Ganadería Iglesias Agra: Orgullo de ser ganaderos y de mejorar como profesionales

Esta ganadería de Fontecada, en el ayuntamiento coruñés de Santa Comba, es un ejemplo de apuesta por la profesionalización en el sector. Hablamos con Manuel Iglesias Agra, su propietario, que también forma parte de la directiva de la Organización de Productores de Leche (OPL)

Ganadería Iglesias Agra: Orgullo de ser ganaderos y de mejorar como profesionales

Manuel con Chelo y Damián

Ganadería Iglesias Agra es un ejemplo de transformación en muy pocos años de una explotación familiar a una ganadería gestionada con una visión empresarial y con mano de obra externa contratada, una transición que están experimentando muchas otras granjas en Galicia.

Situada en el ayuntamiento de Santa Comba, uno de los más ganaderos del país, con más de 11.000 vacas censadas, el momento clave para el futuro de esta ganadería fue hace 17 años, con la decisión de Manuel Iglesias Agra de cambiar de profesión y hacerse cargo de la ganadería familiar de sus padres.

“Cambié el trato con las personas en la hostelería por el trato con las vacas, que son animales más nobles”

“Estudié la rama de hostelería y trabajé en el sector, pero cuando tuve la oportunidad lo dejé para dedicarme a lo que realmente me gustaba y me gusta: las vacas de leche. Puede decirse que cambié el trato con las personas por el trato con las vacas, unos animales más nobles”, reconoce Manuel.

La explotación familiar de la que partía era una ganadería con 30 vacas en ordeño , que pastaban durante el día y por la noche permanecían presas en la cuadra. 17 años después, y tras sucesivas ampliaciones, hoy Ganadería Iglesias Agra cuenta con 240 animales, de los que 120 son vacas en ordeño.

“Abandonamos el pastoreo, aunque nos gusta verlas en el prado y de hecho sacamos fuera a las secas y a alguna novilla, y sobre todo somos mucho más eficientes, productivos y profesionales”, valora.

Tienen muy buenos resultados en hierba con una mezcla de raigras inglés con festuca

La base territorial también aumentó: hoy cuentan con 75 hectáreas, de las que la mitad son en propiedad y las otras arrendadas. Sin embargo, Manuel Iglesias subraya que “sin bien es cierto que es importante tener superficie, esta tiene que ser proporcional a las necesidades y, sobre todo, hay que medir los rendimientos de las fincas para ver si son rentables”. Así, cita la situación en la que se encontró en el año 2016: “Tenía demasiada base territorial que estaba siendo un lastre para mi explotación, porque había parcelas que no eran eficientes y se me disparaban los costes, por lo que decidí dejarlas”.

La mitad de la superficie actual la siembra a maíz y la otra mitad a hierba. En este último cultivo introdujo cambios en el último año, con una mezcla de raigráss inglés y de festuca, que valora muy positivamente. Está formada por un 10% de raigráss híbrido, un 35% de raigráss inglés diploide, otro 35% de raigráss inglés tetrapoloide y un 20% de festuca.

“Con esta mezcla el espigado es más tardío y logro un forraje con mucha hoja y proteína”

“Esta mezcla proporciona hierba con un espigado muy tardío, un alto rendimiento en cantidad, mayor facilidad de manejo, porque no se pasa tanto de un día para otro, y un nivel más alto de proteína en el silo”, explica.

En concreto, en el silo de este año esta mezcla permitió obtener un promedio de un 15-16% de proteína y un 30-32% de materia seca. “Lo ves en el forraje, con una baja cantidad de paja y una cantidad muy importante de hojas, de brotes más digestibles, que son los que aportan rendimiento lechero”, destaca.

Y es que para este ganadero la calidad de los forrajes y la calidad del agua es lo más importante para las vacas. “Puedes hacer camas 4 veces al día y tener ventiladores y aspersores, que como no tengas buen forraje y agua no haces nada”, sentencia.

