Puntos claves en la recría de novillas

La recría de novillas es el segundo capítulo de gasto de una explotación después de la alimentación, representando entre el 15 y el 20% de los costes totales. Sin embargo, a menudo se entienden como un gasto que no tiene retorno hasta que el animal inicia su primera lactación. Como resultado, las novillas son alimentadas, en demasiadas ocasiones, con la comida más barata, criadas con los mínimos costes en las instalaciones y con los menores esfuerzos en mano de obra hasta que se aproxima el momento del parto.

Se trata de un grave error, según Robert Corbett, ya que la cría de novillas es una inversión, más que un coste, y las deficiencias en la alimentación y el manejo en las terneras provocarán importantes pérdidas en la futura vaca, tanto en producción como en estado sanitario.

Lo importante es el coste por kilo de ganancia del animal, ya que son el tamaño y el peso del animal los que determinan la edad de la primera reproducción, así como el tamaño adecuado en el primer parto. Alimentando a las novillas con buena calidad reducimos el coste por kilo de ganancia de peso y logramos reducir la edad al primer parto, lo que redunda en más rentabilidad para la ganadería.

A continuación repasamos algunos puntos críticos en la alimentación y manejo de las novillas de reposición:

Calostro:

La ternera debería recibir el 10% de su peso corporal, unos 4 litros, de calostro limpio y de buena calidad de primer ordeño tan pronto sea posible después del nacimiento.

Un calostro de buena calidad contiene al menos 50 gramos por litro de inmunoglobulina lgG y tiene un bajo recuento bacteriano, preferiblemente por debajo de 10.000 ufc/ml , y menos de 1.000 coliformes/ml.

Se puede dar calostro en las primeras 2 o 3 tomas si se desea. Es también una práctica común dar leche de transición (calostro de segundo y de tercer ordeño) al ternero durante la primera semana.

Lactoremplazantes y requerimientos de las novillas:

La mayoría de los lactoremplazantes de “crecimiento acelerado” deberán contener alrededor del 26 al 30% de proteína y del 15 al 20% de grasa. El nivel de proteína es muy similar a la totalidad de los sólidos de la leche entera pero el nivel de grasa es inferior.

Sin embargo, el lactoremplazante más común hoy en día es el 20:20, es decir, con un 20% de proteína y un 20% de grasa, mientras que la leche entera de una vaca Holstein rolda el 37% de proteína y el 30% de grasa en términos de materia seca. Esto provoca que los terneros alimentados con leche materna experimenten un mayor crecimiento que los alimentados con este lactorremplazante de baja calidad, y presenten menos problemas respiratorios cuando la temperatura ambiental cae a 0 grados, al disponer de mayor cantidad de energía (grasa).

“Lo importante es el coste por kilo de ganancia del animal”

En este sentido, de optar por utilizar leche de descarte para alimentar a las terneras, esta debería ser pasteurizada previamente para reducir los efectos negativos de una carga bacteriana alta sobre el tracto gastrointestinal de las terneras.

Por otra parte, investigaciones de la Universidad de Illinois han demostrado que las terneras alimentadas con estos lactorremplazantes altos en proteína ganan peso mucho más rápido y también necesitan menos materia seca por peso ganado. Los mismos estudios demostraron que las novillas con las tasas de crecimiento más alto tienen el mayor porcentaje de músculo con respecto a grasa.

El lactorremplazante debe contener un 26 a 28% de proteína y de un 15 a 20% de grasa

Los investigadores de la Universidad de Cornell, también en Estados Unidos, y una de las referentes a nivel mundial en vacuno de leche, están recomendando que el lactorremplazante debe contener un 28% de proteína y un 15% de grasa, y que las terneras sean alimentadas en base a una proporción superior al 20% del peso corporal.

 “Es preferible que la proteína del lactorremplazante sea de origen lácteo y no de soja”

En cuanto al origen de la proteína, es preferible que sea de origen lácteo y no vegetal (soja), por lo menos hasta que la ternera tenga entre 3 y 4 semanas de edad.

En cuanto a las tomas, la rutina habitual se ha establecido en 2 tomas al día con dos litros por toma, una cantidad insuficiente para satisfacer las necesidades nutricionales de la ternera. Así, investigadores daneses han concluido que las terneras alimentadas a voluntad ganan 300 gramos más de peso al día que aquellas que son alimentadas con 4,54 kilos de leche al día.

6 litros de leche diarios la primera semana y 8 litros hasta el destete

Todos los esfuerzos, por tanto deben ir encaminados a aumentar la cantidad e leche que ingieren las terneras, bien sea aumentando el volumen de leche por toma, el número de tomas o el contenido de sólidos de la leche o del lactorremplazante.

En concreto, la ternera debería recibir unos 6 litros repartidos en dos veces al día en su primera semana de vida, para un animal de tamaño medio. En la segunda semana de vida se debería aumentar a 8 litros diarios en dos tomas, una cantidad que debería mantenerse hasta que la ternera coma la suficiente cantidad de pienso starter de buena calidad que permita iniciar el destete.

En cuanto a la temperatura, la leche debe estar a 20 grados, ya que a esta temperatura el ternero no gasta ninguna energía extra ni en calentarse ni en enfriarse.

Otro punto importante, es que los terneros deben tener agua limpia y fresca ad libitum.

Las explotaciones que han seguido estas recomendaciones en cuanto a calidad y cantidad de la leche y lactorremplazantes han visto como la tasa de mortalidad en los terneros lactantes caía hasta el 0,5 y el 1% y el uso de medicamentos se reducía hasta en un 80%.

Destete e inicio del consumo de pienso de arranque:

Es una falsa creencia que cuanto antes se destete mejor. El destete debe realizarse de forma progresiva para evitar problemas de estrés en el animal que desemboquen en diarrea y problemas respiratorios.

