El posible establecimiento de límites voluntarios a la producción de leche en España está en el aire. El Ministerio de Agricultura trabaja con organizaciones agrarias, cooperativas e industrias para valorar las posibilidades. A día de hoy, el sector tiene clara que la única forma posible de regulación pasa por una fuerte implicación del Ministerio, es decir, por la aportación de fondos públicos para incentivar la autolimitación de entregas de leche. Queda por ver si habrá esos fondos.
El desequilibrio que registra el mercado lácteo europeo, con una producción superior a la demanda interna y externa, sólo tiene una vía de solución firme. Reducir la oferta hasta que se equipare con la demanda. Para lograr eso, la Comisión Europea primero apeló al libre mercado como vía de regulación y, una vez constatado que el mercado no se autorregula bien, decidió autorizar que cada Estado miembro pueda establecer límites voluntarios a la producción, pero sin aportar fondos para el proceso.
Esos límites pueden gestionarse bien a través de organizaciones de productores, cooperativas o de la Interprofesional Láctea. En España, dada la debilidad de cooperativas y organizaciones de productores, la única opción realista ahora pasa por la Interprofesional, un organismo que aglutina a industrias y productores.
«Trabajamos en la línea de que se puedan establecer límites bonificados por el Ministerio» (Javier Iglesias, Unións Agrarias)
Valoraciones
«La única posibilidad real de que en España se establezcan límites voluntarios a la producción pasa porque el Ministerio se implique profundamente a través de la Interprofesional, tratando de aglutinar al máximo de industrias y de territorios en el proceso» -valora Javier Iglesias, de Unións Agrarias.- «Trabajamos en la línea de que puedan establecerse límites incentivados por el Ministerio».
Entre las cooperativas, el director gerente de Agaca, Higinio Mougán, es excéptico sobre la posibilidad de que Agricultura aporte los fondos suficientes para el proceso. Otras alternativas, como la autofinanciación a través del mecanismo de extensión de norma de la Interprofesional, están casi descartadas. Sobre la mesa aparece también la posibilidad de que las comunidades autónomas aporten fondos.
«Si hay límites, debe protegerse a las distintas zonas para evitar una deslocalización de la producción» (Isabel Vilalba, SLG)
Resto de Europa
En cualquiera caso, el sector coincide en ver complicaciones en la financiación de una medida para la que no hay fondos europeos. La secretaria xeral del Sindicato Labrego (SLG), Isabel Vilalba, es pesimista sobre el proceso. «El establecimiento de límites debería hacerse a escala europea y de manera obligatoria. Si ponemos límites en España, puede haber otros países que sigan aumentando la producción y que canalicen hacia nosotros esos excedentes, bien a través de leche líquida o de productos lácteos transformados», cuestiona.
Otro punto sobre el que llama la atención el Sindicato Labrego es en la necesidad de proteger la actividad en las distintas zonas productoras, de cara a evitar una deslocalización de la producción. «Tendrían que mantenerse en todo el territorio las mismos porcentajes de volumen de producción», defiende Vilalba.