“Las granjas tenemos un trabajo bien hecho, fallaron otros”

Lupe Prado, reelegida recientemente responsable del sector lácteo en el Sindicato Labrego, analiza en esta entrevista la situación y perspectivas de futuro de las explotaciones gallegas. “Si queremos vivir de nuestro trabajo, tenemos que comprometernos en luchar”, valora

“Las granjas tenemos un trabajo bien hecho, fallaron otros”

Lupe Prado, en el Congreso de Leche del Sindicato Labrego, celebrado en Ordes en diciembre.

La ganadera vilalbesa Lupe Prado ha sido reelegida en el Congreso de Leche del Sindicato Labrego como responsable del sector en la organización. Hablamos con ella sobre la situación de la producción en Galicia y las perspectivas de futuro. Nos atiende en una pausa de trabajo en su explotación, una sociedad que crearon dos familias hace 11 años, cuando las sociedades agrarias (Sat) aún eran una fórmula poco habitual.

La ganadería maneja en la actualidad un rebaño de 215 animales, 120 en ordeño, y cultiva 122 hectáreas a hierba, maíz y desde el pasado año también a sorgo. “El sorgo lo ponemos como alternativa al maíz. En nuestra zona se da bien el maíz, pero tenemos el problema del jabalí”, cuenta.

Comencemos hablando de la cuestión que os preocupa siempre a las explotaciones, el precio de la leche. ¿Qué perspectivas le veis para este año?
– Es la pregunta del millón de todas las campañas. Tenemos unos supuestos contratos con las industrias, pero un contrato tiene que ser acordado entre dos partes y la realidad es que más del 90% de los contratos son imposiciones que se firman forzadamente. Si te niegas a firmar, tienes encima una amenaza de no recogida de la leche.

«La especulación gobierna y no sabemos qué va a pasar con el precio de la leche. En nuestra explotación firmamos un contrato de 3 meses que mantiene el precio»

El problema de fondo es que nunca vimos una Administración que vigilara esta situación. En su día teníamos una Mesa de la Leche en Galicia en la que industrias, organizaciones agrarias y Administración podíamos hablar, pero eso desapareció. Por encima, la Consellería presume estos días de lo que subió la leche en el último año, cuando seguimos a la cola de España en el precio de la leche.

No sabemos qué va a pasar porque la especulación es la que gobierna en este sector. En nuestra explotación, hemos firmado con Reny un contrato de 3 meses que mantiene el precio, pero dado que el anterior contrato que teníamos era de 6 meses, hay que pensar que nos reducen el tiempo de contrato porque piensan que la leche va a bajar. Si pensasen que va a subir, harían un contrato más largo.

La cuestión es que la producción está aumentando en toda Europa en los últimos meses, lo que hace prever caídas del precio de la leche. Desaparecieron las cuotas, pero ¿no sigue siendo necesario un control de la producción?
– No podemos tener más producción que consumo porque eso nos lleva a crisis. Nosotros apostamos por el control de la producción y la regulación de mercados. La política láctea de la UE tiene que tener en cuenta a las personas que hay detrás de cada explotación, que deben poder vivir de su trabajo. Estamos viendo que tras el fin de las cuotas continúa el cierre de explotaciones y la desaparición de puestos de trabajo. Ahora que venimos de una plaga de incendios, no está de más recordar que los fuegos se dieron sobre todo donde menos explotaciones y actividad rural hay. Somos las granjas, las de leche y las de otros sectores, las que cuidamos el medio y fomentamos que haya vida en el rural.

Llama la atención la situación de abandono de la tierra que se registra en muchas comarcas, en tanto la mayoría de las explotaciones lácteas siguen apretadas por la falta de base territorial.
– Es una situación increíble que en pleno siglo XXI, en una Galicia desarrollada, sigamos sin resolver la ordenación del territorio. Precisamos políticas que garanticen que cada explotación disponga de una base territorial equitativa para desarrollar su actividad, pero no hay un modelo ni propuestas. Corregir el problema de la falta de superficie agraria es cuestión de ganas y compromiso. Se nos dice que tenemos que aumentar base territorial para ser competitivos, pero se permite la forestación ilegal de tierras agrarias y proyectos mineros que acaban con explotaciones.

«Parcelas agrícolas que nosotros cultivamos a hierba y maíz están ahora a eucaliptos. Fueron denunciadas, pero los eucaliptos siguen allí»

Con la forestación de tierras agrarias, en nuestra explotación tenemos casos muy cerca. Estamos en una parroquia que acabó la concentración hace unos 15 años y parcelas agrícolas que nosotros cultivamos algún día a hierba y a maíz están ahora con eucaliptos. Esas parcelas están denunciadas, pero los eucaliptos siguen allí, se pueden ver. Y esta situación se da igual en muchos otros sitios.

En vuestro Congreso de la Leche, otra cuestión en la que apuntasteis la necesidad de medidas es la del relevo generacional. ¿Qué perspectivas veis en el sector?
– Hay explotaciones con gente mayor que no tienen quien venga detrás. Esa es una preocupación muy clara y faltan políticas adecuadas para que la gente joven tenga ganas de seguir con las explotaciones familiares. Tienen que verse políticas favorables al desarrollo del sector.

Volviendo al tema del precio de la leche, ¿crees que los proyectos cooperativos de Clun y Dairylac y otros de industrias, como el de Goodleit, pueden contribuir a darle más estabilidad al sector?
– La realidad es que tenemos cooperativas que comercializan ellas la leche y que le pagan a las granjas precios más bajos. Cuando las cooperativas nacieron, lo hicieron con un compromiso y trabajo de los ganaderos, pero hoy en día las cooperativas acabaron siendo una industria más, no están dando soluciones reales a los problemas del sector.

«El Acuerdo lácteo fue un documento por el que el Gobierno le pedía buena voluntad a las otras partes, pero nada cambió»

Dejas pocas vías de esperanza para el sector. ¿Ves algún motivo para el optimismo?
– Hay que decir que las granjas tenemos un trabajo bien hecho, fallaron otros. Si queremos vivir dignamente de nuestro trabajo, tenemos que ponernos las pilas y comprometernos a luchar por lo que es nuestro.

Ese ambiente de movilización desapareció tras la frustración que supuso para el sector el acuerdo lácteo del 2015…
– El acuerdo lácteo, que no firmamos, fue simplemente un documento en el que el Gobierno le pide buena voluntad a las otras partes. Entretanto, seguimos con contratos que son imposiciones y con el uso de la leche como producto reclamo en las cadenas de distribución. Necesitamos un precio de referencia de la leche, no un precio fijo, pero sí un precio que tenga en cuenta los costes de producción. Pagar por debajo de los costes de producción es ilegal pero se hace.

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