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La recría es el segundo capítulo de gasto en una ganadería de vacuno de leche, después de la alimentación, y puede representar hasta más del 15% de los costes totales de una granja. Lograr una recría eficiente se convertirá cada vez más en un factor decisivo en la rentabilidad económica de una explotación.
Y si tenemos en cuenta que los costes de alimentación de una novilla pueden representar hasta el 60% del coste total de recría de un animal, cobra especial relevancia mejorar la eficiencia de la alimentación, de forma que el forraje y el pienso ingerido sea aprovechado al máximo por el animal, minimizando lo que es excretado.
En este sentido, Jud Heinrichs, profesor de la Universidad de Pensilvania y especialista en nutrición de vacuno de leche, detalló este miércoles en el XXIII Congreso Internacional Anembe de Medicina Bovina cuales son las claves para mejorar la eficiencia alimentaria en la recría de las novillas:
1) Alimentación:
Según Jud Heinrichs la dieta de las novillas es un factor clave para la eficiencia alimentaria. En este sentido advirtió de que “las novillas deben ingerir forrajes de la máxima calidad y digestibilidad, es lo más importante, porque representan hasta el 90% de su ración total”. Esto se traduce en unos índices de conversión de entre 5:1 y 6:1 (para ganar un kilo de peso son necesarios 5 o 6 kilos de materia seca), pero en el caso de forrajes de mala calidad se eleva a 8:1 e incluso 10:1.
A este respecto, recordó que “al meter en la dieta de las novillas forrajes de mala calidad no sólo estamos tirando dinero, porque el forraje malo nos cuesta producirlo lo mismo que el bueno, sino que estamos generando más deyecciones, con el problema que supone para el medio ambiente”. “Además -advirtió- estamos reduciendo la digestibilidad del pienso y de los otros ingredientes de la ración, por no hablar de que la novilla necesitará gastar más energía en digerir ese forraje malo y necesitará más cantidad para lograr la misma ganancia diaria de peso”, advirtió el experto.
“Se debe dar de comer a las novillas 1 vez al día, no ad libitum”
Por otra parte, para Jud Heinrichs, y a diferencia de en las vacas adultas en producción, la alimentación no debe estar a libre disposición para las novillas sino administrársela una vez al día, como mucho en dos tandas para evitar la competencia en el pesebre. “Debemos buscar una alimentación de precisión, proporcionándole a la novilla solamente lo que realmente necesita. No penaliza ni su crecimiento ni su producción futura y está comprobado que podemos ahorrar entre un 10 y un 15% de pienso”, destacó.
Para apoyar este tipo de manejo Jud Heinrichs citó un estudio realizado en la Universidad de Wisconsin en el que las novillas alimentadas con una dieta controlada tuvieron un 29% más de eficiencia en la alimentación y generaron un 1 kilo menos de estiércol al día que las terneras alimentadas ad libitum.
“Lo que nunca debemos hacer es ir a dietas en las que se busca el llenado intestinal con forrajes que muchas veces son de mala calidad”, advirtió el profesor de la Universidad de Pensilvania.
“La ingesta de materia seca de calidad después del destete junto con la ausencia de enfermedades y de dificultades en el parto son los tres factores que más condicionan la producción de leche en la primera lactación, por encima de la ganancia media de peso y de la edad al primer parto”, añadió.
Un último elemento que puede mejorar la eficiencia alimentaria es la adición de aditivos para mejorar la función ruminal y la digestión microbiana, como levaduras y ionoforos.
Valores típicos de la eficiencia de la alimentación para terneras y novillas:
-Terneros alimentados con leche: de 2:1 a 2,5:1
-Terneras destetadas, con un 25% de forraje y el resto pienso: 3:1 a 4:1
-Novillas jóvenes, alimentadas con un 50% de forraje de alta calidad: 4:1
-Novillas en TRM: 6:1 a 7:1
-Novillas más viejas alimentadas con un forraje pobre: 8:1 o más, llegando incluso a 15:1
2) Genética:
La genética es otro factor que influye en la eficiencia alimentaria, por lo que debemos realizar un trabajo de selección de los animales que mejor aprovechan el alimento. “Las novillas eficientes en la alimentación también serán futuras vacas eficientes”, subrayó Jud Heinrichs.
La capacidad de las novillas de utilizar eficientemente la alimentación disminuye con la edad. Así, antes de la pubertad el crecimiento de la novillas es fundamentalmente óseo y muscular, pero después de la pubertad las novillas ganan más grasa en relación a los huesos y músculos, y son por tanto menos eficientes en alimentación.
Un objetivo podría ser alcanzar un estado estable de crecimiento desde el nacimiento hasta el primer celo, siguiendo por una segunda tasa de crecimiento después de la cría, para lograr el peso corporal deseado en el parto. Las investigaciones han demostrado que antes de la pubertad (de 9 a 10 meses) las novillas Holstein deben crecer en torno a 700 gramos al día para maximizar la producción de leche en la primera lactación.
“La ternera debe ganar 700 gramos diarios y llegar al parto con alrededor del 85% del peso de una vaca adulta”
Una vez que la novilla ha alcanzado la pubertad la tasa de crecimiento no afecta al desarrollo mamario y se debe considerar el siguiente punto de control crítico: el peso corporal en el momento del parto.
La investigación concluye que este debe ser alrededor del 85% del peso corporal de las vacas adultas. Si esto no se cumple las novillas de primer parto van a gastar un exceso de energía en el crecimiento durante la primera lactación, en detrimento de la producción de leche. Este fenómeno es una respuesta biológica al retraso de crecimiento antes del parto.
Además, las novillas que están en el último tercio de la gestación serán menos eficientes e relación al alimento, ya que el feto y los tejidos afines estarán sacando más energía y proteína dietética para apoyar el rápido crecimiento del feto.
Por último, las novillas que no hayan llegado a un tamaño adecuado a la edad de criar corren también un mayor riesgo de tener dificultades a la hora de parir a sus terneros.
3) Bienestar animal
El estrés ambiental y el ejercicio son dos factores que afectan a los requisitos de mantenimiento, y por tanto tendrán efectos directos sobre la eficiencia de la alimentación de la novilla.
Así, en establos cómodos y bien gestionados serán menores los costes de mantenimiento de las novillas. Por el contrario, cualquier establo en el que las novillas estén sucias, mojadas o en el que los animales pasen frío o calor, disminuye la eficiencia alimentaria debido a que aumenta el consumo de energía para mantener una temperatura corporal normal.
El ejercicio también influye, aunque en menor medida, en la eficiencia alimentaria, sobre todo si las novillas tienen que caminar largas distancias para acceder al pasto.
Objetivo: Llegar a novillas que paran a los 23 meses y con un peso corporal de alrededor de 700 kilos
El objetivo de un sistema de alimentación eficiente de las novillas es que estas lleguen al parto con una edad de 23 meses, con un peso medio para las de raza Holstein de unos 700 kilos antes de parir, o entre el 75 y el 85% de su peso corporal de vaca adulta.
Unas metas que, según Jud Heinrichs, los ganaderos en Estados Unidos ya están logrando. Así, si en el año 2002 solamente el 31,1% de las novillas analizadas en un estudio parían entre 21 y 24 meses, en el 2017 ese porcentaje se elevó al 63,4%.
“Eso supuso menores costes de recría y la producción de leche en el primer parto no solo no disminuyó sino que aumentó”, subrayó el profesor estadounidense.
