Ganadería Mantoño, diversificar en base a la genética

La venta de embriones y de recría a otras granjas supone una cuarta parte de los ingresos anuales de esta explotación de A Mariña. A partir de este año, además de descendientes de las mejores vacas Holstein del mundo, ofertará también animales Jersey

Ganadería Mantoño, diversificar en base a la genética

Saúl Dorado, de Ganadería Mantoño, con terneras de recría de la explotación.

Saúl Dorado es un apasionado de las vacas. Estudió Educación Infantil pero nunca se dedicó a eso. Con 14 años comenzó a interesarse por los concursos morfológicos y a escoger los mejores ejemplares de la explotación familiar para pasearlos por las pasarelas bovinas de Galicia. Corría el año 1997 cuando fue al primer certamen y quedó enganchado. Un año después, la ganadería Mantoño ponía los primeros embriones para mejorar la genética de sus animales y, en poco tiempo, Saúl lograba las primeras «misses».

Lo que comenzó siendo una afición del joven de la casa abría casi sin quererlo un nuevo campo de negocio para aumentar la rentabilidad económica de la granja, creada por sus padres en los años 80. La mejora genética con embriones se volvió una práctica habitual a partir del año 2000 en este establo ubicado en la parroquia de San Xusto de Cabarcos, en Barreiros, un programa intensivo que le permitió situarse entre las mejores ganaderías de Galicia por calificación morfológica (segunda el año pasado en el ranking de Africor Lugo, con 87,8 de promedio, diez puntos por encima del promedio de las granjas españolas).

La granja logró el título de Maestro Criador, otorgado por Conafe, en el año 2007

En el año 2002, comenzaron a nacer las primeras crías descendientes de aquellos embriones Holstein traídos de EEUU y Canadá y Saúl se incorporó a la explotación. Desde entonces, de esta granja barreirense marcharon 25 terneros para los principales centros de inseminación de toda España y de otros países como Italia o Alemania. En el 2007, Conafe distinguió a Mantoño con el título de Maestro criador, un galardón que se da cada 10 años y que podría volver a repetir en este 2017. La sala de trofeos de esta ganadería nada tiene que envidiarle a la del Real Madrid y pide una ampliación, y eso que hace ya unos años que no participan en concursos.

Venden embriones y recría de cualquier edad, tanto hembras destinadas a la producción como machos para mejora genética, a granjas de Galicia, Asturias, León, Cantabria o Andalucía. «Acuden a nosotros ganaderos que buscan animales con pedigrí para después ellos hacer mejora genética en sus explotaciones. La gente nos conoce y ya nos llama», explica Saúl. Un mercado a la carta muy dependiente del precio de la leche pero que representa, dependiendo del momento, entre un 25 y un 30% de los ingresos de esta granja.

Vacas en producción de Gandería Mantoño.

Vacas en producción de Gandería Mantoño.

La ganadería Mantoño tiene en este momento 155 cabezas totales, de las que 70 son vacas en ordeño, que producen un promedio de 11.000 litros de leche por vaca. Pero en la filosofía de esta granja no está crecer, sino diversificar. «Pienso que la explotación está bien dimensionada», considera Saúl, que no ve viable en términos de coste-beneficio hacer una gran inversión en este momento.

Los problemas de espacio donde está ubicada la explotación impiden una ampliación, así que su futuro pasa por intensificar la selección para que cada vez los animales sean mejores e incrementen su productividad tanto en términos de venta de leche como de genes. «En vez de por aumentar, apostamos por seleccionar y diversificar», detalla.

Buscando longevidad

Esta explotación mima a las crías pero también a las madres. «Nuestra estrategia es cuidar los animales para que las vacas duren muchos partos porque tenemos mucho invertido en ellas, es nuestro principal capital», reconoce Saúl, que explica que se trata «además de tener buenas vacas, de que estas duren porque si te hace falta la cría para ti, para reemplazar bajas en la propia explotación, no puedes venderla y sacarle un rendimiento económico».

Mantoño tiene una productividad vitalicia media por vaca de 70.000 litros. «Un animal tiene que durar 6 o 7 partos», defienden

«Tener vacas buenas es muy rentable en una explotación, pero de nada vale una vaca que da mucha leche en el primer parto si en el segundo va al matadero, y esto es una hipoteca enorme en este momento para muchas granjas», afirma.

Por eso, Saúl prefiere medir las vacas no en función de la producción anual, sino de su producción vitalicia. «La vaca buena es la que da más de 50.000 litros en su vida», considera. Gracias a la longevidad de sus vacas, Mantoño tiene una producción vitalicia promedio por vaca de unos 70.000 litros, entre los primeros índices de Galicia y el doble del promedio actual de la provincia de Lugo. «El coste de poner una novilla a punto de parir es de entre 1.500 y 1.600 euros, dependiendo del precio de los forrajes. Eso no se desquita en un parto, esa vaca tiene que durar 6 o 7 partos», argumenta.

