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La Organización de Productores de Leche (OPL) critica la limitación al esparcido de purines establecida por el Ministerio de Agricultura que penaliza la utilización de cisternas con plato o abanico -el sistema más utilizado- a la hora de cobrar las ayudas de la PAC.
En este sentido, y en referencia a la carta remitida por el secretario general de Agricultura y Ganadería, Carlos Cabanas, al presidente de Cooperativas de España, y de la que se hizo eco Campo Galego, desde la OPL denuncian “la falta de profesionalidad y de capacidad de gestión de los responsables del Gobierno (…) que en vez de resolver los problemas, pretenden enfrentar a los sectores ganaderos entre ellos”.
En la misiva remitida por Carlos Cabanas al presidente de Cooperativas de España el representante del Ministerio de Agricultura explicaba que el principal motivo de las restricciones al esparcido de purines se debe a que España se ha sobrepasado en los límites acordados de emisiones de amoníaco -un 34% más en 2015- fundamentalmente debido al fuerte incremento de la cabaña porcina. Sin embargo el decreto sobre purines afecta a toda la cabaña ganadera, con una importante repercusión en las granjas de vacuno.
Se debe tener en cuenta la superficie real de vertido que tenga cada ganadero
Ante esta situación, desde la Organización de Productores de Leche defienden que el decreto “debería diferenciar la procedencia de los citados purines, basando dicha diferencia en los niveles de contaminación de cada uno, no siendo la misma dependiendo de la especie del animal y de la alimentación del mismo”. “Además -añaden- debería de tenerse en cuenta, así mismo, la superficie real de vertido que tenga cada ganadero”.
Por ello, la OPL solicitará una reunión urgente con los responsables del Ministerio para tratar un problema que dicen “afectará gravemente a los ganaderos de vacuno de leche, suponiendo un encarecimiento mayor de los costes de producción, especialmente en zonas donde es prácticamente imposible abonar praderas con pendiente, aplicando las técnicas nuevas que se establecen con el decreto, mediante las cuales habría que inyectar el purín en el suelo, destrozando las praderas de cultivo permanente”.
Además, advierten de que, ante la aplicación del nuevo decreto, se necesitarían tractores de mayor potencia, “es decir, nos veríamos obligados a renovar parte de la maquinaria, a renovar las cubas del purín, para adaptarlas a los equipos, con inversiones medias de 15.000 euros, más otros 30.000 de cisterna”. En el Ministerio no se prevén de momento ayudas específicas para adaptar la maquinaria agrícola a la nueva normativa.
