Gavieiro e Hijos SL: un establo de vanguardia para una ganadería con leche diferenciada

Una nave completamente de hierro, más comodidad para el ganado, producir leche con alto contenido en proteína y materia grasa o el seguimiento de protocolos en el manejo del ganado son la apuesta de esta explotación de Palas de Rei.

Gavieiro e Hijos SL: un establo de vanguardia para una ganadería con leche diferenciada

José Manuel Gavieiro

Cuando en 2014 José Manuel Gavieiro veía que se aproximaba el fin del sistema de cuotas, intuía también los profundos cambios que para su explotación de vacuno de leche iba a provocar el fin de un sistema regulado que había asegurado hasta entonces una cierta estabilidad de precios en base al control de la producción. Su pequeña explotación familiar de 60 vacas en ordeño en la parroquia de Mosteiro, en Palas de Rei (Lugo), se enfrentaba al dilema de renovarse o morir para competir en un mercado desregulado.

“Las instalaciones tenían más de 35 años y se quedaban pequeñas, la sala de ordeño estaba anticuada..y tenía que realizar una gran inversión para renovarla completamente, que no podía acometer porque no disponía del dinero, o ir realizando obras poco a poco y endeudarme continuamente”, explica José Manuel.

La solución por la que optó fue buscar un socio capitalista para construir una nueva ganadería de vanguardia que creara marca propia tanto por el tipo de instalaciones, como por el bienestar animal y por la calidad de la leche. Así nació en 2014 Gavieiro e Hijos SL, un sociedad formada por dos socios en la que José Manuel Gavieiro aporta el trabajo como ganadero y su socio el capital.

Un establo completamente de hierro que busca el bienestar animal y la eficiencia energética

Para poner en marcha el nuevo proyecto se constituyó un equipo técnico formado por varios asesores que elaboraron un plan de viabilidad. Para la construcción del nuevo establo estudiaron distintas opciones: desde el clásico hormigón, a la madera, pasando por el sistema de invernadero o el de hierro. La dirección técnica de la granja y el diseño del proyecto correspondió a Marcial Gende.

Finalmente fue la estructura de hierro galvanizado la que se impuso por varias razones: “es más barata que el hormigón, es fácilmente desmontable, está diseñado para realizar una ampliación y además ofrece más facilidad de limpieza y mucha más luminosidad”, resume José Manuel Gavieiro.

Un factor decisivo que también decantó la balanza a favor del establo de hierro fue la rapidez de su montaje. “A comienzos de septiembre de 2014 teníamos la cimentación y los pilares de la nave instalados y a finales de octubre la nave ya estaba completamente montada”, destaca.

En total 3.660 metros cuadrados de superficie cubierta, con 46 metros de ancho y 80 de largo, de los que 7,5 son para el espacio de oficinas. El coste total de toda la nueva instalación ascendió a un millón de euros, con una aportación de 250.000 euros de ayudas públicas a través de AGADER.

Eficiencia energética y comodidad para el ganado

Precisamente la eficiencia energética y el respeto al medio ambiente fue uno de los criterios fijados por AGADER para conceder esta ayuda. En este sentido, José Manuel Gavieiro destaca que otra de las ventajas que aporta la estructura de hierro “es que al tener menos grosor y peso que el hormigón permite más altura del techo, por lo tanto más ventilación y luminosidad, algo que supone un ahorro de electricidad y una reducción del estrés por calor en verano”. De hecho no precisan de ventiladores ni de aspersores de agua.

 “Con el establo de hierro ganamos mucho en ventilación y luminosidad”

El único hándicap: “en invierno entra bastante el norte, lo que no es un problema tanto para las vacas como para nosotros”, reconoce José Manuel. Algo que esperan solucionar con el tiempo gracias a una plantación de tullas en la cara norte del establo.

Por lo demás, en las instalaciones buscaron también la máxima comodidad para las vacas, con pasillos de 5 metros de ancho, y en los cubículos optaron por un suelo de hormigón con una pequeña elevación, una almohada formada por un tubo de plástico y camas de arena.

Sistema de arrobadera que no acumula arena

Para evitar la acumulación y el atasco de la arrobadera con la arena de las camas, un problema frecuente con este tipo de material, en esta nave optaron por tres innovaciones que se relevaron efectivas: partiendo de un metro de profundidad, una inclinación del 7% en el canal de la arrobadera hasta el desaugue; 40 centímetros de ancho del canal y un suelo del mismo formado por la mitad de una tubería de PVC que impide la adherencia del purín.

