“Secados cortos o un tercer ordeño pueden ser más rentables que mejorar la reproducción”

Entrevista a Sergio Calsamiglia, veterinario referente en vacuno de leche en intensivo. Es el impulsor de www.granjadevacas.es, un simulador que ayuda a los ganaderos a tomar decisiones estratégicas.

“Secados cortos o un tercer ordeño pueden ser más rentables que mejorar la reproducción”

Sergio Calsamiglia, veterinario y catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona, es un referente en vacuno de leche en intensivo en España.

Ha dedicado los últimos cinco años a desarrollar el programa de simulación de granjas lecheras (disponible en www.granjadevacas.es), un programa de simulación de costes en ganaderías de vacuno de leche financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad, en el que han trabajado el Servicio de Nutrición y Bienestar Animal de la Universidad Autónoma de Barcelona, el Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias y el Centro Veterinario de Tona, y en el que ha colaborado la empresa Zoetis. Esta herramienta fue presentada el pasado jueves día 15 en la planta de Delagro en As Pontes.

Acabáis de presentar en Galicia el programa www.granjadevacas.es, un simulador de gran utilidad tanto para técnicos como para ganaderos. ¿Qué ventajas supone este programa?
El programa permite juntar los cálculos de evolución de la producción, la reproducción, las enfermedades, el manejo, las inversiones…etc., y con todos esos datos el programa evalúa las consecuencias económicas que se derivan de la decisión de cambiar algo, por ejemplo implantar un sistema de sincronización de celos, instalar un sistema de ventilación o proponer un tercer ordeño.

Es decir, el programa permite analizar el retorno económico de las diferentes estrategias que nos planteamos. Para ello es esencial disponer de datos de calidad e introducirlos en el programa de forma honesta y responsable, porque cuanto más precisos sean los datos, mejor será el diagnóstico.

Creo que en todas las decisiones es importante analizar detalladamente todas las consecuencias derivadas de cambios en parámetros determinantes. Y siempre es mejor hacer algunos cálculos antes que tomar una decisión no meditada. Y eso es lo que el modelo permite hacer.

La recogida y la toma de datos y su análisis sigue siendo una asignatura pendiente y, sobre todo, los ganaderos deben empezar a tomar decisiones en base a unos objetivos y a una estrategia analizada desde el punto de vista de su rentabilidad.

Hablas de que hay resultados de este programa simulador que te han sorprendido, por ejemplo la tasa de preñez. ¿Por qué no tiene tanta importancia aumentar la tasa de preñez en una ganadería de vacuno de leche en intensivo?
La tasa de preñez es casi siempre importante. Pero a medida que los niveles de producción de las vacas aumentan, dejarlas preñadas pronto es menos importante desde el punto de vista económico. Y este es un principio que puesto sobre el papel es bastante obvio y que el programa simulador pone muy claramente de manifiesto.

Es decir, si la tasa de preñez es buena, quizás tendría sentido plantearse un período de espera voluntaria más largo. En el contexto actual de granjas en intensivo, cuando el nivel de producción es alto (superior a una media de 10.000 L/vaca/año), es posible que retrasar el inicio de la inseminación ofrezca una oportunidad de mejorar el rendimiento económico, o que, al menos, su importancia económica sea menor comparada con otras estrategias de mejora.

No quiero decir que la reproducción no sea importante, pero sí que hay otras estrategias de mejora que en algunos casos merezcan más atención en base a su rentabilidad.

“Secados cortos o un tercer ordeño pueden ser más rentables que mejorar la reproducción”

Por ejemplo, un secado corto a 45 o 50 días es bastante más rentable que una mejora sustancial en la reproducción si el nivel de producción es elevado. Es una decisión que no requiere ninguna inversión y es bastante más rentable en una granja de alta producción que invertir mucho dinero en reproducción.

Es una realidad que, en el manejo que tenemos actualmente, por encima de un 25% de tasa de preñez es cuestionable el retorno económico para mejorarla.

¿El podómetro, por tanto, no es tan rentable?
El podómetro es tan rentable como el sistema hormonal cuando la tasa de preñez es baja (alrededor del 15%). La única duda que tengo es que el podómetro es una inversión y la inseminación a tiempo fijo es un gasto corriente. Es decir, que si un día estás descontento puedes dejar de usar las hormonas inmediatamente, pero en el podómetro ya has hecho el gasto y lo tienes que seguir pagando. Es un matiz que hay que tener en cuenta.

