Factores que le provocan miedo a una vaca

Las vacas ven y oyen de forma bastante distinta a los humanos, lo que hace que elementos o situaciones en la granja que a nosotros nos pasan desapercibidas a ellas les generen estrés y miedo. Resumen de la ponencia del veterinario Javier Liste Pose en las XV Jornadas Técnicas de Vacuno de Leche de Seragro.

Factores que le provocan miedo a una vaca

Vacas en la ganadería Sola.

Las vacas son animales presa que a lo largo de su evolución han desarrollado sus sentidos para detectar y escapar de sus depredadores. Esta selección natural hace que sus sentidos, principalmente la vista y el oído, sean bastante diferentes de los de los humanos, y por lo tanto, que tengan reacciones de miedo y de estrés ante elementos y situaciones que para el ser humano pasan desapercibidas.

En este sentido, el veterinario Javier Liste Pose explicó en las XV Jornadas Técnicas de Vacuno de Leche de Seragro como funcionan los sentidos de la vaca y, a partir de ahí, que situaciones o elementos debemos evitar para mejorar el bienestar animal. Ofrecemos a continuación un resumen de su ponencia.

Diferencias en el sentido de la vista

Ángulo de visión casi en 360 grados:
Así, en cuanto a la vista, órgano a través del cual captan el 50% de la información sensorial que reciben, las vacas tienen unos ojos bulboides colocados estratégicamente de forma que tienen un amplísimo campo visual horizontal: 330 grados sin mover la cabeza que se amplía hasta los 360 cuando están pastando. En los seres humanos nuestro ángulo de visión es de 200 grados. Esto explica que cuando estamos detrás de una vaca que se queremos meter en la cornadiza, ella suele agachar la cabeza para poder vernos.

Les cuesta calcular las distancias:
Sin embargo, las vacas tienen una muy reducida visión binocular, que es de la que nos servimos para ver en profundidad, y por lo tanto para saber la distancia a la que se encuentra. En concreto, el campo de visión binocular de una vaca es de entre 30 y 50 grados, cuando en el ser humano es de 90 a 140 grados.

VACA_VISIONVen mucho mejor las líneas verticales que las horizontales:
Además, por su tipo de pupila, las vacas ven mucho mejor las líneas verticales que las horizontales. Esto es lo que explica que en situaciones de estrés intenten saltar por encima de vallas -que sobre todo son barras horizontales- y acaben chocando con ellas, porque no ven el tubo horizontal superior y asumen que la valla es más baja. Por el contrario, rara vez una vaca intentará saltar por encima de una cornadiza, porque son sobre todo barras verticales y si las verá sin problema.

Tardan más en adaptarse a los cambios de luz:
Además, las vacas tardan más tiempo que los humanos en adaptarse a condiciones repentinas de cambios de luz, llegando incluso a provocarles dolor los cambios bruscos de oscuridad a mucha luz.

En esto también influye su visión de los colores, llamada dicromática, que le permite tener mayor capacidad de detectar los movimientos repentinos. Posiblemente, este tipo de visión también sea la causante de que las vacas vean los contrastes de luz y de oscuridad con mucha más intensidad que los humanos. Así, consideran el color oscuro como más profundo que el claro, como si fuera un precipicio. Esto lo debemos tener en cuenta a la hora de mover una vaca, ya que una simple sombra o un cambio de color brusco puede provocar que la vaca no avance.

Diferencias en el sentido de la vista

-Tienen un oído mucho más sensible que los humanos.
La vacas escuchan con mucho más volumen que los humanos, siendo capaces de escuchar a una frecuencia mucho más elevada, por lo que un ruido, más o menos normal para nosotros, va a resultar excesivo para ellas y las va a molestar o a distraer. Así, se considera que una vaca le empiezan a molestar ruidos por encima de 80 decibelios, mientras que en el humano el límite está en 120 decibelios. Considerando que una persona hablando normal está a 60 decibelios, no hay ninguna necesidad de gritarle a las vacas, ya que ellas escuchan mucho mejor que nosotros.

Por lo tanto, los ruidos agudos, así como los fuertes e intermitentes les van a molestar, causándoles estrés y que se detengan y no quieran avanzar.

-Si la vaca tiene las orejas orientadas a nosotros es que nos presta atención.
Una habilidad de las vacas es la gran movilidad de sus orejas, lo que les permite buscar rápidamente la procedencia de un sonido. De esta forma, para asegurarnos de que una vaca nos ve y nos está prestando atención, debemos fijarnos en que sus orejas estén orientadas hacia nosotros.

Factores que les provocan estrés y miedo a una vaca

Conociendo como funcionan sus sentidos de la vista y del oído podremos comprender el motivo por el que las vacas reaccionan con miedo o con estrés ante elementos y situaciones que al ser humano le parecen normales.