Saúl Dorado, con los premios y distinciones obtenidas.

Saúl Dorado, con los premios y distinciones obtenidas.

A veces, a Saúl le cuesta desprenderse de alguno de los animales que nacen en la granja «porque sabes de su calidad», pero esas ventas suponen uno de los sustentos de la explotación, de la que salen al año unas 25 novillas. De los machos que nacen, en torno al 80% se van también a otras granjas para sementales. «Si un ternero recién nacido no vale más que 40 euros para el camión, nosotros de este modo podemos sacarle entre 350 y 400 euros. La diferencia es muy considerable», cuenta.

De las Holstein a las Jersey
Desde que en el año 1998 importase los primeros embriones Holstein, «no hubo año que no hayamos comprado embriones», reconoce. Hace un mes, a esta explotación barreirense llegaron 4 embriones de EEUU (cada uno de ellos cuesta 1.000 euros) pero «hubo años que invertimos mucho más», admite Saúl. Gracias a eso, todo el establo es en este momento descendiente de familias élite de vacas de EEUU y Canadá, y alguna fue desarrollada ya en San Xusto tras varias generaciones en la granja.

Saúl oferta sus novillas y terneros a través de la página web de la explotación y de las redes sociales, que es hoy su principal vía de contacto con sus clientes de todo el Estado. La granja la atienden cuatro personas: su padre, su madre, él y un empleado a tiempo completo.

La granja está convencida de la potencialidad de la raza Jersey en Galicia por los requerimientos industriales de más grasa y proteína

En este momento decidieron, igual que en el año 1998, tomar una decisión estratégica para el futuro de la explotación. «Hace año y medio tenemos como proyecto hacernos con entre 10 y 15 animales de raza Jersey. La idea es llevar los dos rebaños, el Hosltein y el Jersey, en paralelo y sin mezclarlos, para hacer selección intensiva en las dos razas.

Saúl está convencido de la potencialidad de esta raza en Galicia a corto plazo «porque se está pidiendo más grasa y proteína para competir» y decidió «adelantarse al mercado», de manera que cuando la demanda de animales Jersey aumente en Galicia puedan adquirirse ya aquí.

Para eso, igual que había hecho hace 15 años con las Holstein, fue al mejor establo del mundo en Jersey (Arethusa Farm) y trajo 6 embriones que nacerán este año en San Xusto. A partir de ellos, piensa desarrollar familias de alto valor genético de esta raza.

Al tomar la decisión de no crecer en número de cabezas, «la selección es más intensiva y la mejora genética más rápida», explica Saúl, que ha pensado implementar con la raza Jersey la misma estrategia que llevó en su día con las Holstein: «localizar vacas punteras a nivel mundial y traer todos los años alguna, vía descendencia, a la explotación».

Pero toda esta estrategia «no valdría de nada sin un bueno manejo», admite. «Nosotros como somos pequeños, tenemos que esmerarnos más para no tener fallos, para que las vacas paran bien y no tengan problemas».

Igual que la recría, la alimentación también es toda hecha en la explotación (desde la producción, el ensilado y la mezcla). Basan la ración diaria en el silo tanto de hierba como de maíz, «pero principalmente en la hierba», aclara Saúl, que dice que «el objetivo es intentar hacer una ración barata a base de forrajes de calidad», aunque admite que «en esta zona el mayor handicap es no poder tener más terreno disponible».

«Es necesario dignificar socialmente la profesión de ganadero»

Saúl hizo en el año 2001 su primer viaje a Canadá y destaca que le cambió la mentalidad. «Allí los ganaderos tienen uno de los mejores precios de la leche del mundo, muchísima ayuda pública y una profesión muy dignificada en todos los ámbitos», afirma. «Aquí, por el contrario, socialmente tener vacas sigue teniendo un punto negativo, algo que no sucede en países como Canadá, Estados Unidos o Suiza, donde es una profesión de prestigio», compara.

Sin ir más lejos, echa un ojo con cierta envidia a Asturias, una comunidad ubicada a tan sólo 25 kilómetros de San Xusto. «En Asturias, que está aquí al lado, tenemos un espejo en el que mirarnos también en ese sentido», afirma. «Allí los ganaderos están cobrando la leche entre 4 y 5 céntimos más que nosotros», detalla. Él se la entrega a Leche Celta a un precio de 30,5 céntimos el litro pero piensa que «iniciativas como Clun son muy necesarias y se tenían que haber hecho ya hace mucho tiempo».

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