Además, en los podómetros asumimos una duración de 5 o 6 años, pero la reducción de la duración tiene un coste muy alto y se debe garantizar. Igual al ganadero le compensa negociar más la garantía de duración que descuento de precio de compra.

A partir de los datos del simulador, ¿Compensa mejorar las calidades de la leche y como es más rentable hacerlo?
Creo que la rentabilidad de las calidades de la leche depende de la industria que la compra y si valora y paga esas calidades a mayores.

 “Utilizar cruces para mejorar las calidades supone un riesgo empresarial grande”

En cuanto a los cruces, es cierto que las razas cruzadas tienden a tener mejor fertilidad y menos patologías, pero menos producción. Utilizar los cruzamientos para mejorar la calidad de leche tiene el problema de que es una inversión a medio plazo (5-7 años), y eso obligaría a tener un contrato por calidad de la leche a medio plazo. Y creo que la industria no está por la labor de hacer estos contratos a medio plazo.

Podría ser una estrategia rentable si el ganadero tiene un comprador que valora la proteína, pero en la situación actual creo que es un riesgo empresarial grande.

¿Existe un modelo de granja rentable en cuanto a tamaño?
Creo que cualquier granja bien gestionada y con un tamaño mínimo puede ser rentable, dependiendo mucho del precio de venta de la leche. Considero que rebaños con menos de 60-80 vacas en producción tendrán muchas dificultades. Y probablemente en el futuro será necesario considerar granjas incluso mayores.

Pero es indudable que una granja de tamaño grande tiene infinidad de ventajas que facilitan una buena gestión. Es decir, creo que es mucho más fácil hacer rentable una granja de 500 vacas que una de 60. Para rentabilizar una granja de 60 vacas es necesaria una gestión técnica y económica excelente y se tiene que ser mucho mejor ganadero y gestor.

Esto se debe a que hay unos costes fijos de inversión que son comunes tanto en una granja grande como en una pequeña. Además, en una granja grande es más fácil hacer un tercer ordeño, establecer protocolos estandarizados de manejo, o amortizar antes las inversiones y equipos. Sin embargo, también es cierto que los riesgos financieros son mayores en las granjas grandes.

 “La vaca rentable da mucha producción en su vida, pero no necesariamente a través de una mayor longevidad”

Un ganadero normal en una ganadería grande se puede ganar la vida, pero en una explotación pequeña es más difícil.

¿Con que criterios juzgarías una vaca como rentable?
La vaca rentable es la que deja dinero, es una obviedad. Quizás la mejor expresión es aquella vaca que ha dado más leche por día de vida. Eso depende de su producción y de su longevidad. Sin embargo, ser longeva sin producir no es rentable, y por lo tanto, no se pueden tratar estos temas de forma independiente. Hay que producir mucha leche a lo largo de su vida, pero a la misma producción total, prefiero que sea en una vida corta que no muy larga.

Pero también influyen otros factores externos como la capacidad del ganadero de producir forrajes a bajo coste y de calidad, o la eficiencia de la mano de obra, etc.

Otra de las preguntas recurrentes y en la que no hay unanimidad es ¿Cuando debe optar el ganadero por enviar una vaca al matadero?
Las vacas menos productivas del rebaño deben enviarse al matadero de forma voluntaria. Una forma de hacer selección genética es utilizar semen de calidad: es un procedimiento bueno, pero lento.

Pero otra forma tan rentable como la primera pero que tiene retornos inmediatos es la eliminación voluntaria de las vacas de menor potencial productivo. Es posible que esta eliminación deba situarse entre el 5 y el 10% anual del rebaño.

Sergio Calsamiglia durante su ponencia en la planta de Delagro en As Pontes

Sergio Calsamiglia durante su ponencia en la planta de Delagro en As Pontes

¿Cobrará cada vez más peso la longevidad de los animales en la selección genética?
En teoría sí. Si el animal produce y vive más tiempo, eso es más rentable. Pero en la vida real existe una relación negativa entre productividad y longevidad, y en este contexto, decidir que la vaca más longeva es más rentable ya no está tan claro. La longevidad no es sinónimo de rentabilidad.

La realidad es que las granjas en intensivo que se ganan la vida bien, con niveles de producción muy altos y en crecimiento, tienen 2,5-2,6 lactaciones de media. Hace veinte años la media en España era de 4 lactaciones y cuando alguien decía que había que bajar a 3,5 le llamaban loco. Ahora estamos a 2,6 de media.

