“La aspiración de Clun es la de lograr una cooperativa competitiva a nivel global”

Hablamos con José Ángel Blanco Purriños, presidente de Clun, sobre el primer año de andadura conjunta de Feiraco, Irmandiños y Melisanto, de sus proyectos más inmediatos y del camino aún por recorrer para una futura integración cooperativa a nivel gallego

“La aspiración de Clun es la de lograr una cooperativa competitiva a nivel global”

José Ángel Blanco, presidente de la cooperativa Clun.

José Ángel Blanco Purriños preside desde hace un año Clun (Cooperativas Lácteas Unidas) con la misma mentalidad con la que se incorporó en 1990 a la explotación familiar de 12 vacas ubicada en el lugar de As Cavadas, en el concello lucense de Xermade: la de ir creciendo poco a poco y con una visión empresarial.

Ese mismo espíritu lo trasladó a la cooperativa Os Irmandiños desde que fue elegido presidente en el año 2010, diversificando su actividad con nuevos servicios abiertos no sólo a los socios, sino a la población en general, con la finalidad de ganar volumen y capitalizar la cooperativa. Ese camino le permitió a Os Irmandiños emprender nuevos retos, como la adquisición, junto con otras cooperativas gallegas integradas en ACOLAT (Agrupación de Cooperativas Lácteas), de la planta de Clesa en Caldas de Reis, en aquel momento casi moribunda.

Acostumbrado a los retos y convencido de la necesidad de apostar por la integración para poder competir en un sector, el de la leche, también globalizado, José Ángel se puso hace un año al frente de la cooperativa de segundo grado formada por Feiraco, Os Irmandiños y Melisanto.

Obligado a multiplicarse para poder seguir atendiendo a su granja, que tiene hoy 300 cabezas, este ganadero de Xermade se muestra satisfecho de este primer año de andadura de Clun y dispuesto a dar nuevos pasos en el camino de la integración cooperativa a nivel gallego.

¿Qué balance hacéis del primer año de integración de Clun?
– Hicimos una cooperativa mucho más grande de la que teníamos y eso es muy importante, pero de momento es un simple grano de arena de cara al proceso final al que tenemos que llegar. Fue un año de mucho trabajo, porque a pesar de haber hecho todos los estudios previos necesarios, nadie se puede imaginar el montón de problemas y de pequeños detalles que hay que resolver sobre la marcha, muchos de ellos de carácter burocrático y que no dependen exclusivamente de las cooperativas.

Fuera se ve poco lo que hicimos y puede parecer que hicimos poco, pero logramos algo muy importante y que es el primer paso para poder seguir haciendo cosas porque lo que hicimos fue crear una cooperativa de mayor dimensión y que comparta las sinergias de sus integrantes y genere un actor competitivo en el mercado. Ese trabajo garantiza, por un lado, la obtención de márgenes adecuadas para la rentabilidad de las explotaciones y la industria, y por otro, un beneficio de retorno cooperativo, además del obtenido directamente por la mejora que proporcionan los servicios que presta Clun a sus socios.

Respecto de las inversiones, en este primer ejercicio, Clun realizó todas las previstas en su plan económico y que superan los 5,4 millones de euros, principalmente en tres campos: en una nueva línea de envasado para el nuevo formato de los cartones de leche de las marcas Feiraco y Unicla; en la adquisición de maquinaria diversa para la renovación del parque de maquinaria con el que Irmandiños presta los servicios agrícolas o de alimentación; y en tecnologías de la información, donde hicimos una inversión muy fuerte en aplicaciones informáticas, ya que las tres cooperativas teníamos programas y tecnologías ya desfasadas y para la integración es fundamental tener datos y avanzar en la centralización informática.

