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La crisis que atraviesan las explotaciones lácteas se debe en parte a la saturación del mercado, con una oferta en ascenso para la que no hay demanda suficiente. Ante ese escenario, Bruselas abrió las puertas para que cada Estado miembro estableciera limitaciones voluntarias a la producción. En España, esas posibles limitaciones se estudian en el marco de la Interprofesional Láctea, pero en el sector ya se da por hecho que no se pasará de una declaración de intenciones.
Las organizaciones agrarias y cooperativas consideran que las dificultades de mercado aconsejan frenar los aumentos de producción, pero creen que no se pueden adoptar medidas de regulación si no es a nivel europeo y de una manera obligatoria para todos los Estados miembro.
«Si nosotros reducimos producción y los países excedentarios aumentan, se reirían de nosotros en toda Europa» (Román Santalla, Upa)
La Comisión Europea, sin embargo, se desentendió de la adopción de medidas, por lo que la patata caliente les queda a los países. De entre ellos, sólo Francia y España están explorando posibles límites voluntarios a la producción. En el norte de Europa, son partidarios de seguir creciendo, en la idea de que tendrán capacidad para resistir la situación.
Así las cosas, el responsable de ganadería de Upa, Román Santalla, también secretario comarcal de Unións Agrarias – Upa en el Deza, entiende que no se puede apoyar una propuesta de reducción voluntaria de la producción en España. «No es razonable. Si nosotros reducimos producción y los países excedentarios siguen aumentando las entregas de leche, se reirían de nosotros en toda Europa», cuestiona.
El Sindicato Labrego Galego (SLG), por su parte, considera que la idea de la limitación voluntaria es un «hablar por hablar». Su responsable de ganadería, Xabier Gómez Santiso, es partidario de una aplicación de medidas uniformes para todas las granjas: «O hay medidas para todos o no tiene sentido».
Desigualdades
«El mercado está siendo un ‘sálvese quien pueda’. Hay granjas en Galicia que tuvieron que recortar producción en los últimos meses o incluso que tuvieron que cerrar obligatoriamente por no tener a quien venderle la leche, en tanto otras están metiendo muchos animales», analiza. «¿De qué serviría que una granja redujera voluntariamente producción si otra sigue metiendo animales?», se pregunta el responsable de ganadería del Sindicato Labrego
«Hubo granjas que renunciaron a ayudas de incorporación por no poder cumplir los aumentos de producción comprometidos» (Xabier Gómez, SLG)
Desde el SLG advierten también de que hay granjas en Galicia que tuvieron que renunciar a una ayuda a la incorporación por no poder cumplir con los aumentos de la producción comprometidos, una situación que revela a las claras como el fin de las cuotas lácteas no tuvo en la práctica el efecto liberalizador que se esperaba.
Mensaje al sector
En Cooperativas Agroalimentarias de España, su responsable de ganadería, Fernando de Antonio, reconoce también las complicaciones de un acuerdo de limitación de la producción: «El sector carece de herramientas para establecer planes de limitación de las entregas» -valora-. «Las perspectivas son de que la Interprofesional Láctea lance un mensaje orientado a pedir que se frenen los aumentos de producción. Se trataría de no producir más que en el 2015».
«La Interprofesional estudia lanzar un mensaje para que se frenen los aumentos de producción» (Fernando de Antonio, Cooperativas Agroalimentarias)
Las restricciones a los aumentos de la producción ya se vienen aplicando en la práctica por buena parte de las industrias del sector. El posible llamamiento de la Interprofesional se entiende más como un mensaje para los diferentes operadores que como una estrategia práctica. El sector aboga ya buscar otras medidas concretas que puedan paliar la crisis que atraviesan las granjas.
Medidas
El Ministerio de Agricultura anunció semanas atrás que trabaja en un plan de refinanciación de deudas para las explotaciones en problemas. También se baraja la apertura de planes de abandono dirigidos a anticipar el cierre de aquellas granjas en las que su titular esté próximo a la edad de jubilación y no tenga sucesión.
Otra posibilidad abierta por Europa es la concesión de ayudas de Estado de hasta 15.000 euros por granja para la planificación temporal de la reducción de los volúmenes de producción, si bien esa medida parece de complicada ejecución. ¿Qué país va a fomentar la reducción de la producción si los países de su entorno continúan creciendo?. El mismo escenario es aplicable a las comunidades autónomas. ¿Qué comunidad estaría dispuesta en solitario a afrontar y financiar una medida así?.
Ante el escenario de dificultades, Santalla incide en que desde Upa le remitieron una propuesta de nuevas medidas al Ministerio. Entre las acciones sugeridas por Upa figuran las siguientes:
– Buscar vías para apoyar económicamente a las alrededor de 1.000 granjas que están entregando la leche por debajo de 25 céntimos.
– Financiar el transporte de la leche destinada a intervención pública, de manera que los costes de transporte de la leche no repercutan en los ganaderos.
– Explorar vías que permitan mejorar la intervención pública y el almacenamiento privado de lácteos.