«Cuanto más rápida es la mejora genética, más corta debe ser la longevidad»

Por otra parte, cuanto más rápida es la mejora genética, más corta debe ser la longevidad, porque la diferencia de rendimiento entre una vaca vieja y una joven será mayor. Y con la genómica el avance genético será más rápido, y por tanto el desfase entre vacas longevas y la nueva genética será cada vez mayor. Por eso, el sentido común de la rentabilidad me indica que la longevidad no es necesariamente sinónimo de rentabilidad; dependerá de otros muchos factores.

Con tu experiencia profesional tanto en España como en otros países ¿Que debilidad encuentras en las ganaderías de vacuno de leche en Galicia?
Creo que el tamaño importa y el tamaño pequeño es malo. No porque no se pueda gestionar, sino porque no pueden acceder a una serie de herramientas y tecnologías que son muy rentables. Por ejemplo, en una granja pequeña es muy difícil implantar un tercer ordeño, optimizar la mano de obra o amortizar algunos equipos. Cada vez creo que les va a ser más difícil competir frente a las granjas grandes.

Por otra parte, creo que el ganadero debe aprender a tomar decisiones en base a cálculos, a cifras, y a dejarse asesorar por profesionales.

 “Sería un error importar el modelo de Irlanda a Galicia”

En cuanto a los sistemas de producción extensivos en base a pastoreo como en Irlanda. ¿No serían apropiados para ciertas partes de Galicia?
En Irlanda es fantástico y se pueden ganar muy bien la vida. Pero Galicia no es Irlanda. Ni el tipo de hierba que crece, ni el tipo de superficie, ni la disponibilidad de pastos es igual. En Irlanda tienen prados muy grandes, disponen de pastos casi todo el año, sobre todo en verano, y saben mucho de agricultura, sobre todo en la parte agraria.

Aquí la pregunta no es si hay o no hay pasto. Lo relevante es si el pasto que se produce es de buena calidad y si compite en precio con los concentrados. Y creo que, en muchos casos, dependiendo de la situación económica, el coste de los nutrientes (energía, proteína,…) aportados por los forrajes no son más bajos que la compra de concentrados. Creo que es un error importar un modelo a una situación, como la de Galicia, que no es la misma. Hay que calcular el retorno económico de cada estrategia y decidir.

¿Y como fortalezas, cuales destacarías en Galicia?
Hoy en día, con la disponibilidad de buenas vacas, buenos equipos, buenos ganaderos y buenos servicios técnicos veterinarios y de asesoramiento, estoy convencido que el éxito, la sostenibilidad económica y el futuro de las ganaderías depende mucho más de las personas y mucho menos del entorno.

No creo que las fortalezas estén en la disponibilidad de forrajes, sino en la capacidad de producir buenos forrajes. Ni está en la calidad de los animales, sino en la capacidad de extraer el máximo beneficio de ellos; ni está en la tradición, sino en la capacidad de aprovechar esa tradición para garantizar la rentabilidad.

Indudablemente, las vacas hacen la leche. Pero el dinero lo hacen los ganaderos a través de su gestión. La fuerza del sector lechero Gallego (o de cualquier otro sitio) está en la capacidad de las personas implicadas en el sector en tomar decisiones comprometidas con las sostenibilidad del sistema: los ganaderos, porque son los que están cada día al pie del cañón. Y los otros actores del sector (veterinarios, asesores, empresas,….) porque tienen también la responsabilidad de liderar los cambios en la dirección adecuada.

“El futuro de las ganaderías depende mucho más de las personas y mucho menos del entorno”

En Galicia hay ejemplos de ganaderías competitivas, que tienen una mentalidad empresarial y que hace unos años decidieron apostar por un modelo competitivo. El gallego ha sido un luchador, un superviviente. Y ahora toca un cambio de mentalidad, y hay que aprender a supeditar las decisiones a su rentabilidad. El ganadero se está dando cuenta que el deseo de mantener una forma de vida (por cierto, envidiable) no debe ser el medio de vida, sino el objetivo que se tiene que alcanzar y que depende de la rentabilidad de su explotación.

Hay que dejar de pensar en que el entorno resolverá los problemas y convencernos que el futuro está en nuestras decisiones. Y estoy convencido que el ganadero gallego sabrá entenderlo, luchar y sobrevivir a las adversidades.

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