En este sentido, debemos conocer y evitar estas situaciones si queremos mejorar el bienestar animal del rebaño, y por lo tanto su rentabilidad.

Corrientes de aire de frente:
A las vacas no les gusta que les sople el aire de frente, y en estas situaciones se suelen poner de culo. Este comportamiento lo debemos tener en cuenta a la hora de instalar ventiladores en el establo.

Evitar ropa o cualquier otro objeto colgado en las puertas y vallas:
Esto va a detener a los animales, especialmente si la pieza o el objeto es de color amarillo.

Evitar plásticos y papeles que se muevan por la instalación, bien por el viento o porque formaban parte del establo pero están sueltos.

Evitar movimientos lentos en las aspas de los ventiladores:
Las vacas no tienen problema cuando los ventiladores están en funcionamiento, pero cuando las aspas se mueven lentamente por acción de las corrientes de aire, suelen distraerse obsesivamente en algunos casos y no se mueven. Esto es frecuente en ventiladores colocados en ventanas, que al moverse lentamente provocan brillos y sombras.

Movimientos de la gente delante o al lado de las vacas:
Si en un pasillo la vaca ve a una persona al final del mismo no va a querer entrar en el. Si es inevitable el paso de personal por donde tienen que circular las vacas, lo mejor es colocar paneles en las paredes para que las vacas no ven lo que pasa alrededor.

Objetos pequeños en el suelo:
Deben evitarse, sobre todo si su color contrasta mucho con el del suelo.

Cambios de material y de textura en el suelo:
Como antes, lo que molesta a las vacas son los contrastes. Así, cambios de superficie de hormigón a metálicos o de tierra a hormigón suelen frenar a los animales o que las pasen de un salto para evitar esa línea de contraste.

Rejillas de alcantarillado en el suelo:
Se da el mismo problema de contraste y la vaca asume que lo oscuro es profundo.

Cambios de color repentinos en el equipamiento:
Estos cambios de color suponen un gran contraste, de la misma forma que pasadizos grisáceos o de hormigón que desembocan en un equipamiento metálico o brillante.

Entradas demasiado oscuras:
Otro problema de contraste. Al pasar de una zona bien iluminada a otra más oscura, la vaca no va a ver lo que hay dentro de la zona oscura y se va a resistir a entrar. Conviene colocar una luz dentro o colocar paneles translúcidos para iluminar esta zona oscura.

Luz intensa como sol cegador:
Si están dentro de una zona oscura las vacas van a rechazar la salida a una zona de mucha luz porque la luz solar intensa les va a causar dolor.

Puertas en una dirección o antirretroceso:
Las vacas se frenan porque asumen que la puerta no se mueve. Debemos usarlas solo cuando es imprescindible y tener paciencia para que la vaca aprenda a pasar por ella. Las puertas deben ser fáciles de abrir -una persona debería abrirla con un dedo- y procurar que no hagan ruido al abrirse o al cerrarse.

Reflejos brillantes en los charcos:
La vaca ve con mucho más detalle los contrastes entre claro y oscuro, por lo que si en un charco se refleja la luz de una lámpara o del sol, puede que se muestre remisa a pasar por encima de el.

Además, si esa agua se mueve, provoca una serie de reflejos que bloquean aún más al animal.

Reflejos en metal liso:
Las planchas de acero inoxidable presentes, por ejemplo, en la sala de ordeño, reflejan la luz y pueden asustar a las vacas, especialmente si están flojas y vibran con los golpes de otras vacas o con el funcionamiento de la máquina.

Por lo tanto, se recomienda utilizar planchas de colores mates, que no reflejen tanto la luz, evitar las vibraciones fijando bien los hierros, y mover, si fuera necesario, las lámparas que iluminan el local. Para ver si reflejan o no, deberíamos colocar nuestros ojos a la altura de los ojos de la vaca.

Cadenas o cuerdas colgadas que se mueven:
A veces dejamos colgadas cadenas o cuerdas para asegurar una puerta cuando la abrimos o la cerramos. Ese elemento, al moverse, puede hacer que los animales se paren o rechacen pasar, especialmente si la cadena es nueva y brilla.

Golpes y ruidos metálicos:
Pude ser debido al típico traqueteo de las puertas, de los cierres o de las cornadizas al abrirse o cerrarse o también al golpear con una vara contra un hierro. En este sentido, debemos evitar golpear nada y poner gomas en las zonas donde golpee hierro contra hierro.

Ruidos agudos:
Bocinazos, alarmas de marcha atrás de las máquinas, silbidos, puertas que rechinan al abrirse…etc. Debemos evitarlos.

También debemos evitar fugas de aire en los tubos de las instalaciones pneumáticas, cada día más presentes en las granjas de vacuno de leche. También que cuando se abran o se cierren lo hagan con el mínimo ruido, utilizando silenciadores para escapes de aire.

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