“La Patata de Coristanco tiene gran salida en el mercado, pero hay que garantizar su origen”

Casa da Tulla es una explotación agrícola familiar que se dedica al cultivo de Patata de Coristanco, un producto de calidad reconocida y con una creciente demanda en el mercado. Este fin de semana este concello coruñés celebra su tradicional Festa da Pataca

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“La Patata de Coristanco tiene gran salida en el mercado, pero hay que garantizar su origen”

Patatas de Coristanto de Cada da Tulla

Este domingo, 18 de septiembre, el municipio coruñés de Coristanco celebra la XXXVI edición de la Festa da Pataca, un producto emblemático de este concello y que está acogido a la Indicación Geográfica Protegida Pataca de Galicia.

Juan Carlos García es uno de los cada vez más agricultores que se dedican a este cultivo de forma profesional. Su familia tuvo una ganadería de vacuno de leche hasta el año 2004, cuando al fallecer su padre, decidió junto a su hermana buscar una forma seguir aprovechando las tierras familiares. “Queríamos cultivar un producto de la zona que fuese reconocido en el marcado, y de ahí surgió la idea de cultivar patata de Coristanco”, explica.

El nombre comercial que eligieron fue el de Casa da Tulla, en honor a la casa familiar situada en el lugar de Podrizo, en la parroquia de Oca.

Empezaron con 3 hectáreas y hoy cultivan 10,5 hectáreas, repartidas en 23 pequeñas parcelas, y que permiten vivir de este cultivo a dos familias, además de proporcionar trabajo temporal durante la cosecha y la siembra.

Siguiendo la regulación de la IGP Pataca de Galicia para la Subzona de Bergantiños, en la que está integrada la Pataca de Coristanco, el cultivo lo realizan en secano, sin regadío, lo que disminuye la producción pero aumenta la calidad y el valor nutricional del producto. Así, la producción media por parcela es de 20 toneladas, una cantidad que este año Juan Carlos García prevé que disminuya hasta unas 15 toneladas, unos rendimientos muy por debajo de las patatas cultivadas en regadío en otras partes de España, donde las cosechas superan las 40 toneladas por hectárea.

 “Cultivan las patatas en secano, lo que da más calidad al tubérculo”

Este año prevén en Coristanco una disminución de la cosecha de patata de hasta un 30% con respecto al año anterior debido a la primavera lluviosa que retrasó la plantación y la germinación, y provocó también la proliferación de hongos de mildiu. El verano especialmente seco contribuyó también a la reducción de la cosecha.

En este sentido, Juan Carlos García hecha en falta una mayor implicación de la administración para construir infraestructuras de regadío en la zona que permitan aplicar a los cultivos un riego paliativo en años de gran estrés hídrico, como este. Asimismo, critica la lentitud y las trabas burocráticas “que hacen que, por ejemplo, un permiso de Augas de Galicia para extraer agua del río para un riego puntual tarde hasta 6 meses”.

Proceso de cultivo

En cuanto al proceso de cultivo, en Casa da Tulla realizan rotación cada 3 años para evitar enfermedades. Para ello, mantienen un acuerdo con una ganadería de leche, SAT A Cortiña, por el cual se intercambian el aprovechamiento de las parcelas.

La siembra se realiza en abril y las patatas se recogen entre agosto y septiembre, siempre de forma manual. En un 95% cultivan la variedad Kennebec que por su carne blanca y sus buenas aptitudes para freír o cocer es una de las preferidas por los consumidores gallegos. La patata de siembra la compran en Francia, ya que, según Juan Carlos García, “es una patata certificada con muy buen estado sanitario que nos ofrece plenas garantías”.

Antes de la siembra, realizan una analítica de suelo en cada parcela para conocer sus necesidades de nutrientes. En base a esos resultados, la fertilización suele consistir en unas 150 unidades de nitrógeno por hectárea, 100 de fósforo y 300 de potasio, que complementan con una tonelada por hectárea de estiércol de oveja en pellets.

Una vez recogida la cosecha, se guarda en sacos ventilados de entre 700 y 1.000 kilos, permaneciendo a una temperatura de entre 14 y 16 grados durante unos 20 días para que la patata acabe de secarse y cure las heridas que pudiera presentar.

Comercialización

Prácticamente el 80% de la producción de Pataca de Coristanco se vende en la provincia de A Coruña. En el caso de Casa da Tulla apuestan por la comercialización directa para evitar intermediarios. Así, en torno al 60% de su producción la venden a una gran plataforma de distribución a nivel gallego, mientras que el 40% restante lo distribuyen a profesionales de la restauración, tanto de Galicia como de Madrid.

El precio para el agricultor ronda los 0,50 euros el quilo, y 0,40 en el caso de la venta a la gran distribución. Sin embargo, la importante bajada de producción de este año hace prever que los precios suban para el agricultor hasta llegar incluso a los 0,75 euros el kilo.

 “Queremos darle garantías al consumidor de origen y de calidad”

Casa da Tulla está inscrita en la IGP Patata de Galicia tanto como productor como envasador. Apuestan por el etiquetado de toda su producción ya que, según Juan Carlos García, “supone darle una garantía al consumidor y evitar fraudes de pataca que se vende como de Coristanco pero que no lo es”.

¿Que diferencia a la patata de Coristanco?

En este sentido, este agricultor recuerda que la patata de Coristanco es una patata de temporada, conservada mediante sistema tradicional y sin utilizar antigerminativos, por lo que solamente está en el mercado entre los meses de agosto y marzo. “Hay que desconfiar de la patata que se venda como de Coristanco fuera de esa época”, advierte.

Otra característica diferenciadora de la Pataca de Coristanco es que se recoge a mano, lo que reduce las magulladuras y golpes de las cosechadoras mecánicas.

Además, su cultivo en secano permite que este tipo de tubérculo tenga más porcentaje de materia seca y menos humedad. “Es una patata mucho más sabrosa, y el consumidor lo reconoce y lo valora, porque el que la prueba repite”, subraya Juan Carlos García.

“Nuestra patata se vende sola, pero tenemos que avanzar en trazabilidad y sostenibilidad”

En cuanto al futuro de este cultivo, este agricultor se muestra convencido de su gran potencial “porque es una patata con gran reconocimiento comercial y que se vende sola”. Eso si, considera imprescindible reforzar la trazabilidad para garantizar al consumidor que toda la patata que se vende como de Coristanco realmente lo es, y avanzar en la agricultura de precisión para reducir al mínimo necesario la aplicación de productos fitosanitarios. “La patata de Coristanco la seguirán cultivando los agricultores que innoven y se reciclen”, pronostica Juan Carlos, mientras enseña una aplicación en el móvil que le indica las previsiones de humedad y de temperatura en este concello, lo que le permite poder adelantarse a los ataques de mildiu.

Por último, este agricultor se muestra convencido de que el futuro del agro gallego pasa por la diversificación de cultivos. “Con entre 3 y 5 hectáreas de patata bien cultivadas, que se alternen con un cultivo de una verdura como el grelo en invierno, una familia puede vivir perfectamente porque la venta en el mercado está garantizada”, concluye.

 

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