«De como hagamos el secado va a depender el éxito de la siguiente lactación»

Hacer el secado cuando la vaca baje su producción de 21 litros diarios, reducir al mínimo el periodo de involución activa y dejar que pase al menos un mes hasta el siguiente parto son las recomendaciones de Luis Miguel Jiménez para obtener unos buenos resultados

«De como hagamos el secado va a depender el éxito de la siguiente lactación»

Luis Miguel Jiménez, en la jornada de Africor Lugo.

Secar vacas de alta producción no es una tarea fácil. De este proceso, que normalmente se lleva a cabo con prisa en la misma sala de ordeño, depende buena parte del éxito de la siguiente lactación. Seguir unos protocolos adecuados ayuda a no cometer errores en un periodo que no está exento de riesgos y al que muchas veces no se le presta la atención debida.

Luis Miguel Jiménez pertenece a la empresa Servet Talavera, especializada en control de mamitis. Habló en las Jornadas Técnicas organizadas por Africor en la Facultad de Veterinaria de Lugo sobre el bienestar del ganado en el periodo de secado. «De un periodo de dos meses depende toda la lactación posterior, por lo que debemos cuidar esta etapa», defendió.

«Menos de 30 días de secado tiene efecto negativo en la producción de leche en la siguiente lactación»

El tiempo que las vacas están secas se corresponde con el tiempo de descanso y recuperación del tejido productor de leche y se generan en la ubre las células que posteriormente se encargarán de la producción de leche. Su recomposición lleva un tiempo, por lo que este experto recomendó dejar pasar al menos un mes entre el secado del animal y su siguiente parto. «Menos de 30 días de secado tiene un efecto negativo en la producción de leche en la siguiente lactación», aseguró.

Pero, ¿cuál es el momento adecuado para hacer el secado? Luis Miguel Jiménez recomendó esperar a que la producción diaria de la vaca baje de los 21 litros. «Con secados hechos con producciones de más de 21 litros se vio que hay mayor recuento de células somáticas en el siguiente parto», indicó.

«Con secados hechos en vacas que estaban produciendo aún más de 21 litros se vio que aumenta el recuento de células somáticas en el siguiente parto»

La mayoría de las explotaciones de cierto tamaño realizan un secado brusco (paran de ordeñar a la vaca de golpe) por cuestiones de mayor facilidad de manejo frente a un secado gradual con incremento en la frecuencia de ordeño o con reducción de alimentación para, de este modo, ir mermando también paulatinamente la producción de leche hasta conseguir el secado definitivo. «Por cuestiones de manejo la mayoría de las explotaciones hacen secado brusco y por lotes conjuntos. En España no hay datos, pero en EEUU el 90% de las explotaciones hacen secado brusco», indicó.

Pero en vacas de alta producción y que mantienen la leche a lo largo del tiempo, muchas veces no es posible esperar a que bajen de los 21 litros para proceder a un secado brusco con garantías. En estos casos, puede optarse por mantener un secado brusco combinado con reducción previa de alimentación durante unos días para disminuir el volumen de leche que produce la vaca.

Que el proceso de involución activa no se prolongue 6 o 7 días

Desde el punto de vista de la fisiología de la ubre y de los cambios que se producen en ella, el periodo seco puede dividirse en tres etapas: involución activa, estado estable y calostrogénesis. La involución activa comienza cuando se para de ordeñar a la vaca. Durante las dos primeras semanas se absorbe la leche, hay una menor producción de  neutrófilos y se produce una bajada de las defensas. Por eso, dijo, «hay que intentar que la involución activa no se  amplie», es decir, «que se produzca el secado en 2-3 días y no se alargue 6 o 7», recomendó.

«El 50% de las mamitis clínicas que se producen en la lactación tienen su origen en infecciones intramamarias durante el periodo de secado»

Es en este momento de involución activa en la que se producen la mayoría de las infecciones. «Aumentan las infecciones intramamarias al dejar de ordeñar a la vaca y cesar la rutina higiénica de limpieza y baño de pezones que va aparejada al ordeño», explicó Luis Miguel Jiménez, que alertó de las consecuencias en el momento posterior al parto de estas infecciones que se producen durante el secado. «El 50% de las mamitis clínicas que se producen en la lactación tienen su origen en infecciones intramamarias durante el periodo de secado», aseguró.

