Análisis de la huella ambiental del sector vacuno en Galicia

Artículo de José Luis Cortiñas en el que sugiere el establecimiento de sistemas voluntarios de certificación de carne y leche que avalen el respeto al medioambiente de la ganadería gallega

Análisis de la huella ambiental del sector vacuno en Galicia

La inyección de purines mejora el abonado y reduce la emisión de contaminantes.

La huella ambiental es un indicador que expresa los valores de contaminación generados por una actividad, así como sus impactos en el ecosistema. Pueden medirse, por ejemplo, las emisiones al aire, denominadas huella de carbono, o los niveles de residuos en las aguas, por medio de la medición de su eutrofización (acumulación de residuos orgánicos). Estos indicadores cobrarán previsiblemente mayor peso en el futuro para el acceso a las ayudas de la PAC y tienen también importancia de cara a los consumidores.

En Galicia tenemos que preguntarnos si la cuantificación de la huella ambiental de nuestros productos es una amenaza o una oportunidad. Centrándonos en el caso del vacuno, entendemos que la medición de la huella de carbono puede reforzar la valoración de los consumidores sobre la calidad de nuestra leche y de nuestra carne.

«Tenemos un modelo ganadero en base a la tierra y al cuidado del entorno que debemos poner en valor»

Resulta además conveniente trasladarle a los consumidores los servicios ambientales generados por la actividad ganadera, tales como la fijación de CO2 por medio de los cultivos agrarios, o los beneficios que aporta el campo en la conservación de la biodiversidad. Tenemos un modelo ganadero en base a la tierra y al cuidado del entorno que debemos poner en valor.

Huella de carbono en leche

Entrando en el análisis de la huella ambiental de las explotaciones gallegas, se aprecian valores muy diversos en función de los modelos de producción, manejo y productividad. La huella de carbono en las granjas de leche se mide en kilos equivalentes de dióxido de carbono por litro de leche (KgCO2/ litro), considerándose óptimo el valor de 1 Kg de CO2 por litro de leche.

En Galicia tenemos datos de granjas con valores inferiores a ese parámetro y otras con valores superiores. Las diferencias vienen dadas, por orden de importancia, por los siguientes factores: productividad en leche de las vacas, modelo de explotación, gestión de residuos y autonomía alimentaria.

En Francia, ya funciona un sistema de certificación que agrupa a granjas con emisiones inferiores a 0,8 quilos de CO2 por litro de leche

Conviene destacar que en Francia, el sector ha puesto en marcha un sello diferenciado que identifica a las granjas con unos niveles de emisiones inferiores a 0,8 kg. de CO2 por litro de leche. En el sello, denominado ‘Bas Carbone’, ya están inscritas unas 6.000 granjas.

Buena parte de las emisiones del sector ganadero, hasta el 50%, se deben al proceso digestivo de los animales, conocido como fermentación entérica; un 18% a las deyecciones y un 11% a los alimentos comprados. Pastoreo (7%), consumo energético (6%), laboreo del suelo (5%) y abonos minerales (3%) constituyen otras fuentes de emisiones a tener en cuenta.

Estos datos muestran que el 75% de las emisiones se deben a los ciclos naturales del carbono y del nitrógeno, y sólo el 25% a las energías fósiles. También apuntan a que los esfuerzos de mejora deben venir de cambios en el manejo y en los modelos de explotación.

Ganaderías de carne
En la ganadería de carne, la huella de carbono muestra valores muy variables que oscilan entre 8,3 y 11,8 kg. de CO2 por kilo de carne en el caso de las terneras de explotaciones con vacas nutrices; entre 13,4 y 17,8 kilos de CO2 por kilo de carne para los terneros de cebo; y de 16,5 a 30 kilos de CO2 en el caso del vacuno mayor.

Impacto en las aguas
El impacto del bovino gallego en las aguas viene definido también por el modelo productivo, ya que las cifras de uso de las aguas es muy desigual. El impacto en el agua dulce se mide por la capacidad de eutrofización de las mismas, teniendo en cuenta los residuos de nitrógeno y de fósforo generados.

«La medición de la huella ambiental es una oportunidad para mejorar la percepción de los consumidores sobre nuestros productos»

La capacidad de eutrofización se expresa en kilos equivalentes de fosfato (Kg. PO4). A un kilo de nitrógeno se le adjudica un potencial de eutrofización equivalente a 0,44 Kg. PO4, en tanto que a un kilo de fósforo se le adjudican 3,1 Kg. PO4.

La huella ambiental contempla también otros riesgos para las aguas, como los pesticidas, bien sean herbicidas (menos tóxicos pero más hidrosolubles) o insecticidas (más tóxicos pero menos hidrosolubles).

Conclusión
De cara al futuro, sería deseable establecer sistemas de medición y cálculo de la huella ambiental de las granjas gallegas. Esos esquemas de certificación deberían estar avalados por la comunidad científica y estar adaptados a nuestra realidad y territorio. Su puesta en marcha constituiría una herramienta para mejorar la percepción del consumidor sobre nuestros productos. Serían también una gran justificación para las ayudas que recibe el sector.

*José Luis Cortiñas

José Luis Cortiñas es asesor ganadero y consultor ambiental.

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