecánicos y químicos define el concepto de manejo integrado. A corto plazo, su implementación puede resultar difícil o poco atractiva, pero a medio plazo los resultados siempre serán más favorables que utilizar solo métodos químicos.

¿Por qué aparecen las resistencias a los herbicidas y como deberíamos actuar para prevenirlas?
Las plantas resistentes no aparecen sino que ya están presentes dentro de una población pero con una frecuencia bajísima (una entre millones). El uso reiterado de un herbicida con un mismo modo de acción no hace más que ir seleccionando, año tras año, a las plantas resistentes. Los descendientes de esas plantas resistentes seleccionadas también lo serán. Así, en pocos años la proporción de plantas resistentes puede ser mayoritaria en un campo.

Si vamos utilizando herbicidas con el mismo modo de acción –aun siendo moléculas y productos con nombre distinto- vamos agravando el problema. Por ello es recomendable diversificar los modos de acción de los herbicidas que se van utilizando un año tras otro y sobre todo integrarlos con métodos de control mecánico y cultural.

 “España es el séptimo país del mundo y el segundo de Europa con más casos de malas hierbas resistentes a herbicidas”

¿Qué especies consideras que están desarrollando unas resistencias más preocupantes?
España es el séptimo país del mundo y el segundo de Europa con más casos de especies de malas hierbas resistentes a herbicidas. En cereales de invierno son problemáticos los casos de resistencia cruzada (a distintos herbicidas que actúan sobre un mismo mecanismo de acción) e incluso múltiple (a herbicidas con diferente mecanismos de acción) detectados en poblaciones de Lolium rigidum (vallico) y Papaver rhoeas (amapola).

En maíz se conocen casos de Sorghum halepense resistente a sulfonilureas. En arroz hay casos de resistencias en los géneros Alisma, Echinochloa y Cyperus. Y se conocen casos de resistencia a glifosato en especies del género Conyza en olivar y frutales de regado y de Lolium rigidum en cítricos.

“La juncia se controla bien si se priva de luz durante primavera y verano, por ejemplo con sorgo a alta densidad”

En el caso de Galicia una especie que preocupa a los ganaderos que siembran maíz forrajero es la juncia o Cyperus rotundus. ¿Cuáles consideras que son las claves para su buen control?
En maíz en Galicia suelen ser frecuentes las especies Cyperus rotundus y C. esculentus. Las dos muestran una alta capacidad de regeneración a partir de tubérculos subterráneos que permanecen en el suelo de una campaña a otra. Por esta razón su control no resulta fácil pero existen herbicidas (p.e. sulcotriona, tembotriona y mesotriona) que aportan buenas eficacias.

Pero no debemos pensar solo en métodos químicos. Estas especies se ven muy inhibidas si se les priva de luz durante primavera y verano. Hay estudios que verifican que el sorgo sembrado a alta densidad inhibe significativamente la emergencia de la juncia. Por ello la posible inclusión, en una rotación, de este u otro cultivo que genere suficiente sombra y competencia, podría favorecer el manejo de esas malas hierbas.

Otra especie que trae de cabeza a muchos ganaderos, sobre todo en pastoreo, es el Rumex. ¿Qué recomendaciones les darías para evitar la infestación de esta mala hierba?
Ciertas especies del género Rumex como R. obtusifolius y R. crispus, muestran una capacidad de adaptación muy rápida en campos sometidos a siegas periódicas y en ambientes con elevada humedad. Con los años, a pesar de verse sometida a pastoreo o siega, la planta adquiere mayor presencia, especialmente a nivel subterráneo donde desarrolla una cepa persistente y vigorosa. Campos de alfalfa con presencia de Rumex llegan a tratarse con herbicidas específicos.

En pastizales una posible recomendación sería –en función del nivel de infestación después de unos años- un laboreo del terreno que favoreciera el desentierro de las cepas y su secado al exterior.

