Pautas para lograr una mejor recría en vacuno de leche (I)

Resumen de la ponencia de Carolina Tejero, asesora independiente y veterinaria durante varios años en el Rancho Las Nieves, durante las XV Jornadas Técnicas de Vacuno de Leche de Seragro.

Pautas para lograr una mejor recría en vacuno de leche (I)

Terneras para recría.

Los dos primeros meses de vida suponen un período clave en el desarrollo de las novillas y también para la capacidad productiva y la salud de las futuras vacas. Se trata también de un momento crítico, no solo porque es en esta fase cuando más terneras enfermas se detectan en las granjas, sino porque dependiendo del manejo y de la alimentación se podrá reducir notablemente la edad al primer parto, y por tanto lograr una mayor rentabilidad.

Existe un importante margen de mejora en la recría

Hay que tener en cuenta que la recría es el segundo capítulo en gasto de una granja de vacuno de leche -supone entre el 15 y el 20% de los costes totales- y es quizás también el área con mayor margen de mejora en las ganaderías de vacuno de leche. Sirva como ejemplo que, un estudio de 2009 concluyó que el 23% de las novillas nacidas vivas no llegaban a parir, y otro estudio realizado en España en 2011 observó que de las novillas que alcanzaban el primer parto, el 17% no llega a lograr la segunda lactación.

En este sentido, la Carolina Tejero, asesora independiente y veterinaria durante varios años en el Rancho Las Nieves, el mayor de España, expuso en las últimas Jornadas Técnicas de Vacuno de Leche de Seragro las “Claves para lograr una mejor recría”.

Carolina Tejero se centró en las pautas para mejorar los resultados en la recría, y que se refieren principalmente a cuestiones de manejo y de instalaciones:

1) Manejo del preparto: evitar vacas gordas y evitar la sobrepoblación y la falta de limpieza en los patios de secas

Evitar el aumento o la disminución de la condición corporal de la vaca antes del parto. La sobrealimentación durante el período seco puede aumentar la probabilidad de dificultad de parto, debido a una mayor deposición de grasa alrededor del canal de parto.

Además, las vacas gordas pueden parir terneros más grandes y tendrán, por tanto, mayores dificultades de parto. Se recomienda también evitar la sobrepoblación en el corral de secas. En concreto se aconseja no pasar del 80% de ocupación para reducir el estrés y asegurar la ingesta.

Finalmente, es recomendable hacer un especial énfasis en la limpieza y desinfección de las instalaciones entre partos, con protocolos establecidos de como y cuando realizar la limpieza y valorar de forma periódica el nivel de limpieza de los animales en estos patios.

2) Parto:

El porcentaje de mortinatos (terneros que mueren durante las primeras 24 horas) ha aumentado en los últimos años. Las terneras nacidas de partos distócicos tienen un 6,7 veces más de mortalidad, un 1,7 más de ser tratadas por n neumonía y un 1,3 más de probabilidad de ser tratadas por diarrea que las terneras que nacieron en partos eutócicos.

Además, en las terneras que nacieron en partos con complicaciones está estudiado que se reduce la ingesta de calostro en las primeras 12 horas hasta en un 74%.

Por todo ello, se recomienda hacer un adecuado manejo del preparto y del parto para disminuir el porcentaje de distocias y de mortinatos.

3) Sacar a la ternera lo antes posible del patio de partos:

Se aconseja sacar a la ternera del patio de partos en menos de 4 horas, para evitar que se contamine de los microorganismos ambientales a través del ombligo, la boca o la nariz. Se ha observado que en caso de contaminación ambiental y de crecimiento de microbios en el intestino de las terneras recién nacidas, las becerras tendrán menor capacidad para absorber las inmunoglobulinas del calostro.

Por tanto, es necesario colocar lo antes posible a las terneras recién nacidas en un ambiente limpio y seco, con cama limpia y abundante para que estén cómodas y calientes, con espacio suficiente para moverse y con una ventilación adecuada.

4) Secar y calentar a la ternera:

Tras el parto la temperatura del recién nacido disminuye paulatinamente durante varias horas, por lo que es importante, sobre todo, cuando la temperatura ambiental está por debajo de la zona termoneutra (por debajo de 15 grados para becerras de menos de 21 días de vida) secar y calentar a las terneras.

5) Desinfectar el cordón umbilical:

El ombligo puede ser una vía de entrada rápida y accesible al torrente circulatorio para los microorganismos que se encuentran en el ambiente. Por ello, se aconseja desinfectar el ombligo lo antes posible, mediante la inmersión del cordón umbilical en una solución yodada al 7% o clorhexidina al 5%.

