SAT Sampérez: Una ganadería creada para producir sólidos lácteos

Esta ganadería de Santa Comba es una de las mejores de Galicia en calidades de la leche, con un 4,2% de grasa, 3,6% de proteína y 100.000 RCS. ¿La clave?: Un buen manejo, buenos forrajes y la genética del ganado. Hablamos con José Calvo y Maite González, propietarios de esta SAT

SAT Sampérez: Una ganadería creada para producir sólidos lácteos

Javier y Maite, a la izquierda, con Francisco y otra asesora agropecuaria de Nestlé

SAT Sampérez es una ganadería singular en Galicia, porque antes de crearla los propietarios acordaron con la industria láctea que tipo de leche les interesaba producir y en función de eso orientaron sus decisiones.

“Anteriormente habíamos participado como socios en una ganadería de la que nos desvinculamos. Y en el 2012 decidimos empezar de 0, construyendo un nuevo establo y comprando un rebaño, pero antes de todo eso fuimos a hablar con la industria láctea para que nos garantizara la recogida y ver que tipo de leche les interesaba que produjéramos. Hablamos con Celta y con Nestlé y fue con esta última con la que llegamos a un acuerdo para producir leche con el máximo de sólidos posibles”, cuenta José Calvo, que junto a su esposa, Maite González, gestiona esta ganadería ubicada en el lugar de Guisande, en el ayuntamiento coruñés de Santa Comba.

El siguiente paso fue adquirir el ganado, y decidieron ir a Alemania y Holanda, donde la selección genética de la raza Holstein está más dirigida a la producción de una leche con más grasa y proteína, con destino a la elaboración de quesos y de otros derivados lácteos.

“Fui acompañado por Santi de Finca Asunción, y traje 40 vacas de una subasta en Alemania y otras 45 de Holanda, con un precio medio de unos 2.850 euros por animal”, cuenta José.

Eran primerizas que en la primera lactación llegaron al 4,4 de grasa y al 3,7 de proteína. Hoy bajaron a una media de 4,4 y 3,6, pero la producción de estos animales y de sus descendientes fue de nada menos que de 11.700 litros en el pasado 2017. Además, 40 de estos animales importados, 6 partos después, aun siguen produciendo. Hoy en SAT Sampérez cuentan con un rebaño de 204 animales, de los que 120 son vacas en ordeño, y manejan una base territorial de unas 50 hectáreas.

Desde hace 2 años Nestlé les paga por kilos de sólidos a sus 152 ganaderías proveedoras de Galicia y esta es una de las que mayor precio percibe gracias a estas altas calidades: 0,36 euros por litro, sin IVA, cinco céntimos por encima del promedio que paga esta industria láctea.

 Nestlé les paga a 0,36 euros el litro, gracias a los sólidos

¿La clave?: “Lo primero es la genética y luego está el manejo”, responde convencido este ganadero. Para mantener el nivel de sólidos y la genética de los animales que importaron el criterio que emplean para los acomplamientos es que los toros nunca sean negativos en calidades y que suban en producción. “Para eso tienes que ir a toros de Holanda, porque los de Estados Unidos o los de Canadá están más seleccionados para producir litros y no para sólidos”, cuenta. “No busco una vaca de concurso, sino una vaca resistente, con buenas patas, buenas ubres y que produzca sólidos”; añade.

En cuanto a las inseminaciones trabajan con semen convencional, después de una infructuosa experiencia con el sexado. En el 50% de las vacas inseminan con raza Frisona, recriando todas las hembras, y en la otra mitad ponen semen de Rubia Gallega. “Es una raza que nos funciona muy bien, sobre todo porque adelanta los partos entre 10 y 12 días respecto a la Limousin, y eso es más leche, y menos problemas para las vacas”, explica José. Los becerros los venden a partir de los 15 días la un promedio de 200 euros por novillo.

Calidades de los forrajes y de los silos

La otra parte de la rentabilidad de SAT Sampérez está en que logran una muy buena calidad de los forrajes y a bajo precio. El coste de alimentación es de 4,4 euros por vaca y día, o 0,16 euros por litro, incluyendo el coste de los forrajes, del pienso, de los alquileres de las parcelas y del carro mezclador.