El cambio de la soja por colza les permitió bajar el coste de la ración sin penalizar la producción

La ración para las vacas de leche en Ganadería Iglesias Agra está compuesta por 30 kg de silo de maíz, 16 kg de silo de hierba, 6 de colza y 5 kg de núcleo. Optaron por la colza hace algo más de un año por un motivo estrictamente económico: negociaron un precio para todo este 2018 de 224 euros la tonelada, unos 120 euros menos que la misma tonelada de soja.

“A pesar de que tuvimos que subir 900 gramos en pienso para lograr las mismas unidades proteicas que con la soja, el cambio nos compensó de sobra pues abaratamos la ración, hasta llegar a una promedio de 4,5 a 4,7 euros la ración por vaca y día, y la producción de leche no se vio penalizada”, explica Manuel.

Por lo demás, destaca el alto contenido en fibra de esta ración, en buena parte gracias al silo de hierba, con un resultado positivo en la salud de las vacas: “Las heces están perfectas y los animales a nivel productivo y reproductivo funcionan muy bien”, destaca.

“En la elección de los toros priman los que tienen la mayor puntuación en sólidos y en longevidad”

Con esta ración el promedio de producción por vaca, normalizada a 305 días, es de 12.057 litros por lactación, con unas calidades de un 3,7% de grasa y de un 3,2% de proteína, unas calidades estándar que buscan mejorar. La media de mamitis en esta explotación es de entre un 4 y un 5% al mes y el promedio de recuento de células es de 155.000. La leche se la venden a CAPSA Peñasanta.

Precisamente, la necesidad de adaptarse a las demandas de la industria láctea está llevando a esta ganadería a hacer una intensa selección con el objetivo de mejorar la calidad del rebaño y de la leche que producen.

“Fuimos cambiando los criterios para inseminar y para descartar las vacas: hasta el año 2015 buscábamos producción en litros, patas y ubres. Hoy tenemos en cuenta otros parámetros: que los toros sean lo más altos posibles en sólidos, en longevidad y en salud y que no sean negativos en patas y en ubres. Y las vacas que bajan de las calidades de sólidos que nos pide la industria o que no las mejoran las descartamos”, explica.

Esta situación de mejora del rebaño lleva a que la tasa de reposición sea elevada, de entorno al 35%, un proceso que Manuel Iglesias reconoce que “sale caro, pero considero que es la mejor manera de mejorar la cabaña”. Las necesidades de recría llevan también a que solo inseminen con razas de carne las vacas repetidoras. El promedio de partos es de 3,5 por animal.

“Las inversiones en maquinaria agrícola son una lastre para las ganaderías pequeñas”

En cuanto a la maquinaria agrícola, Manuel Iglesias presume de que “solo tenemos dos tractores y algún apero”. El servicio de carro se lo proporciona CUMADEIRA, una CUMA en la que llevan 15 años, y prácticamente todos los trabajos agrícolas y de recogida los contratan a una empresa externa de servicios agrarios.

“Para explotaciones de pequeño tamaño es imprescindible no hacer fuertes inversiones en maquinaria, pues la experiencia al final nos dice que no son más que un lastre para explotación. Además, contratando fuera haces las campañas bien, rápido y sin hacer inversiones en una maquinaria que enseguida queda obsoleta”, destaca.

Una nueva ampliación en marcha para mejorar la recría y el bienestar de las vacas

Actualmente Ganadería Iglesias Agra está realizando obras de ampliación, con una nueva nave en la que albergarán toda la recría, actualmente repartida entre el establo y los viejos establos.

“Cuando construimos la segunda nave sacamos una parte importante de las becerras de las instalaciones viejas y pasamos de una edad al parto de 27,5 a 24,5 meses. Y eso en 40 novillas supuso ya una reducción de costes muy importante, una mejor condición corporal, mejor detección de celos..etc. Con esta ampliación queremos traer toda la recría, alrededor de 90 novillas, para las nuevas instalaciones, y así hacer un importante ahorro en costes”, destaca Manuel. Con la liberación de espacio también tienen previsto aumentar algunas plazas más para vacas en ordeño.

