Evolución, situación y perspectivas de futuro de las explotaciones lácteas

El director de servicios agroganaderos de Clun, Ángel Miranda, analiza el recorrido y márgenes de mejora de las granjas a partir de los datos de las ganaderías que participan en el grupo de Gestión técnica y económica de Os Irmandiños

Evolución, situación y perspectivas de futuro de las explotaciones lácteas

El cuidado en la calidad de los forrajes es una de las vías de optimización del trabajo de las granjas.

¿Van las explotaciones lácteas por el buen camino?. Sobre esta cuestión reflexionó el director de servicios agroganaderos de Clun, Ángel Miranda, en las recientes jornadas técnicas de la Semana Gandeira de Mazaricos. Miranda analizó la evolución de las granjas, a partir de los datos de las explotaciones que están en el grupo de gestión técnica y económica de los Irmandiños, y apuntó posibles líneas de trabajo para optimizar la rentabilidad de las ganaderías.

Evolución de las granjas
La evolución de las explotaciones lácteas en las últimas décadas siguió un camino conocido, que se refleja en los promedios históricos de las granjas que participan en el grupo de gestión técnica y económica de Os Irmandiños, homologables a la tendencia que siguieron el resto de las explotaciones de Galicia.

La estrategia de las explotaciones se ha centrado en crecer en producción para reducir los costes fijos

En el periodo 1992-2016, las ganaderías del grupo de gestión casi triplicaron el número de unidades de ganado mayor (UGM, pasando de 39 a 118 UGM. La superficie agraria siguió una evolución paralela, pasando de 15 a 42 hectáreas y la producción de leche casi se multiplicó por cinco. De 220.000 litros por granja se llegó a casi un millón de litros/año, y de animales en un promedio de 6.500 litros de producción, se pasó a vacas de más de 10.000 litros.

Todo ese crecimiento se hizo con un aumento moderado de mano de obra, pues se pasó de 1,8 personas por explotación a 2,5, lo que llevó a una subida destacada de la productividad. De producir 122 toneladas de leche por persona y año, se llegó a 365 toneladas/persona y año.

Este crecimiento llevó consigo un gran esfuerzo inversor (tecnología, instalaciones, genética, cuota, etc., ) y una profesionalización «que ya quisiesen para sí otros sectores», valora Miranda.

El incremento en la producción de leche se hizo además manteniendo el consumo de concentrado por litro de leche, incluso reduciéndolo, pues de más de 450 gramos por litro en 1992 se pasó a menos de 400 en 2016, si bien es cierto que en la última década no hubo descensos en el consumo de piensos, que se mantienen en torno a los 390 gramos por litro. «En los últimos 10 años se siguió creciendo en litros, pero manteniendo el mismo consumo de concentrado por litro» -subraya Ángel Miranda-, “lo que revela una mejor valorización de los forrajes de producción propia».

Estrategias de costes
Los costes de las explotaciones incluidas en el grupo de gestión se dividen en un 77% de costes variables, principalmente derivados de la alimentación, y en un 23% de costes fijos. Traducido a costes por litro de leche, en 2016 el coste total era de 38,4 céntimos (29,7 variables y 8,7 fixos). Estos datos incluyen el IVA y el coste de la mano de obra familiar.

De los datos expuestos hasta ahora, se desprende que la estrategia de las explotaciones se centró en los últimos años en crecer en litros para reducir los costes fijos, que bajaron un 31% en el periodo 1992-2016. Los costes variables experimentaron altibajos, fundamentalmente por el precio del concentrado, pero sumados costes fijos y variables, en la última década sólo hubo un año, el 2013, en el que se incrementaron los costes totales en relación al año 2008.

«El crecimiento ordenado sigue siendo necesario. Cada ganadería debe encontrar el volumen que es capaz de manejar en base a su estructura»

La evolución de los costes es, por tanto, positiva, pero las explotaciones se ven penalizadas por la evolución negativa de los ingresos, lo que llevó a que el margen neto haya caido en 7 céntimos por litro en relación al año 2008.

Si se interrelaciona el precio de la leche y precio del pienso desde el año 2010, Miranda concluye que en la mitad de los meses, las explotaciones se mantienen a flote con dificultades. «Ahora estamos en un pico positivo, comparando precio de la leche y costes del concentrado, por lo que conviene guardar caja para cuando vuelva la época de vacas flacas», recomienda Miranda.

Ante esta situación, ¿es seguro que las explotaciones sigan creciendo?. «Lo que se hizo hasta ahora es crecer para reducir los costes fijos y ese crecimiento sigue siendo necesario. Cada ganadería debe encontrar el volumen que es capaz de manejar en base a su estructura de mano de obra y superficie, teniendo además instalaciones adecuadas. Estamos en un buen momento para hacer algo de caja y crecer de manera ordenada», valora el director de servicios agroganaderos de Clun.

Intervención de Ángel Miranda en la jornada técnica de la Semana Gandeira de Mazaricos.

Intervención de Ángel Miranda en la jornada técnica de la Semana Gandeira de Mazaricos.

Alimentación
Una posibilidad a considerar en la gestión de la alimentación radica en aumentar el índice de conversión, que no es otra cosa que los litros que produce la vaca por cada kilo de materia seca (MS) que come. Aquí, en función del escenario, tenemos dos opciones: «Producir más con lo mismo o, si tenemos una limitación de entregas de la industria, producir lo mismo con menos».

