Preocupación en las granjas de Touro por el proyecto minero

La reapertura de las minas a cielo abierto de Touro, cerradas a finales de los años 80, está generando alarma en las últimas semanas entre las granjas del entorno, una vez que se han enterado de que la reapertura no es tal, pues se crearán nuevas canteras a cielo abierto que afectarán de forma directa a las explotaciones lácteas. “En los últimos años se venía hablando de la reapertura y tampoco le das más importancia, pero a última hora nos enteramos de la dimensión real de la concesión y de que se abrirían minas nuevas, además de ampliar las antiguas”, señalan en una de las granjas afectadas.

El proyecto minero, que pretende retomar la extracción de cobre en los concellos de Touro y O Pino, implicaría la pérdida de base territorial en granjas de las parroquias de Bama y Loxo (Touro) o Cebreiro (O Pino). Las explotaciones tendrían que lidiar además con los inconvenientes de tener las minas a apenas unos cientos de metros, con los problemas de ruidos, polvo y metales pesados que esos trabajos generarían. “Sería imposible seguir con la actividad”, valora uno de los ganaderos afectados.

El proyecto minero implicaría la apertura de nuevas canteras a cielo abierto, además de ampliar las cerradas en los años 80

Dimensiones
Las minas afectarán en principio a una superficie de 689 hectáreas, ampliando las 4 explotaciones ya iniciadas en el pasado (Arinteiro, Vieiro, Bama y Brandelos) a otras dos de nueva apertura (Arca y Monte das Minas). A lo largo de la vida de la mina, habría 6 cortas mineras principales y otras 4 satélites, según advierte la asociación ecologista Adega. Los afectados subrayan además que la superficie total de la concesión supera las 2.700 hectáreas, una dimensión que genera preocupación.

Alegaciones
La plataforma Contraminacción, formada por entidades ecologistas y sociales, y vecinos y granjas afectadas presentaron a inicios de octubre 500 alegaciones ante la Xunta contra el proyecto minero. Una vez que trascendió la dimensión real de la concesión minera y que se corrió la voz entre los afectados, en pocos días se entregaron otras 1.000 alegaciones, totalizando 1.500.

Los vecinos advierten de los impactos que tendrían las minas sobre núcleos de población, granjas y manantiales de agua. Cuestionan además la apertura de dos balsas de lodos, que albergarían hasta 69.000 toneladas de residuos, y de una escombreira de 48 hectáreas.

En las alegaciones, las granjas inciden en que la actividad minera implicará la pérdida de su base territorial, con el agravante de que las tierras a destruir forman parte de procesos de concentración parcelaria. También se destaca que las ganaderías afectadas están caracterizadas por su dimensión, por el relevo generacional y por las constantes inversiones realizadas en los últimos años para su modernización y ampliación. “En resumen -advierten los vecinos-, el proyecto minero propuesto es incompatible con la continuidad de la actividad agroganadera y determinará el cierre de numerosas explotaciones”.