El punto de partida está en los forrajes que producen: cuentan con unas 50 hectáreas de base territorial, de las que en 39 siembran maíz rotándolo con pradera de invierno y 11 permanecen a pradera permanente con raigrás italiano.

“En las de maíz sembré este año un ciclo 300, un Dekalb 4621, y el rendimiento medio fue de unas 40 toneladas por hectárea. Procuro que tenga la máxima digestibilidad, y en este sentido las analíticas del año pasado dieron un 40% de almidón y un 35% de materia seca. En la hierba en las praderas permanentes hago bolos y en las 40 que destino a maíz desde hace 3 años siembro una mezcla de Fertiprado con 4 tipos de tréboles, un raigrás híbrido, otro italiano y una festuca. Sus resultados son muy buenos, tanto en calidades, con un 15% de proteína y un 42% de materia seca, como en el crecimiento del maíz que se siembra a continuación”, explica. “El único pero -reconoce- es que las leguminosas no se llevan bien con el purín, por lo que o amplío la fosa para no tener que echarlo o tendré que dejar de sembrarlas durante un tiempo”.

 “La clave de la conservación del silo es un buen pisado”

Otro aspecto que llama mucho la atención de los forrajes de SAT Sampérez es su buena conservación, con sólo un 2% de pérdidas, a pesar de que los silos no son en trinchera y que no emplean ningún conservante, sólo ácido fórmico en el carro mezclador para que no se caliente la mezcla.

En este sentido, José Calvo subraya que “la clave de una buena conservación del silo es pisado, pisado y pisado y luego taparlo bien”. En su caso, tres tractores y 1 excavadora de cadenas están todo el día que dura el ensilado pisando el forraje para compactarla lo máximo posible. El menor ancho de este tipo de silo ayuda también a que la conservación sea mejor, ya que el avance es más rápido y el frente del silo está menos tiempo expuesto al aire.

Con estos forrajes, la ración diaria en esta ganadería para las vacas en producción es de 26 kg de materia seca: 32 kg de silo de maíz, 11 kg de silo de hierba y 11 kg de pienso, una mezcla con colza y con un 22,5% de proteína que desde hace poco le compran a Agrosoneira a un precio de 218 euros la tonelada. Las novillas las alimenta solo silo de hierba y pienso.

La única maquinaria agrícola con la que cuentan: dos tractores viejos

Otro detalle que llama la atención en SAT Sampérez es que la única maquinaria con la que cuentan son dos tractores con más de 30 años que emplean para arrimar la comida y para pisar el silo.

“Contratamos todos los trabajos agrícolas, en este caso a Agroforestal Xallas, y para el carro estamos en la CUMA de Santa María de Alón. Contratar todos los trabajos de maquinaria te permite estar más tiempo con los animales, que es de donde sacas el rendimiento, y detectar a tiempo posibles problemas. A La empresa de servicios le exijo rendimiento y calidades, pero yo soy ganadero, no tractorista, y donde tengo que pasar más tiempo es en el establo con las vacas”, razona José Calvo.

La importancia del ordeño

Y si él pasa la mayor parte del día atendiendo y observando a los animales, el área específica del ordeño es terreno reservado para Maite. Ella es la artífice de que esta ganadería no pase de los 120.000 RCS en tanque y de que las mamitis sean prácticamente inexistentes.

“Conozco todas las vacas por el ubre, y sé los defectos de cada una de ellas. Por eso es clave en el ordeño la persona que lo hace y seguir un protocolo, aunque después tengas otra persona que te ayude”, explica esta ganadera, que llegó a este mundo tras casarse con José, porque hasta entonces nunca había ordeñado una vaca. Realizan 2 ordeños diarios, con dos horas de duración, en una sala de 20 puntos.

Maite insiste en que el factor humano y observar y conocer a los animales es clave en el ordeño y para prevenir mamitis. Su marido corrobora su afirmación, pero reconoce que “quizás en un futuro pongamos robot de ordeño, no por que queramos, sino porque nos obligan, ya que es muy difícil encontrar mano de obra para trabajar en las granjas de vacuno de leche”.

