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Recomendaciones para la implantación y manejo de praderas de raigrás y leguminosas

Recomendaciones para la implantación y manejo de praderas de raigrás y leguminosas

Finca de raigrás y leguminosas en Cartelos (Lugo)

Para que una mezcla de raigrás y tréboles se implante bien tenemos varios factores que debemos tener en cuenta:

– Preparación del suelo: debemos preparar bien la capa superficial de 10 cm, después del cultivo de maíz. Lo más común es pasar una grada de disco para abrir la tierra e incorporar el rastrojo del maíz junto con el purín, después pasar la fresadora dejando la tierra desecha y llana. A continuación pasar el sembrador y rulo por detrás compactando la semilla al suelo. Con este tipo de preparación logramos una buena implantación y reducimos en la cosecha la contaminación del silo con cenizas por falta de incorporación del rastrojo e irregularidades de terreno.

-Purines: Es un punto clave, antes de sembrar se pueden aplicar sin problema incorporando en la capa superficial.  En cobertera, después de implantado el cultivo, podemos aplicar hasta 25 m3/ha,  teniendo en cuenta las condiciones climáticas y  el estado de desarrollo del cultivo. Debemos aplicar esta cantidad cuando se prevean precipitaciones para que pueda lavar rápidamente las hojas e incorporar el purín en suelo. No debemos aplicar con el cultivo demasiado desarrollado, pues el purín no llegaría fácilmente al suelo, y quedaría acumulado en las plantas provocando quemaduras.

-Profundidad de siembra: es importante sembrar superficialmente. Así, en mezclas con tréboles la profundidad máxima de siembra no deberá pasar de 1 cm.

-Fecha de siembra: sembrar con la temperatura de suelo por encima de 12ºC, mejora la actividad del rizobio y permite una más rápida implantación de los tréboles.

-Abonado: en formulas con leguminosas debemos tener en cuenta que los pH estén por encima de 5,3, que el nivel de fósforo sea medio y principalmente no utilizar demasiado purín o abono nitrogenado. Tener en cuenta que en estas mezclas aproximadamente mitad de las plantas son leguminosas y no necesitan nitrógeno. Por lo tanto, las necesidades de este nutriente son también la mitad comparativamente a un cultivo sólo de raigrás. Podemos y debemos ahorrar en los abonados nitrogenados en este tipo de mezclas.

-Inoculación de las leguminosas: la inoculación de cada especie con rizobio especifico garantiza que todas las plantas desarrollen correctamente nódulos en sus raíces, incrementando la fijación del nitrógeno y mejorando su desarrollo así como el aporte de proteína.

-Equilibrio de la mezcla: es muy importante conocer las características de cada variedad y su comportamiento en mezcla para tener formulas equilibradas, homogéneas y con ciclos ajustados al objetivo.

– Tipo de utilización: tenemos distintos tipos de fórmulas,  unas más dirigidas  para uso en un solo corte con especies y variedades capaces de acumular una gran producción resistiendo mejor al encamado y otras ajustadas a varios cortes compuestas por variedades de rápido crecimiento y elevada capacidad de rebrote. En función de la fecha de siembra y fecha de cosecha podemos escoger ciclos más cortos o ciclos más largos de forma a no comprometer la implantación del cultivo siguiente.

-Dosis de siembra: cuando trabajamos con mezclas es importante conocer y respectar las dosis de siembra para que no exista dominancia de unas especies sobre las otras.

– Malas hierbas: para control de malas hierbas recomendamos hacer un corte de limpieza temprano que puede ser para aprovechamiento en verde o para quedar en la finca desbrozando. Esta operación también ayuda en muchas mezclas a mejorar el equilibrio entre las distintas especies cuando las condiciones de clima son más favorables para unas que para otras (Gramineas/leguminosas)..

-Fecha de corte: el punto óptimo para hacer el corte en abril/Mayo, buscando un equilibrio entre cantidad y calidad. Este punto se dá cuando tenemos 10-15% de los tréboles en floración  y los raigrases están aún por iniciar el espigado. Después de este punto ganamos alguna cantidad pero la calidad va bajando pues la proteína y baja y suben las fibras. Este efecto es bastante más rápido en las gramíneas, las leguminosas consiguen mantener durante más tiempo un nivel alto de calidad aguantando mejor cuando las condiciones climáticas no permiten cortar.

-Presecado: es muy importante hacer un presecado adecuado, consiguiendo niveles  de materia seca entre 28 y 35% para una buena conservación en silo. Importante no esparcir o hilerar la hierba en las horas de más calor para reducir las pérdidas de hoja. Importante tener en cuenta que más de 60% de la proteína están en las hojas y estas son las partes más digestibles del forraje.

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