“Los ganaderos tenemos que ir de la mano de la industria para darle al consumidor lo que pide”

¿Cuáles son los objetivos más inmediatos para este 2018?
– A finales de este mes va a salir la mantequilla Unicla. Vamos a seguir apostando por esa marca y por esa filosofía. Estamos pagando más la grasa para incentivar la calidad de la leche y encaminar a los ganaderos hacia ahí. Los ganaderos tenemos que ir de la mano de la industria y la industria tiene que darle al consumidor lo que el consumidor pide, así que nosotros también le tenemos que dar a la industria lo que el consumidor pide. Hace solo cuatro años la percepción del consumidor era que la grasa era mala, por eso la gente bebía leche desnatada y los ganaderos estábamos centrados en producir litros de leche y no calidades. Pero esa realidad cambió porque cambió la percepción del consumidor y tenemos que adaptarnos a ella, tanto ganaderos como industria. A mí no me gustan las visiones negativas y pesimistas sobre el sector ni que se culpabilice siempre a la industria de todos los males.

Los objetivos con los que nació Clun están orientados a mejorar la rentabilidad del sector desde todos los puntos de vista y en contextos de mercado diferentes, favorables o no al precio de la leche. Todo parece indicar que tenemos que acostumbrarnos a precios volátiles de la leche en función de la oferta y la demanda y de otros factores, como noticias o modas, pero si somos eficientes y competitivos, si mejoramos nuestros costes y servicios, le daremos estabilidad a nuestros socios y nos mantendremos en el mercado.

¿La transformación láctea por parte de Clun va a caminar entonces hacia ahí, hacia calidad?
– Uno de los grandes cambios que la innovación y la industrialización trajo consigo es el el cambio del paradigma de la leche líquida, considerado no solo como producto en sí mismo, que sigue siéndolo, envasado en cartones, sino como materia prima generadora de componentes alimenticios industriales. La industrialización ya no es sólo envasar sino preparar esos componentes para la industria propia o ajena. En esa fase ya se alcanza una generación de valor importante.

“A finales de este mes vamos a sacar la mantequilla Unicla”

Nuestro objetivo, por tanto, se mueve por un lado hacia alcanzar la optimización de los activos industriales actuales de la cooperativa, fundamentalmente a través de Feiraco, Arquega o Clesa, y por otro en seguir innovando, cuya máxima expresión en nuestro caso es la leche Únicla, una leche de calidad resultado de la alimentación saludable de las vacas. Esperamos que esto nos permita responder a esas demandas del mercado, sean productos de calidad adaptados al gusto de los nuevos consumidores, componentes industriales, o la mejor leche del mundo.

¿Acabó el proceso de integración o hay que seguir sumando?
– La integración en Clun de Feiraco, Os Irmandiños y Melisanto fue el resultado de una larga reflexión, después de la buena relación y confianza que se generó durante los años de compartir trabajo desde la adquisicion de Clesa.

Ayudados por empresas externas, especialistas en la materia, se hizo un análisis del sector lácteo desde el punto de vista del mercado (qué es lo que demandaban los consumidores y la distribución y cómo y por qué evolucionaban los precios de la leche) y desde el punto de vista competitivo (cuál era el perfil de nuestras granjas y qué factores podían incidir en su rentabilidad, en qué ejemplos cooperativos europeos debíamos fijarnos y cómo afrontar la innovación, tanto en procesos y productos como en el tránsito hacia digitalización).

Los objetivos que salieron de esa reflexión estratégica se centran en lograr ganaderías eficientes, con base territorial suficiente, insumos competitivos, gestión económico financiera, desarrollo del conocimiento y calidad certificada, pero al mismo tiempo implementar una industria competitiva, con innovación constante y presencia en los mercados internacionales, con una capacidad de operar en los mercados acordes con la dimensión y segmentación de los mismos.

De todo este trabajo surgió la propuesta de integración que fue aprobada por más del 95% de los votos de los socios de las tres cooperativas, es decir, que las tres cooperativas estábamos plenamente convencidas de las ventajas de unirnos. Clun constituye un proyecto de integración cooperativa de más de 3.500 explotaciones ganaderas pertenecientes a 30 concellos gallegos de algunas de las comarcas con mayor producción lechera de Galicia, pero siendo realistas eso no llega. Todo eso se hizo con vocación de ser operadores del sector lacteo gallego, potenciándolo, dándole futuro y rentabilidad desde una visión de la economía social y ya no solo como estrategia de desarrollo rural, sino como modelo empresarial que favorezca el retorno de la inversión.