Futuro: Ampliar la fosa de purín y mejorar calidad de vida

En cuanto a sus planes para el futuro, en SAT Sampérez su objetivo es ganar en calidad de vida, pudiendo disponer de fines de semana libres y de vacaciones.

“Prevemos aumentar 30 vacas en ordeño para poder pagar otro empleado que nos permita mejorar en calidad de vida, y para eso tendríamos que ampliar la fosa de purín, pasando de los actuales 1,2 millones de litros, a 3 millones, y si me dan el plan de mejora también la cubriría”, explica.

Unos planes que chocan con una burocracia excesiva y lenta pues, tal y como reconoce, “sólo para conseguir la licencia medioambiental tenemos que esperar entre 1 y 2 años”.

Otro objetivo que se marcan en esta ganadería es aumentar la longevidad de las vacas, actualmente en un promedio de 2,5 partos y con un 25% de reposición. En este sentido, José se muestra convencido de que “vamos a conseguir subir de 3 partos media sin problema”.

Tampoco considera un obstáculo conseguir base territorial para el cultivo de los forrajes y para bajar la carga ganadera. “A día de hoy es un factor limitante, pero en 10 o 15 años no lo será porque el 90% de las explotaciones va a cerrar”, vaticina. Unos cierres que en buena medida atribuye “a una mentalidad establecida en la sociedad de que quien se dedica a la ganadería es porque no vale para otra cosa”, un estereotipo que la realidad desmiente cada vez más.

En su caso José y Maite tienen un hijo de 18 años que creen que en un futuro tomará el relevo en la explotación. “Tiene idea de quedar con la explotación, este año empezó a estudiar Administración y Dirección de Empresas y luego tiene intención de hacer el ciclo superior de ganadería. Sabe que esto es una alternativa rentable y que va a estar aquí”, asegura Maite.

SAT Sampérez en imágenes: 

Os silos desta gandería teñen moi boa conservación malia non seren en trincheira

Una de las mejores ganaderías de Nestlé en Galicia

SAT Sampérez se sitúa en el top 10 de las 152 ganaderías a las que Nestlé les recoge la leche en Galicia. “Nestlé desde el comienzo me dejó claro lo que quería y me pagan según esos criterios, garantizando una estabilidad a varios años . Exigen mucho en cuanto a control de todo lo que pasa en la explotación pero estoy encantado”, reconoce José Calvo.

“La Certificación de Nestlé es un sistema de trabajo que tienen que implantar las ganaderías proveedoras y en el que se exigen unos requerimientos en cuanto a calidad de la leche, sanidad, respeto al medioambiente y, cada vez más, de mejora del bienestar animal, una exigencia que proviene de unos clientes que cada vez tienen más en cuenta este aspecto”, explica Francisco Rivas, asesor agropecuario de Nestlé y que trabaja con SAT Sampérez.

 “Nestlé nos exige mucho, pero estamos muy contentos porque nos da estabilidad a varios años y tiene una estrategia”

Para comprobar el cumplimiento de estas exigencias técnicos de Nestlé asesoran a las ganaderías, visitando con frecuencia a las explotaciones, unos controles que se refuerzan con visitas aleatorias y dos auditorías al año.

En este sentido, Francisco Rivas destaca que “uno de los aspectos que más valora Nestlé a la hora de seleccionar a una explotación como proveedora es que el ganadero tenga una mentalidad abierta a adaptarse a los requerimientos que le hace la industria por la demanda del mercado”. “Y José Calvo es uno de esos ganaderos de mentalidad abierta que precisamos”, subraya.

Por último, SAT Sampérez, es una de las 10 ganaderías gallegas que participan en el proyecto “Dairy For  Future”, una iniciativa financiada por el Arco Atlántico y en la que participan entidades de Galicia, Portugal, Francia, Reino Unido, Irlanda y País Vasco, con el objetivo de mejorar la sostenibilidad medioambiental de las ganaderías de vacuno de leche. También acoge alumnado en prácticas del Centro de Promoción Rural EFA Fonteboa.

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