 “Las mejoras en el sistema de arrobadera fueron sencillas y muy efectivas”

Otra pequeña innovación que introdujeron es que la parte superior de la arrobadera se estrecha hasta un ancho de 20 centímetros, formando un techo que evita la subida de gusanos al establo desde el canal. Por lo demás, la explotación está dotada de cámaras de videovigilancia y de infrarrojos que permiten un seguimiento y control de la misma desde el teléfono móvil.

Por lo demás, cuentan con un tanque de 16.000 litros, pensado para una producción diaria de 8.000 litros, y una sala de ordeño de 2×10 puntos que permite el ordeño por parte de una sola persona.

Apuestan por una genética que prime la calidad de la leche o la eficiencia alimentaria

Sala de ordeño de 2x10

Sala de ordeño de 2×10

Finalizas estas instalaciones de vanguardia faltaba su razón de ser: las vacas. El 15 de enero entraron las primeras procedentes de la antigua explotación de José Manuel Gavieiro, pero el grueso del ganado fue llegando en los próximos meses: 120 novillas Holstein primerizas importadas de Holanda y 20 de Dinamarca. “La razón por la que optamos por esos países es que buscábamos genética Holstein en base a calidad de la leche, tanto en proteína como en materia grasa”, explica José Manuel.

El mismo criterio siguen a la hora de la reproducción, utilizando toros genómicos que destaquen por segundos rasgos como eficiencia alimentaria, longevidad o fertilidad tanto del toro como de las hijas, sin descuidar la calidad y la cantidad de leche. “Este año utilizamos un toro, Donatello, que ahora está de número tres en Estados Unidos, y Payton, y esperamos tener buenos resultados”, explica.

Importancia de los protocolos y de la alimentación

Una instalaciones de primera y una buena genética precisan también de una alimentación idónea y de un buen manejo para que las vacas expresen todo su potencial genético.

En este sentido, la ración diaria para las vacas en ordeño está compuesta por 30 kilos de silo de maíz, 7 kilos de silo de hierba, 2 kg de veza y 11 kg de concentrado. Este tipo de alimentación, junto con los dos ordeños, les permite tener unas calidades de la leche de 3,60 de proteína y 4,20 de grasa, unos niveles bastante más altos que el promedio gallego. La producción media está en 32 litros por vaca, un dato provisional ya que la mayoría de las vacas son primerizas. La leche la venden a Lactalis, a través de la Cooperativa Agris, de la que son socios.

La base territorial de la ganadería de Gavieiro e Hijos SL son 52 hectáreas, de las que en 47 cultivan maíz y hierba en rotación y 5 hectáreas están destinadas sólo la hierba. La tierra escasea en esta comarca con numerosas explotaciones lácteas, lo que obligó a José Manuel Gavieiro a comprar este año en León 1.000 toneladas de maíz picado y 8 camiones de veza. “Gestionando bien las compras no se aleja mucho de lo que nos costaría producir ese forraje aquí”, subraya José Manuel.

 “Es fundamental seguir unos protocolos y unas rutinas de trabajo”

Otro aspecto que cuidan mucho en esta explotación son el seguimiento de unos protocolos y de unas rutinas establecidas en colaboración con los técnicos que los asesoran. Los beneficios de este sistema más profesional son evidentes para José Manuel Gavieiro: “el trabajo es más fácil y eficaz y mejoramos el rendimiento de la explotación si seguimos una rutina”.

Planes de futuro: poner en valor la calidad de su leche a través de la transformación

¿Y por donde pasa el futuro de esta explotación para hacer rentable una inversión de tal magnitud? José Manuel Gavieiro lo tiene claro: “el consumo de leche líquida está en caída y sube el de derivados lácteos, por lo que tenemos que producir leche de calidad para transformar en quesos, yogures…etc”.

En este sentido, en Gavieiro e Hijos SL se plantean a medio plazo ampliar la cabaña ganadera hasta 260 vacas en ordeño, aumentar las calidades de la leche hasta 3,6 de proteína y 4,5 de grasa y apostar por la transformación para darle valor a su leche. Para eso se plantean tres opciones: montar su propia quesería, comprar una o buscar una industria transformadora que valore y demande las calidades de su leche.

Pero todo este proyecto no sería posible sin el capital humano que hay detrás: sin la vocación ganadera de José Manuel Gavieiro, de su esposa y de una empleada que trabaja en la explotación. “Tenemos que dignificar el trabajo del ganadero, y eso empieza por nosotros mismos, por ser ganaderos con vocación que estamos donde queremos estar, que nos gusta nuestro trabajo y que apostamos por el futuro de nuestras explotaciones”, concluye.

Fachada da explotación

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