«Este índice de conversión es muy sensible y aunque parezca poco, una mejora de este índice en una centésima, es decir, pasar de que nuestras vacas produzcan 1,50 litros/kg de MS a que produzcan 1,51 litros/kg de MS supone, a precios actuales de la leche y del alimento, una ganancia de 12 euros/vaca y año», destaca el director de servicios agroganaderos de Clun.

En cuanto al uso del carro unifeed, que ahora es la norma en la mayoría de las explotaciones, Miranda considera que fue una de las herramientas que ha facilitado el crecimiento de las granjas y que representó un avance tremendo en el manejo de la alimentación: «Sin duda, su empleo continuará en el futuro, si bien seguramente combinado con otros métodos que permitan punteos en la alimentación de las vacas más productivas. Esto deberá ser así porque en explotaciones con un lote único, una misma ración se le ofrece a animales en cola de lactación con bajas producciones y también a animales en pico de lactación, con altas producciones y unas necesidades nutricionales muy diferentes».

Producción de forrajes
«La producción de forrajes no es gratis, pero ayuda a estabilizar los costes de la leche. Habrá años en que los precios de mercado de la alfalfa y otros forrajes no compensen el cultivo de hierba, pues no lograremos un abaratamiento de costes, pero si dejamos de producir forraje, otros años la explotación quedará comprometida por los precios del mercado», advierte el director de servicios agroganaderos de Clun.

«Habrá años en que la producción de forrajes no implique un abaratamiento de costes, pero permite estabilizarlos»

En una ración de vacas de leche, el forraje producido en la explotación representa el 70% de la ración en peso y el 50% en materia seca, mientras que en valor económico raramente pasa del 35%. «La producción de forraje y la disponibilidad de tierra son cuestiones importantes, no sólo por la producción de alimento, sino para el reciclaje de los purines y, en un futuro, por la posible contabilidad de las emisiones de dióxido de carbono de las granjas», destaca.

En la producción de maíz y hierba, hay margen de mejora en diversos aspectos. Miranda incide en la importancia de una fertilización a la carta, en base a las características de las tierras de la explotación, y reivindica la figura del asesor agronómico: «Al igual que hoy en día todas las explotaciones cuentan con el asesoramente de un nutrólogo, es imprescindible contar con un técnico que asesore en la producción de forrajes, en estrecha colaboración con el nutrólogo».

Ángel Miranda, a la izquierda, en la Semana Gandeira de Mazaricos.

Ángel Miranda, a la izquierda, en la Semana Gandeira de Mazaricos.

También aboga por obtener forrajes de calidad, con fibra digestible y alta concentración de energía. «Precisamos un producto concentrado y digerible, que es lo que requieren las vacas de hoy en día», subraya.

Una vía clara para la mejora de la calidad del forraje pasa por elevar la altura de corte del maíz. «Si pasas de un corte a 15 centímetros a un corte a 45 centímetros, pierdes un 15% de la producción, pero logras un producto más denso y concentrado, con un 12% más de energía, más adecuado para animales de alta producción».

De cara al futuro, Miranda considera posible que haya profesionales especializados en la producción de forrajes y otras explotaciones orientadas casi en exclusiva a la parte de la ganadería.

Producción de leche
¿Qué leche debe producir la explotación?. Hasta ahora, las granjas venían orientándose a producir leche para el principal destino de la industria en España, el brik, que representa alrededor del 50% del uso industrial de la leche. Ese sigue siendo aún el principal destino, pero la tendencia del mercado apunta a la necesidad de aumentar los parámetros de grasa y proteína. «La venta de leche para brik prima poco la grasa y la proteína, pero hay que hacer lo posible en la gestión de la granja para orientarla a producir sólidos», recomienda Ángel Miranda.

En el corto plazo, la solución puede pasar por un cambio de alimentación, si bien en el medio plazo, «la línea de trabajo está en la genética y en la calidad de los forrajes», incide el director de servicios agroganaderos de Clun.

Vacas de desvieje
Aunque parezca un factor poco relevante, el engorde de vacas de desvieje representa una «buena opción» para mejorar los ingresos de una ganadería de leche. Cada año van a matadero alrededor de 136.000 vacas de desvieje en Galicia, un 25% del censo de las ganaderías de leche. «Es necesario tener una política clara de eliminación, en función del precio de la leche y coste de alimentación», recomienda Miranda.

«De unas ganaderías a otras, tenemos una dispersión importante en el valor de las vacas que van a matadero»

Una alternativa que se abrió en los últimos meses es la inscripción de animales en la IGP Vaca e Boi de Galicia. «Con poco esfuerzo, podemos conseguir animales con conformación y grado de engrasamiento adecuado para poder comercializarse al amparo de esta nueva IGP», apunta.

«Los ingresos de las vacas de desvieje pueden ser importantes, hasta representar 4 céntimos por litro de leche, pero tenemos una dispersión muy importante de unas ganaderías a otras en el valor de las vacas que van a matadero. Así, en una muestra de ganaderías analizadas, el valor medio en el 2016 de las vacas que fueron a matadero fue de 654 euros, pero esta cantidad osciló desde un mínimo de 427 euros/vaca a los 1.371 euros/vaca en la explotación que mejor cebó los animales.», señala Miranda.

Puede ser por lo tanto ésta una actividad complementaria muy válida, «siempre que el hecho de tener vacas en engorde no esté penalizando la producción de leche por tener una sobreocupación en el establo».

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