El destete temprano tiene un efecto perjudicial sobre la salud y el crecimiento de la novilla, así como sobre su capacidad de producir leche en el futuro. El proceso de destete siempre debe estar en sintonía con el desarrollo del rumen para que la ternera pueda asimilar el pienso. De lo contrario, provocaríamos el desarrollo de acidosis ruminal y agrupamientos de las papilas ruminales.

Por lo general, a las 3 o 4 semanas la ternera habrá incrementado el consumo de pienso de arranque. Este es el tiempo suficiente para que el rumen se desarrolle lo suficiente para ingerir o fermentar los alimentos.

Es aconsejable alimentar a la novilla con el pienso de arranque durante al menos entre 7 y 14 días tras el destete para desarrollar aún más el rumen.

Al igual que en la fase lactante los terneros deben tener agua limpia y fresca a libre disposición.

 “El pienso estarter debe contener un mínimo del 22% de proteína”

En cuanto a la composición del pienso, los piensos iniciadores suelen tener sobre un 18% de proteína para consumidor 1, 8 kilos de el durante tres días consecutivos antes de iniciar el destete. Sin embargo, esta cantidad de proteína está bastante por debajo de la proteína de un buen lactorremplazante (26-28%), por lo que se recomienda optar por un pienso de arranque de alta calidad, que contenga entre el 24 y el 25% de proteína, por lo serían suficiente 0,9 kilogramos durante tres días consecutivos para iniciar el destete.

En todo caso, el pienso estarter debe contener un mínimo del 22% de proteína, y si es de origen vegetal debe ser de harina de soja, con un buen equilibrio de aminoácidos, altamente digestible y degradable en el rumen. El maíz suele ser la fuente más común de almidón en los piensos de arranque.

En cuanto a la presentación de los piensos starter, la forma texturizada es preferible a los pellets o a la harina debido a que es más agradable al paladar, se traduce en un mayor consumo de materia seca (hasta un 15% más) y tiende a estimular más la musculatura de la pared del rumen. En caso de tener que utilizar pienso de arranque en petes, estos debieran tener un diámetro de 12 milímetros.

Las terneras deben dejarse en los corrales inviduales durante el período de destete para observar la cantidad de consumo de pienso de arranque y evitar el estrés por competencia.

Un objetivo fácil de alcanzar es duplicar el peso de nacimiento el ternero hacia las 8 semanas de vida. Programas más intensivos con el aumento de sólidos de leche pueden dar lugar a triplicar el peso de nacimiento hacia la semana 10 de vida, alcanzando los 118 kilos de peso.

Agrupamiento de las novillas y alimentación hasta los 8 meses de edad:

Una vez que las novillas son destetadas con éxito deben dejarse en las casetas o alojamientos individuales durante 1 o 2 semanas para asegurarse de que su ingesta de arranque aumenta hasta aproximadamente 3,6 kilogramos al día.

Al trasladarlas a los primeros corrales en grupo, el tamaño del grupo debe mantenerse entre 6 y 8 terneras por corral, si es posible.

No es aconsejable cambiar la ración al mismo tiempo si los animales se mezclan juntos, ya que al estrés por cambio social provocaría estrés por cambio de racionamiento.

“Cuando se agrupan se debe mantener el pienso de arranque durante la primera semana”

Durante la primera semana en grupo se debe mantener el pienso de arranque, y luego cambiarlas a una ración de crecimiento consistente en alta calidad de heno de alfalfa u otro forraje seco de alta calidad (20%) -la paja no les porta casi energía y no es digerible por terneras jóvenes- y el 80% concentrado en una ración totalmente mezclada (unifeed). La proteína bruta de esta ración debe estar entre el 20 y el 22%.

Las terneras se mantendrán con esta ración hasta que tengan al menos 5 meses de edad.

Entre los 5 y los 8 meses ya se pueden introducir forrajes fermentados con un nivel total de proteína bruta de alrededor del 16%.

Inseminación: cuando alcanzan la estructura corporal adecuada

Las novillas deben ser inseminadas cuando alcanzan la estructura corporal adecuada, no de acuerdo con el peso corporal. La referencia que aconseja el profesor Robert Corbett es cuando alcanzan 1,30 metros a la cruz, al peso al que se decida iniciar la cubrición. Con este criterio el 28% de las novillas llegará a esta altura a los 10 meses; el 60% a los 11 y el resto a los 12 meses de edad. Las terneras que se retrasen en alcanzar su altura de cría recomienda venderlas.

Una vez que se confirma que las novillas están preñadas, la ración ha de contener entre el 15 y el 15,5% de proteína bruta.

La altura ideal de las novillas al parto es de 1,39 metros de altura a la cruz y un peso de entre 610 y 635 kilos preparto en un programa de recría tradicional.

Si es posible, es aconsejable separar a las novillas de primera lactación de la vacas de segunda lactación y de las demás vacas viejas dentro del grupo de preparto. Y es que las novillas no compiten bien con las vacas de más edad y con frecuencia no consumirán las cantidades necesarias de materia seca.

“Es posible tener novillas pariendo con 20 meses de edad”

Los corrales de vacas preparto y de vacas recién paridas deben mantenerse como máximo al 80% de su capacidad, a fin de evitar competencia por el comedero y aumentar el consumo de materia seca.

En cuanto a la edad de parto, en un programa tradicional, se situaría entre los 24 y los 28 meses. Sin embargo, es posible tener novillas pariendo con 20 meses de edad con un programa de crecimiento acelerado y tener la misma estructura corporal que novillas de 24 meses de edad alimentadas con una ración convencional. Estas novillas no muestran una disminución en el rendimiento en leche y ningún aumento en las dificultades de parto.