Como mejorar la comodidad de las vacas en el ordeño

El ambiente de los animales normalmente se limita a lo que ocurre en el establo y alrededores, con lo cual se debería tener en cuenta hasta seis áreas distintas: descanso, alimentación, ordeño, circulación, ventilación y bioseguridad. En este capítulo nos centramos en los parámetros a monitorizar en el área de ordeño, tanto en la sala de espera como en la sala de ordeño propiamente dicha.

Mejora del bienestar animal en la sala de espera

La sala de espera debe ser una adaptación previa de las vacas al ordeño. En este sentido hay que prestar atención a los siguientes aspectos para mejorar el bienestar de las vacas, y por tanto su rendimiento, en la sala de espera:

Ancho de la puerta de entrada: Debemos adecuar el número de vacas para evitar el estrés en caso de agrupamiento de los animales. Las medidas recomendadas son: si tenemos menos de 100 vacas en ordeño el ancho de la puerta de entrada en la sala de espera no debe ser inferior a 3 metros. Si contamos con más de 100 vacas el ancho de la puerta no debería bajar de 5 metros.

Superficie por vaca: Debe ser adecuada al número de vacas que entran al ordeño y es recomendable que sea superior a 1,4 metros cuadrados por animal.

Suelo: el suelo en la sala de espera debe ser rayado, con líneas horizontales a la pendiente, para evitar deslizamientos.

Pendiente de la sala de espera: solamente la necesaria para favorecer el drenaje y limpieza. Se recomienda una pendiente ascendente hacia la sala de ordeño de entre el 2 y el 4%. Superior al 6% se pierde confort.

Visibilidad de la sala de ordeño: ésta debe ser visible desde la sala de espera. El objetivo es conseguir una circulación lineal y fluida hacia adelante. Una mayor iluminación de la sala de ordeño facilita el avance de los animales.

Tiempo de espera: no debe ser superior a 45 minutos por lote. Tiempos de espera muy largos hacen que la oxitocina se libere antes de tiempo y aparezcan bajadas de leche anticipadas. También pueden provocar problemas podales y estrés.

Anchos del pasillo de salida: Debe evitarse al avance de dos vacas al mismo tiempo pero con ancho suficiente para facilitar una salida rápida tras el ordeño. El ancho recomendable es de 80 a 90 centímetros si es recto y de 130 a 160 centímetros si requiere giros. Las vacas tienden a asustarse al desconocer lo que les espera al final del recorrido de modo que si existen giros, una mayor amplitud de paso debiera reducir el estrés y permitir una circulación más fluida.

Giros bruscos: evitar giros iguales o mayores a 90 grados en los pasillos de entrada y salida para una circulación lineal.

Mejora del bienestar animal en la sala de ordeño

Salir a buscar las vacas a la sala de espera: Esto puede indicar un mal diseño de las instalaciones, al no favorecer el avance lineal de los animales. Lo adecuado sería ir a buscar menos del 10% a la sala de espera para el ordeño.

Orden de ordeño de las vacas: primero deberían ordeñarse las novillas sanas de primer parto, después las vacas sanas, a continuación las novillas enfermas y por último las vacas enfermas. De esta forma se evitan nuevos contagios.

Salud de la ubre: verificar regularmente novillas y vacas recién paridas y vacas con 1 o 2 semanas después del parto (test de mastitis, RCS…). Recordar que la leche de las vacas enfermas siempre se debe mantener separada.

Se debe evitar el sobreordeño

Limpieza y desinfección del pezón: se debe seguir siempre un protocolo para evitar la entrada de patógenos. Así, realizaremos el predipping de la siguiente forma: aplicar el limpiador de pezones, esperar 30 segundos, limpiar y secar la ubre con papel o toalla (no reusar entre vacas). En el postdipping aplicaremos un baño cubriendo al menos el 70% del pezón.

Tiempo de estimulación de la ubre: debe ser entre 10 y 20 segundos por vaca. El objetivo es favorecer la bajada de la leche y la salud de la ubre con esta limpieza y masaje.

Pre-ordeño: el objetivo es estimular a la vaca y preparar los pezones para el ordeño. Para esta tarea se debe seguir el siguiente protocolo: utilizar guantes desechables limpios; verter dos o tres chorros de cada pezón en una jarra (no tirar al suelo) y examinar la leche para detectar coágulos, cambios de coloración u otras inconsistencias. Desechar la leche anómala.

Tiempo entre la estimulación y la colocación de las pezoneras: debe ser entre 60 y 90 segundos.

Manejo de la máquina: el objetivo es evitar el sobre-ordeño. Para ello debemos controlar en la máquina los parámetros de velocidad, flujo, vacío (comprobar niveles antes del ordeño), tasa y relación de pulsación, tiempo con la unidad puesta o tipo de pezonera.

Tiempo total del lote: debe ser inferior a 90 minutos desde la entrada entre la sala de espera y la salida del ordeño.

Estado de los pezones: evaluaremos el color, hinchazón, apertura del esfínter, piel del pezón, anillo del pezón. El estado de la punta del pezón se puede clasificar en una escala de 0 a 4. El objetivo es que menos del 20% de las vacas presenten alguno de estos problemas.

Estrés: los síntomas de estrés en la sala de ordeño pueden manifestarse con orina, deyecciones blandas, patadas, tiradas de pezoneras o ausencia de rumia. El objetivo es que menos del 10% de las vacas en cada ordeño presenten estos síntomas de estrés.

Limpieza: se debe mantener la higiene de la sala de ordeño ante el riesgo de proliferación de gérmenes de la leche. La sala se debe limpiar en cada ordeño.