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Poca leche coge en el maletero de un turismo, pero en el bloqueo de Leyma, en Arteixo, no dejan salir un coche sin revisar. Ayer se les coló un automóvil de un distribuidor que cargó el maletero de leche para bares y restaurantes y no quieren que tal cosa les vuelva a suceder. “De aquí sólo puede salir el reparto para los hospitales”, asegura un retén de una decena de ganaderos que monta guardia a primera hora de la mañana. “Acompañamos ayer un camión para el Juan Canalejo con 700 kilos y hoy irá otro para el hospital materno infantil”, explican.
A primera hora del día, como cada mañana, los camiones de los distribuidores pasan por la factoría, pero al comprobar que el bloqueo continúa ya no hacen intento de acceder al recinto. Desde la noche del viernes, no entran ni salen camiones de la factoría de Arteixo. Medio centenar de tractores se alinean en el arcén alrededor de la planta y sus propietarios, productores de las comarcas de Ordes y Carballo, se van turnando a la puerta para montar guardia.
Durante la noche del lunes, fueron una veintena larga los que vigilaron la factoría, primero a pie de planta, y cuando llegó el temporal, a partir de la una de la madrugada, metidos en los coches y pasando la noche “a cuentos”. A primera hora del martes, los deberes del ordeño dejaron reducido el grupo momentáneamente a una decena escasa, que se fue reforzando con el paso de las horas con los ganaderos que cogían el nuevo turno de vigilancia.
Negociaciones por el precio
La rutina del bloqueo está establecida y podría continuar así muchos más días si fuera preciso. A los ganaderos no se les ve con ánimos de levantar la protesta. Preguntados por los 2 céntimos de aumento que anuncian Eroski y Mercadona, los productores ven esa mejora como insuficiente. “El tema es que hay mucha diferencia de precios. A un ganadero que esté cobrando a 29 céntimos, si le pasas a 31 céntimos, pues igual le puede servir; pero a uno que esté cobrando a 20 céntimos, le pasas a 22 céntimos y queda igual que estaba”, valora un ganadero de Trazo.
«A un ganadero que esté cobrando la leche a 20 céntimos, una subida de 2 céntimos no le sirve» (Ganaderos en el bloqueo de Leyma)
“Lo que pedimos es que se regule un precio sostenible, que con nuestro trabajo podamos ganar para vivir”, secunda un compañero de Laracha. Completa el argumento un tercero: “Si el propio Ministerio dice que el coste de producción está en 34 céntimos, por menos de eso no podemos pasar”.
En medio del debate se planta un camión cisterna en la puerta de la fábrica. El conductor se baja y asegura que sólo lleva agua oxigenada para la depuración de aguas de la planta, pero los ganaderos no están por la labor de darle paso así como así. “La idea es que toda la planta esté parada, no sólo el envasado de leche”, le explican. El afectado insiste, apela a su familia, que no ve desde hace 15 días, y al final consigue una revisión de la ‘sentencia’. “Vuelve más tarde, cuando esté nuestro representante y miramos”.
El que sí puede salir, escoltado por un turismo de los ganaderos, es el camión que va a entregar la leche al hospital. En Lugo también se permitió la salida de leche de las factorías para hospitales y bancos de alimentos. “Que se vea que para cosas de necesidad cumplimos”, piden los ganaderos en Arteixo. “Eso sí, en los supermercados esperamos que se finalice la leche más temprano que tarde”.
