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Este viernes se inició la recogida de patata en A Limia, la principal comarca produtora de Galicia, con unas 3.500 hectáreas sembradas este año con este tubérculo, entre un 10 y un 15% más que en 2018.
La cosecha empezó por las parcelas de la variedad Kennebec, gran parte de ella amparada por la Indicación Geográfica Protegida Patata de Galicia, que se recoge a mano. Sin embargo, para las variedades destinadas a la industria de frito, principalmente la Agraria, la recoleción comenzará a partir de la próxima semana, cuando finalicen las lluvias.
En cuanto a las previsiones, Servando Álvarez, director del Centro Agrogandeiro de Xinzo, destaca que “el estado sanitario del tubérculo es óptimo, pues tuvimos un año en el que prácticamente no hubo enfermedades fúngicas, sobre todo mildiu, gracias a las temperaturas anormalmente bajas, y en cuanto a la cantidad creo que va a haber una producción moderada en patata de ciclo corto y medio, como la Kennebec, y en las variedades para la industria la producción probablemente sea algo menor”.
Pendientes de hacia donde exporte Francia sus excedentes de patata
En lo que respecta a los precios, si en la pasada campaña fueron muy positivos, arrancando la campaña con 25 céntimos el kilo y finalizando con hasta 40 céntimos, para esta cosecha hay mucha mayor incertidumbre. Se esperaba que la campaña arrancara con precios altos, como el año pasado pero no está siendo así y dependerá básicamente de lo que haga Francia, el gran productor europeo de patata.
“En los países del este de Europa la producción ha caído bastante debido a la sequía. Ahora el precio en A Limia dependerá bastante de si Francia decide exportar a esos mercados porque le interesa más el precio o seguirá inundando el mercado español”, explica Servando Álvarez.
