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La oferta de leche a 25 céntimos protagonizada este verano por Carrefour es el último episodio de un problema que permanece enquistado desde hace años: la estrategia de las grandes cadenas de distribución de utilizar la leche como un producto reclamo, comercializado a bajos precios. Ese papel que juega la leche en la guerra por atraer consumidores tiene su repercusión directa en los precios percibidos por el resto de la cadena láctea, industrias, cooperativas y granjas.
El precio de la leche en España se decide así de arriba para abajo. La tendencia negativa que viene experimentando el precio de la leche en los supermercados en los últimos años imposibilita su revalorización en origen, en el campo. Los sucesivos intentos del sector por lograr una formación de precios de abajo para arriba, cubriendo los costes de producción de granjas, cooperativas e industrias, naufragaron con estrépito. El último ejemplo, el acuerdo lácteo del 2015, que recogía el compromiso de los supermercados en la conformación de precios sostenibles.
En el primer semestre de 2014, el precio medio de la leche convencional en puntos de venta rondaba los 70 céntimos. En el primer semestre de 2018, estaba por debajo de 67 céntimos
La evolución de los precios de la leche en las cadenas de supermercados, sin embargo, siguió un camino diferente. Si en el primer semestre del 2014, el precio de la leche convencional (primeras marcas y marcas blancas) rondaba en los puntos de venta un promedio de unos 70 céntimos, en el primer semestre del pasado año -el último con datos-, el precio medio de la leche convencional estaba por debajo de los 67 céntimos, según los datos del Ministerio de Agricultura.
Cuando se inquiere a las asociaciones de las cadenas de distribución por la tendencia a la baja de los precios de la leche, los supermercados apelan a la libertad de mercado y también ponen sobre la mesa otra cuestión: la necesidad de ofertas para contrarrestar la progresiva bajada de consumo de leche líquida en España.
Así las cosas, organizaciones agrarias y cooperativas vienen demandando medidas de la Administración en los últimos años para desencallar la situación. Preguntado esta mañana sobre la cuestión, el ministro de Agricultura, Luis Planas, de visita en Galicia, reconoció la necesidad de revisar las medidas en torno a la cadena de valor de la leche. «Estamos en una economía de mercado, con precios que decide la oferta y la demanda, pero hay posibilidades para una cadena de valor más transparente», admitió.
Planas anunció que en la próxima legislatura, «sea cuando sea que comience», habrá que revisar los mecanismos de regulación de la cadena entre todas las partes, cooperativas, organizaciones agrarias, industrias lácteas y cadenas de distribución. «Tenemos que actualizar nuestra Ley de la Cadena Alimentaria en función de una nueva directiva europea contra prácticas desleales -aprobada este año-, y tenemos que valorar medidas como las adoptadas en otros países, como Francia. Todo lo que contribuya a un mayor equilibrio, predictibilidad y estabilidad en los precios es bueno para consumidores y productores. Los dientes de sierra son la peor cosa que puede ocurrir», concluyó el ministro.
Ligera bajada de los precios en julio
Los últimos datos sobre los precios de la leche en el campo, publicados hoy por el Fondo Español de Garantía Agraria (Fega), muestran una ligera bajada de 0,2 céntimos en julio. En España, el precio medio pasó de 32,2 céntimos en junio a 32 en el mes siguiente; en tanto en Galicia se pasó de 31,1 a 30,9 céntimos. Se continúa así la tendencia a la baja que se mantiene desde enero, cuando las cotizaciones eran de 33 céntimos a nivel estatal y de 31,7 en Galicia.
Las entregas de leche en el último mes aumentaron a nivel estatal en un 0,6%, manteniéndose la línea de los últimos meses. En cuanto a calidades, Galicia, como es habitual, lidera la tabla a nivel de España en grasa, con un 3,70, por el 3,56 de promedio estatal, y también se sitúa por encima del promedio en proteína (3,23 por 3,21).
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