Recomendaciones para evitar la muerte de las vacas por trozos de metal

La ingesta de trozos de metal sigue siendo una de las principales causas de muerte del ganado bovino, una mortaldad que provoca importantes pérdidas económicas a los ganaderos y que podría evitarse en gran medida. Así lo puso de manifiesto Javier Jesús Camba Méndez, perito en siniestros pecuarios, en las XVI Jornadas Técnicas de Vacuno de Leche de SERAGRO, celebradas recientemente en Lugo.

Más del 7% de las reses muertas en la explotación perecen por la ingestión de un cuerpo extraño

Para poner cifras fiables, Javier Jesús Camba expuso los resultados de un estudio realizado por el en base a 600 necropsias realizadas a lo largo de dos años en Galicia, y en el que se concluye que aproximadamente un 7% de las reses muertas en la explotación perecen por la ingestión de un cuerpo extraño. “A esas deberíamos añadir un porcentaje de animales que abandonan la explotación por la misma causa, pero que alcanzan el matadero y yo no he podido cuantificar”, precisa el perito en siniestros pecuarios.

A partir de su experiencia de 16 años realizando necropsias, asegura que el porcentaje de este tipo de muertes en ganado vacuno “no ha ido en aumento, pero desde luego no hay menos”.

¿A partir de qué medidas un trozo de metal es mortal para una vaca? Este experto advierte de que “un trozo de metal alargado y puntiagudo a partir de unos 5 centímetros ya puede ser fatal para la vaca”. Los elementos metálicos que más aparecen en las necropsias “normalmente son trozos metálicos como alambres del pastor, alambres del embalaje de la alfalfa, clavos… pero he encontrado vacas clavadas incluso con la antena de un coche, de fibra de vidrio”.

¿Como y donde se suele producir la lesión? Una vez que el animal ha ingerido el trozo de metal la lesión se produce en el retículo -el segundo estómago que tienen los rumiantes-, por una cuestión puramente anatómica. “El tamaño del retículo permite que un alambre de las dimensiones citadas, durante la digestión pueda perforarlo. La perforación se produce por los propios movimientos del retículo y por que en la posición que ocupa está sometido a una gran presión. A partir de ahí, depende de la dirección que tome ese cuerpo extraño, las lesiones pueden derivar en peritonitis, pericarditis, pleuritis, hepatitis… El animal luchará con más o menos éxito contra esa agresión, e inicialmente puede contenerla, pero a posteriori, cualquier situación de estrés (normalmente el parto) provocará que esa lesión, inicialmente controlada, se reavive y ya sea mortal”, explica Javier Jesús Camba.

Cada vez más lesiones por alambres de las pacas de alfalfa y de las ruedas de los silos

En cuanto al origen de estos trozos de metal, este perito en siniestros pecuarios concluye que “ha variado el cuerpo extraño que provoca la lesión”. “Antiguamente nos encontrábamos fundamentalmente con clavos de carpintería y alambre de espino de los cierres de las fincas. Últimamente lo que me encuentro con mayor frecuencia son alambres de las ruedas que se encuentran sobre los silos y alambres de la alfalfa. A partir de ahí nos podemos encontrar casi cualquier cosa: alambres de cobre que no atienden al tratamiento con imán, rebabas del soldadura…etc”, explica.

El caso más extraño que se encontró en su larga experiencia profesional realizando necropsias a ganado bovino, Javier Jesús Camba destaca “el de una antena del coche, por lo extraño y por el tamaño, pues podía tener aproximadamente unos 40 cm de longitud si bien estaba partida en dos trozos aún unidos por las fibras de vidrio”. “Estaba clavada atravesando retículo e hígado y llegaba al corazón. Ahí no había solución de ningún tipo, ni imanes ni nada que hacer, pero habría que saber como llegó aquella antena allí”, detalla.

Medidas de prevención para evitar casos de vacas clavadas

En cuanto a las medidas de prevención, sus recomendaciones son:

-”En explotaciones donde la incidencia de animales lesionados sea muy alta, yo recomendaría la introducción de imanes a todos los animales a título preventivo, puesto que un animal que trague un alambre y tenga en su retículo el imán, no llegará a lesionarse”.

Como prevención general, los carros mezcladores en su mayoría ya cuentan con imanes en su circuito que extraen los metales que puedan aparecer, y la maquinaria de labor tiene detectores que paran las máquinas cuando detectan un trozo de metal. El problema son los alambres y clavos que pueden caer directamente al pesebre o algún carro antiguo que no tiene imanes y pueden añadir a la ración de forma involuntaria algún alambre de las ruedas de los silos”.

-”Recomendaría el abandono del uso de las ruedas como peso sobre los silos, utilizar las famosas salchichas de arena o buscar otras alternativas que no tengan alambres en su composición”.

Por último, Javier Jesús Camba Méndez defiende que “la gente debería tomar conciencia de que los animales que mueren en la explotación tienen un último servicio que darnos y este es contar por qué se han muerto”.

“Nos daremos cuenta de este modo que hay una enorme variedad de causas por las que fallecen los animales; así mismo estos animales pueden contarnos algún problema que tenemos en la explotación y del que es posible que no tuviéramos conocimiento”, concluye.