El segundo objetivo de esta ampliación es mejorar el bienestar de los animales en producción. “Vamos a hacer una redistribución de los lotes, dar más espacio a cada vaca, modificando y haciendo más anchos los pasillos y reubicando los bebederos. Todo redundará en bienestar al aumentar los metros cuadrados por animal”, avanza Manuel.

Y a medio plazo otras inversiones que prevén so construir una nueva fosa de purín cubierta y adquirir o bien una sala de ordeño nueva o un robot.

Mestura que empregan nas pradeiras

Mano de obra: “Tenemos que darle a los asalariados las mismas condiciones de trabajo que en otro sector”

En Ganadería Iglesias Agra trabajan Manuel, su mujer, Chelo, y dos asalariados externos: Damián y Alberto.

El paso de una ganadería en la que el trabajo era realizado por miembros de la familia a tener que contratar personal externo supuso un cambio importante en esta explotación.

En este sentido, Manuel Iglesias considera que es preciso que los ganaderos propietarios se formen y cambien su mentalidad para ser también jefes de personal. “Debemos olvidarnos que los trabajadores son esa mano de obra incondicional que nos trabajaba de lunes a domingo las horas que hicieran falta, y pensar que la persona que viene a la explotación busca unas condiciones laborales iguales que las de cualquiera otro trabajo, tanto en horario, días libres, salario, previsiones de futuro, conciliación con la vida familiar…etc.”, subraya.

“Si somos capaces de ofrecer un trabajo con condiciones equiparables a cualquiera otro sector será un éxito para nosotros. De lo contrario, nos seguirá pasando por la explotación mucha gente y sin formación. Y creo que a ningún empresario le interesa que por su empresa pase mucha gente sin formación”, concluye.

En primera persona: “Estoy orgulloso de vivir en una comarca, la del Xallas, con ganaderos cada vez más profesionales”

¿Que te gusta más de tu trabajo?
Globalmente me gusta todo, principalmente el mejorar día a día, la sensación de que cada vez somos más profesionales y de que hacemos las cosas bien. Nunca tuve un día de decir quien me mandaría a mí meterme en esto.

¿Que valoras más del sitio en el que vives?
Es muy importante vivir en un entorno en el que haya ganaderos, porque tenemos retos para los que nos tenemos que apoyar entre nosotros. Me satisface vivir también en una comarca en la que hay muy buenas ganaderías y ganaderos cada vez más profesionales.

Manuel Iglesias, en el centro, en una concentración de la OPL en Santiago de Compostela

Manuel Iglesias, en el centro, en una concentración de la OPL en Santiago de Compostela

“El problema de los ganaderos es que no tenemos una estrategia común”

Además de por mejorar su explotación, Manuel Iglesias Agra también dio la batalla para mejora la situación del sector: fue uno de los impulsores de las movilizaciones de los ganaderos durante la crisis de precios de 2015, como presidente de la Organización de Productores de Leche (OPL), a la que sigue vinculado, ahora como miembro de su directiva.

En este sentido, considera que el principal defecto del sector “es que a los ganaderos nos falta una estrategia de futuro, algo que no tenemos y no veo que haya intención de tenerla”.

Así resume la situación actual: “La distribución tiene una posición dominante en la cadena de valor del sector lácteo e impone su estrategia a la industria transformadora, que también tiene estrategia. Y los únicos que no la tenemos somos los ganaderos, que nos toca padecer la estrategia de los demás”.

Como aspectos que debería afrontar esa estrategia de los ganaderos, cita presionar a la administración local y autonómica para mejorar la base territorial de las explotaciones, con nuevos procesos de concentración parcelaria; que la administración también se implique para formar personal calificado para trabajar como asalariados en las ganaderías, “algo -subraya- que sí hace la Xunta con otros sectores, como el del naval”, o uniéndose para tener una industria láctea propia y solvente.

Manuel Iglesias concluye que “me alegro de que haya concentración de las cooperativas gallegas pero siento que tampoco tienen esa estrategia que precisamos”.

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