Desinfectar el pezón antes de aplicar las cánulas de secado y el sellador interno

Este experto hizo hincapié en la importancia de la higiene a la hora de aplicar los productos para el secado. «Las prisas no son buenas, es muy importante desinfectar bien el pezón antes de aplicar los tratamientos. Muchas veces se da una mala praxis en la introducción de las cánulas de secado y del sellador interno», afirmó.

Un factor que incrementa el riesgo de infecciones es el hecho de que en muchas ocasiones, sobre todo en vacas que siguen manteniendo una alta producción en el momento del secado, tarda en crearse el tapón de queratina y sigue habiendo goteo de leche en el canal del pezón, que permanece abierto.

El 20% de los pezones quedan abiertos al no formarse el tapón de queratina

«Los resultados de dos estudios hechos en Estados Unidos y Nueva Zelanda constataron que el 30% de las vacas no habían formado aún el tapón de queratina a los 60 días de secado y que el 20% de los pezones quedan abiertos porque no se acaba por formar nunca el tapón de queratina. Esto mismo pasa en muchas novillas, que tampoco lo tienen», aclaró.

Una de cada cuatro vacas tiene fugas de leche y entre el 10 y el 20% siente dolor

Otro estudio, en este caso realizado con más de 1.000 vacas de distintos países europeos, demostró que el 24,4% de los animales analizados tuvieron fugas de leche al secado, más probables en los cuarterones traseros. «Se calcula que el 20% de las fugas de leche que se producen están relacionadas con la forma del pezón y la condición en la que se encuentra», detalló Luis Miguel Jiménez.

Del mismo modo, entre el 10 y el 20% de las vacas sufren dolor durante el secado por presión intramamaria de la leche en la ubre. La mayor inflamación se produce entre las 30 y las 48 horas después del secado. «La vaca no está a gusto y eso le provoca estrés», explicó. A este hecho se añaden los cambios en la alimentación al pasar del lote de producción al de secas, lo que hace que la vaca tenga sensación de hambre y aumente su nerviosismo, dijo.

La inflamación mamaria también es frecuente en la última fase del secado, la inmediatamente anterior al parto. «Los edemas durante la calostrogénesis, que a veces se mantienen durante muchos días de lactancia, provocan una reducción en la producción de anticuerpos, haciendo más vulnerable a la ubre a la mamitis», indicó.

«El estrés por calor en las vacas secas repercute en el peso de las crías»

Público asistente ás Xornadas Técnicas organizadas por Africor Lugo na Facultade de Veterinaria

Público asistente ás Xornadas Técnicas organizadas por Africor Lugo na Facultade de Veterinaria

Luis Miguel Jiménez insistió en la importancia del periodo que las vacas pasan secas, pues determina el resultado de la siguiente lactancia en cuanto a producción de leche y afectación de enfermedades. «Las vacas deben estar bien tratadas durante el periodo en el que están secas porque nos jugamos mucho», dijo.

Recalcó la necesidad de que los animales cuenten con espacio suficiente en las instalaciones, que no haya competencia ni por el comedero ni por el bebedero y que la cama esté lo más limpia y seca posible. «En el lote de vacas secas debemos respetar las mismas máximas y criterios que empleamos para los lotes de producción», recomendó. Esas mismas condiciones, dijo, deben mantenerse en la sala de partos.

Cama fría de compost no lote de vacas secas da Gandería Varela, en Castro de Rei

Cama fría de compost no lote de vacas secas da Gandería Varela, en Castro de Rei

En relación a la cama de las vacas secas, relató su experiencia «muy positiva» en la utilización de camas frías de compost, en las que se produce un aporte inicial de paja que después se airea removiéndola dos o tres veces al día mezclada con los excrementos que producen los propios animales. Este sistema, que ya emplean en la provincia de Lugo explotaciones como Ganadería Varela, en el ayuntamiento de Castro de Rei, o Sat Ladeira, en el de O Páramo, da «resultados espectaculares», afirmó.

«Al remover varias veces al día a cama se le baja la temperatura, que se mantiene en torno a los 18 grados. En esas condiciones no se desarrollan los gérmenes, porque precisan calor y nutrientes y en ese medio no tienen ninguna de las dos cosas. Es una cama fría y nutrientes tampoco tienen porque no se echa más paja más allá de la inicial», explicó.

También recomendó poner aspersores y ventiladores en las instalaciones en las que se encuentran las vacas secas y las novillas porque, dijo, «el estrés por calor no solo lo sufren las vacas en producción y tiene mucha relevancia, porque el estrés por calor durante el secado repercute en el peso de las crías al nacer ya que la gestación dura 4 o 5 días más si no se produce estrés por calor», aseguró.

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