En granjas que no desinfectan de forma rutinaria se ha observado que la frecuencia de infección en el ombligo varía del 20 al 28%, pero en las que si desinfectan de forma protocolaria la incidencia se reduce a entre un 5 y un 14%.

Además, se ha observado que existe una relación entre la infección del ombligo y un mayor riesgo de padecer neumonía.

6) Pesar al ternero recién nacido:

El objetivo será calcular de forma más precisa la ganancia media diaria de peso hasta el destete.

7) Administración del calostro:

Para valorar si las granjas están realizando un correcto encalostrado, se puede sacar sangre de las terneras de entre 2 y 7 días de vida y medir el nivel de proteínas totales en suero. Como mínimo, el 80% de los animales analizados tienen que tener un valor igual o superior a 5,5 g/dl o a 8,4% Brix para un buen encalostrado.

La transferencia de las inmunoglobulinas depende principalmente de la calidad, de la cantidad y de las horas de administración del calostro, y también de la capacidad de absorción de estas inmunoglobulinas por parte de la ternera.

Se debe evaluar el tipo de calostro utilizado, el origen, las horas al ordeño, las horas la primera toma, los litros de la primera toma, los litros en 24 horas, la calidad, las bacterias totales, la desinfección de cubos, tetinas y biberones, el banco de calostro, el descongelado del mismo y la calidad tras la descongelación.

 Se aconseja pasteurizar el calostro a 60 grados durante entre 30 y 60 minutos

En este sentido, una de las causas más comunes del fracaso del encalostrado se debe a la contaminación del calostro. Una posible solución es su pasteurización a 60 grados durante entre 30 y 60 minutos. Se ha observado que a esa temperatura se producen menos cambios de viscosidad y apenas se destruyen inmunoglobulinas, pero si se destruyen gran parte de las bacterias patógenas que pueden contener el calostro y que disminuyen la capacidad de absorción intestinal de las inmunoglobulinas por parte de la ternera.

Si se utiliza calostro pasteurizado, se recomienda utilizar siempre calostro de alta calidad, con una concentración de inmunoglobulina G en suero mayor a 60 mg/ml.

También se aconseja recoger el calostro de forma higiénica y administrarlo rápidamente. Se debe también monitorizar el funcionamiento de la pasteurizadora y la proteína sérica, así como la morbilidad y la mortalidad de las terneras.

8) Administración de la leche de transición

Aproximadamente la mitad de los anticuerpos totales que una vaca produce para su descendencia se aportan en la leche del segundo y del tercer día, además de su mayor porcentaje de grasa, proteína y otros componentes, como hormonas y factores de crecimiento. Estos anticuerpos ya no pueden ser absorbidos y penetrar en el torrente sanguíneo de la ternera, pero ejercen una función protectora a nivel intestinal que puede permanecer hasta 5 días después de la alimentación.

Por tanto, es beneficioso para la ternera continuar con el consumo de esta leche de transición durante el segundo, tercer y cuarto días. De esta forma se evita la entrada de microorganismos patógenos a través de las paredes intestinales todavía inmaduras.

Al igual que el calostro, esta leche de transición debe ser manipulada y almacenada de forma higiénica.

9) No restringir la alimentación durante los primeros días de vida:

Está muy extendida la restricción de la alimentación durante las primeras semanas de vida, con la creencia de que así se disminuirá la incidencia de diarreas. Sin embargo, al restringir la cantidad de leche, lo que sucede es que las terneras no tienen la energía necesaria para crecer ni hacer frente a una posible infección.

Además, si se les restringe la leche, las terneras consumirán sus reservas energéticas para poder hacer frente a una infección y perderán peso.

Las diarreas no se deben a la cantidad de leche suministrada

En este sentido, un estudio comprobó que las terneras pueden consumir grandes cantidades de leche durante los primeros días con efectos positivos sobre el crecimiento y sobre la salud. En concreto, se analizó el consumo de leche en terneras de 0 a 28 días y se observó que las becerras tienen consumos muy diferentes entre los 0 y los 4 días de vida, con una media de 6,7 litros al día. Además, en las terneras sin enfermedad el consumo de leche al día 4 se relacionaba con mayores ganancias de peso diarias posteriores hasta el día 28.

De hecho, muchas veces los problemas de diarreas en las primeras semanas de vida se deben en realidad a un mal encalostrado, a la utilización de un lacto-reemplazante de mala calidad, a una preparación incorrecta del mismo, a una higiene inadecuada del material utilizado para la alimentación o al alojamiento en el que se encuentran las terneras, y no a la cantidad de leche suministrada.

En el siguiente artículo se explicarán las medidas para prevenir las diarreas y las pneumonías en terneros.

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