Ahora se están constituyendo en Galicia dos grandes polos del cooperativismo, Clun por una parte y Aira por el otro. ¿Piensas que es viable una futura integración con Aira?
– Cooperar está en nuestra esencia y es conocida la posición de Clun de aspirar a que en Galicia dispongamos de una cooperativa de dimensión suficiente para competir a nivel global. Tenemos claro que tanto Clun como Aira defendemos los mismos intereses, los del sector agroganadero gallego, y que el camino tiene que ir por ahí.

“Tanto Clun como Aira defendemos los mismos intereses, los del sector agroganadero gallego, y el camino pasa por una integración”

Tanto ellos como nosotros estamos totalmente convencidos del papel de la economía social y del cooperativismo en una economía desarrollada y muchas de las primeras empresas lácteas del mundo son cooperativas, simplemente nos llevan años de ventaja en cuanto a estructura y dimensión empresarial, probablemente porque actuaron ante los problemas del sector de manera correcta, afrontándolos, y tomando decisiones empresariales.

Antes de constituir Clun hicimos un viaje por toda Europa para conocer cómo funcionaban esas grandes cooperativas europeas, la francesa Sodiaal, la holandesa FrieslandCampina y la danesa Arla Foods, que fueron los ejemplos que tomamos para hacer nuestro proceso de integración. Nos llamó la atención que cuanto más al norte, mayores dimensiones tenían, pero que aunque era la más pequeña, la francesa comercializaba ella sola el doble de la leche que se produce en Galicia.

Así que comparados con estas grandes cooperativas europeas, Clun o Aira son un chiste. Imagínate si Clun tiene que competir con alguna de ellas para introducir por ejemplo un producto en el mercado, es cómo luchar una hormiga contra un elefante.

Pero las grandes cooperativas europeas nacieron y evolucionaron igual que aquí, solo que llevan funcionando 150 años. Feiraco tiene 50 años e Irmandiños 40, nos llevan un siglo de ventaja, pero esperemos que copiando podamos avanzar más rápido y llegar antes al nivel al que están ellas.

Ahora ya es más fácil que una cooperativa pueda entrar, porque tanto en la agrupación de cooperativas lácteas que creamos para el proyecto de Clesa, como para la integración en Clun, hay un trabajo previo, que necesariamente es técnico y empresarial, que lo hace más fácil porque ya hay camino andado. Y estamos totalmente abiertos y así se planteó desde lo principio.

¿Estáis interesados también en alianzas con otras industrias?
– No somos un club cerrado, estamos abiertos a la integración cooperativa y también a la colaboración con otras industrias. Lo mismo que decimos sobre la colaboración con otras cooperativas es igualmente válido para cualquier proyecto de colaboración con la industria, que sin duda será cada vez más frecuente, dada la dimensión necesaria para competir y la complejidad de la innovación, somos una cooperativa abierta a la economía moderna, y por tanto a todo tipo de alianzas que generen valor para la producción láctea y para nuestros socios ganaderos.

“Clesa superó todas las previsiones y a mediados del 2019 estarán saldados los créditos pedidos para su adquisición y puesta en marcha”

José Ángel Blanco.

José Ángel Blanco.

El presidente de Clun ejemplifica en carne propia el proceso de profesionalización y el cambio de mentalidad que reclama para el sector lácteo gallego. “Yo era un ganadero que estaba en Xermade y ordeñaba mis vacas. Entré en Irmandiños y vi una cosa distinta a lo que era la gestión de una explotación familiar. Allí vi como se gestionaba una cooperativa con criterios profesionales. Después, cuando entré en Clesa, vi lo que era gestionar una industria”, reconoce.

¿Cómo valoráis la evolución de Clesa desde su adquisición por parte de las cooperativas gallegas y qué proyectos tenéis para la empresa?
– En Galicia habían surgido antes varias oportunidades para que las cooperativas fuesen poseedoras de activos industriales que, por diversos motivos, no salieron adelante. La fábrica de Clesa en Caldas de Reis supuso otra oportunidad y Galicia y las cooperativas lácteas no podían permitir que la industria y la marca Clesa, generadoras de valor, desaparecieran, justo cuando uno de nuestros problemas sigue siendo no industrializar aquí la mayoría de la leche que producimos.

