Adega Daniel Fernández, vinos de excelencia ya desde las primeras cosechas

Situada en el corazón de Monterrei, la bodega Daniel Fernández lleva apenas tres años funcionando y en este tiempo ya ha recibido varios reconocimientos a sus vinos. Sus 5 socios llegan de mano de la restauración y con una apuesta por vinos de calidad y con un diseño diferenciador

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Adega Daniel Fernández, vinos de excelencia ya desde las primeras cosechas

Bodega Daniel Fernández.

La bodega Daniel Fernández, situada en Queizas, en Verín, lleva apenas 3 años funcionando y en este tiempo ya consiguió varias menciones que reconocen la calidad de sus vinos. Detrás de este proyecto que comienza a recoger resultados satisfactorios están cincos socios que llegan al mundo del vino de la mano de la restauración. «Somos todos familiares y procedemos de la zona de Navia de Suarna y de A Fonsagrada», explica Alberto Fernández, uno de estos socios y gerente de la bodega. Hace años que se marcharon para Cataluña en busca de oportunidades laborales y llevan tiempo centrados en la restauración en Barcelona, donde cuentan con una cadena de restaurantes y, en los últimos años, optaron también por apostar por el viñedo.

Naturales de la provincia de Lugo, estos cinco socios cuentan con una cadena de restaurantes en Barcelona y decidieron probar en el mundo del vino

«Esta era una bodega que estaba en momentos bajos y nos decidimos a comprarla», explica Alberto. De hecho, fue uno de los socios, Daniel Fernández, quien localizó y se encariñó de la bodega que comenzó llamándose Alba Al-bar. Sin embargo, un accidente de tráfico truncó la vida del empresario y el resto de los socios decidieron no sólo seguir adelante con su proyecto sino rebautizarla con su nombre. «Fue un pequeño homenaje a Daniel y ahora estamos en pleno proceso del cambio de nombre», concreta Alberto.

Nuevas plantaciones de viñedo

En apenas tres años, esta bodega se encuentra en pleno proceso de crecimiento y expansión, como apunta Alberto Fernández. En un principio adquirieron las instalaciones de la bodega y también algunos de los viñedos, pero aún continúan creciendo. «Ahora mismo contamos ya con 7 hectáreas de viñedo propio y estamos trabajando para seguir comprando viñedo y tener también nuevas plantaciones», explica Alberto.

Los viñedos están repartidos en varias fincas, la de mayor superficie supera la hectárea y en esta esperan continuar plantando para conseguir las dos hectáreas. La mayor parte de la superficie es de cepas de Godello y Treixadura aunque también cuentan con Dona Blanca. A estos viñedos se suman, además, cepas de Mencía y Arauxa.

Centrados en los blancos y con demanda en los tintos

En la bodega tienen ya tramitadas nuevas plantaciones de Godello y Mencía. «Estamos bastante escasos de viñedo de Mencía, ya que rondamos los 4.000 litros con nuestras plantaciones. Aunque es verdad que compramos uva en la DO y este año conseguimos los 22.000 kilos en la bodega», especifica el gerente. Además, la decisión de plantar más cepas de tinto se debe a que «estamos teniendo bastante demanda de los tintos en el restaurante, por eso queremos aumentar nuestra producción», detalla Alberto.

En cuanto a los blancos, en los que centran ahora mismo su producción, lograron unos 46.000 kilos en sus plantaciones, que complementaron hasta conseguir los 68.000 kilos.

Una estética diferenciadora

En la actualidad, en la bodega están comercializando dos vinos (Galván Godello Treixadura y Galván Mencía) que ya consiguieron hacerse un hueco en el mercado. Para muchos, este blanco elaborado con Godello (60%) y Treixadura (40%) es ya el vino de la botella azul. «Fue una apuesta arriesgada que hicimos desde un principio y que está gustando mucho», reconoce Fernández. Al comienzo, tenían ciertas desconfianzas con que pudiese confundirse o asemejarse demasiado a las botellas de agua pero, lejos de eso, parece estar logrando su objetivo: ser identificada por el consumidor. De hecho, están también trabajando en un nuevo etiquetado buscando mantener esa diferenciación.

Criado sobre lías, este blanco con carácter afrutado está teniendo una buena aceptación, como apuntan desde la bodega. «Nos está sorprendiendo la demanda que están teniendo nuestros vinos», comenta Fernández.

Junto al vino blanco, en la bodega elaboran también el Galván Mencía, a base de Mencía y Arauxa. Con una producción que cuentan incrementar en los próximos años debido a la demanda que están registrando también en los tintos.

Reconocimientos en la primera cosecha

Ya en la primera cosecha, su vino Galván Godello y Treixadura se hizo con la distinción de Acio de Ouro 2016 al mejor vino de la DO Monterrei. Además de otras menciones, también en ese mismo año fue uno de los vinos galardonados por la federación de enólogos en la categoría de Tempranillo de plata y en vinos blancos gallegos.

«En estos reconocimientos tiene una parte muy importante el enólogo Pablo Ibáñez Sarmiento, que tiene toda nuestra confianza. Su labor completa nuestra apuesta por la calidad», matiza, ya que, a parte de procurar ser rigurosos en los viñedos, buscan la calidad en toda la uva que compran a los viticultores de la zona y tienen en cuenta el viñedo, la uva y la forma de recogerla.  «Estamos muy satisfechos de haber recibido ya estos reconocimientos dado el poco tiempo que llevamos. Estas menciones siempre sirven de aliciente para seguir trabajando», reconoce Fernández.

Mercados

Su experiencia en el mundo de la restauración le abre también la puerta a sus vinos. Así, distribuyen parte de su producción a su propia central de compras, en la que se abastecen los casi medio centenar de restaurantes con los que cuentan en la Ciudad Condal.

Al margen de abastecer estos restaurantes, también tienen distribución en ciudades como la propia Barcelona o Madrid, así como en zonas de Asturias y en toda en Galicia. «Llevamos poco tiempo y por ahora estamos centrados sólo en el mercado nacional», confirma Fernández.

Buscan situarse en una producción en torno a las 200.000 botellas para poder abastecer tanto sus negocios como los mercados en los que ya están posicionados.

Visitas a la bodega

Uno de los objetivos a corto plazo que buscan desde la bodega Daniel Fernández, a la par de ampliar sus viñedos, pasa por mejorar el entorno de la bodega con el pretexto de ofrecer visitas y catas en sus instalaciones. En la actualidad ya están ofreciendo catas, pero creen preciso acondicionar los jardines para mejorar su oferta. La propia bodega cuenta con una estructura que recuerda a la torre del castillo de Monterrei y su intención es potenciar estos espacios para ofrecer una visita en la que conocer la identidad de estos vinos de Monterrei.

Una de las últimas incorporaciones de la DO Monterrei

La bodega Daniel Fernández fue una de las últimas incorporaciones a la Denominación de Origen Monterrei y tienen claro que «para nosotros es fundamental formar parte de la DO, ya que están trabajando muy bien y es clave que las bodegas trabajemos unidas bajo este sello», apunta Fernández.

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