“El glifosato es una herramienta con una muy buena relación coste-eficacia y no está clara su toxicidad”

En Francia y en otros países europeos están tendiendo a la limitación e incluso la prohibición del glifosato. ¿Cómo valoras su eficacia en el control de las malas hierbas? ¿Merece la mala fama que arrastra?
La Unión Europea ha dado un nuevo plazo de autorización –hasta diciembre de 2022- del uso del glifosato. Este herbicida es uno de los más eficaces hasta ahora conocidos, su uso resulta muy importante en campos de cereal con siembra directa o en el manejo de malas hierbas bajo las hileras de frutales o viñas.

Existe una gran controversia sobre su uso y posible toxicidad. La EFSA (Agencia Europea de Seguridad Alimentaria) y la ECHA (Agencia Europea de Productos Químicos) en sus respectivos informes de otoño 2015 y otoño 2017, han emitido sendos informes en los que se descartaba que hubiera evidencias científicas que pudieran considerar el glifosato como mutagénico, carcinogénico o tóxico para la reproducción.

La controversia viene de la catalogación que hizo en 2015 la IARC (Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer) al publicar un informe que calificaba al glifosato como “probable carcinogénico”. Debemos añadir que en ese mismo grupo (2A) esa agencia incluyó también la yerba mate y las carnes rojas.

Asimismo, otra realidad está en el impacto económico y agronómico que este herbicida ha tenido y tiene en la agricultura, ya que el glifosato ha devenido una herramienta con una muy buena relación coste-eficacia, hecho que justifica el gran incremento habido en su uso desde su descubrimiento. En caso de una hipotética prohibición, las alternativas de futuro pasarían por utilizar herbicidas distintos al glifosato y/o en un aumento de las labores del suelo, lo que implicaría un mayor coste de producción para muchas explotaciones.

Del 8 al 10 de octubre se celebrará en Vigo el XVII Congreso Sociedad Española de Malherbología. ¿Puedes adelantarnos algo de los temas que se tratarán en este foro?
El congreso tiene como lema “Nuevas estrategias para nuevos retos” y quiere reflejar el interés actual de la investigación en malherbología hacia la búsqueda de métodos alternativos que permitan establecer estrategias de control eco-innovadoras, avanzar hacia la implementación de estrategias de manejo integrado, profundizar en aspectos fisiológicos de los mecanismos de resistencia a herbicidas y prevenir el riesgo de la expansión de especies invasoras. Los detalles del congreso pueden encontrarse en la página web: https://semh2019.gal/.

El grupo que organiza el evento es el grupo de investigación “Agrobioloxía Ambiental: calidade de solos e plantas” (agrobiologia.webs.uvigo.es) y actua como presidenta del comitè organizador la Dra. Nuria Pedrol, especialista en al·lelopatia y control de males hierbas.

“En España falta formación en malherbología en las ingenierías agrarias”

¿En qué estás centrando tu trabajo de investigación en estos momentos? ¿Qué líneas de trabajo crees que se deberían potenciar dentro de la Malherbología?
El grupo de investigación que coordino en la Universidad de Lleida se centra, en la actualidad, en el manejo integrado de malas hierbas en cereales de invierno y viña. En el primer caso con el fin de profundizar en los mecanismos de resistencia de ciertas malas hierbas a herbicidas y en establecer estrategias de control. En viña, estamos implementando el uso de cubiertas vegetales en las calles y de acolchados (mulching) bajo las líneas del cultivo con el fin establecer, en viña convencional, métodos de control de malas hierbas alternativos al uso de herbicidas o, en viña ecológica, al pase de intercepas. Estos estudios van acompañados de trabajos experimentales concretos que permiten profundizar en aspectos sobre la germinación, emergencia y desarrollo de ciertas especies problemáticas.

¿Algo más que quieras añadir?
No quisiera finalizar sin poner de manifiesto la necesidad de una mayor formación en el ámbito de la sanidad vegetal, y en concreto de la malherbología, en los titulados universitarios en ingeniería agraria de España.

Existe una carencia importante de contenidos en malherbología en los planes de estudio de muchos centros universitarios donde se imparte ese grado. Esta carencia puede desembocar en una falta de formación de los técnicos y asesores de nuestros campos y en consecuencia en una dificultad a la hora de identificar un problema y tomar una decisión. Las malas hierbas no son un problema menor de nuestra agricultura. Por ello la prevención siempre será mejor que cualquier actuación.

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