Clesa comenzó a andar de nuevo con un plan estratégico y reincorporando a los trabajadores a medida que se alcanzaban los hitos empresariales contemplados en el plan. En ese sentido, Clesa superó todas las previsiones, recuperó la actividad y el empleo, superó las cifras de facturación máximas de su historia y hoy es una industria de base cooperativa competitiva y con una marca reconocida a nivel español por su calidad.

“En Clesa hay tecnología industrial que habría que modernizar y que no está siendo usada, como la quesería”

Respecto de las inversiones realizadas por la Agrupación de Cooperativas Lácteas, se cumplieron también los hitos financieros previstos. Acolat se endeudó en 8 millones de euros para la adquisición y puesta en marcha de Clesa. La buena evolución de la empresa permitirá concluir su devolución a mediados de 2019 de acuerdo al plan de negocio elaborado en el momento de su adquisición.

Si Clesa representa el lado positivo, en el opuesto estaría Artesanos Gallegos de la Carne. ¿Qué supone para Artesáns Gandeiros, la cooperativa de segundo grado en la que está Clun, la pérdida de su participación industrial en la sala de despiece de Castro?
– A nivel de incidencia para el ganadero no tiene ninguna. Seguimos llevando los terneros a sacrificar en conjunto aunque no lo hagamos en Castro, sino en Nova Frigsa. Pienso que si en la leche fuésemos capaces de hacer eso mismo, centralizar la oferta, sería muy importante.

A nivel económico hubo una depreciación de los activos de la sociedad industrial participada, pero que no tendrá incidencia alguna en Clun, pues el quebranto ya está provisionado en las cuentas de la cooperativa de 2016.

Apostamos claramente por el sector cárnico gallego desde Clun y desde Artesáns Gandeiros. En Galicia hay capacidad transformadora suficiente para que sea rentable producir y comercializar vacuno gallego de calidad certificado por el Consello Regulador de las Carnes de Vacuno de Galicia, y esperamos para este ejercicio un importante crecimiento en nuestra área cárnica, no solo en la IGP Ternera Gallega sino en la IGP Vaca e Boi de Galicia.

Unos de los problemas para la puesta en marcha de proyectos industriales es siempre la necesidad de financiación. ¿Supone eso un freno a nuevos proyectos?
– Los socios quieren los productos al precio más barato, pero las cooperativas tienen que capitalizarse para poder invertir. En Clesa, por ejemplo, nos centramos hasta ahora en hacer yogures y postres, pero en la planta de Caldas hay quesería, mantequería y torre de secado de leche. Se hizo algo de leche en polvo para regular excedentes pero la quesería está sin usar. Toda esa tecnología industrial que hay en Clesa no está utilizada al 100% porque habría que hacer inversiones en modernización, porque algunas de las máquinas son de hace 20 años.

¿Cuál es el papel que debe jugar la Administración en eso?
– Creo que todos en el sector somos conscientes de dos premisas, que en un contexto de libertad de mercado, son los dueños de las compañías los que tienen que apostar por ellas, ampliando capital si su empresa lo necesita, así que los que tenemos que apostar por las cooperativas somos sus dueños, los ganaderos. En el caso de la creación de Clun, al tratarse de la integración de tres cooperativas con resultados positivos, no fue necesario ayuda financiera alguna.

Pero, al mismo tiempo, en Galicia la leche es un sector estratégico y en sectores estratégicos para un país, la Administración debe procurar instrumentos financieros para apoyar el desarrollo inicial de aquellos proyectos que impulsen o afiancen un sector de futuro, y el de la leche tiene que serlo en Galicia en las próximas décadas.

Pero nuestro proyecto tiene que ser viable por nosotros mismos, no estoy de acuerdo en que nos tenga que solucionar los problemas la Administración, ni darnos ayudas porque sí, porque eso no funciona. No debemos centrar nuestros proyectos de futuro en función de las subvenciones que haya.

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