Una investigación prevé que el nematodo del pino colonice el sur gallego desde 2022

La plaga, detectada por primera vez en Europa en las cercanías de Lisboa en 1999, se expande hacia el norte de Portugal y ya se sitúa a unos 20 kilómetros de la frontera con Galicia

Una investigación prevé que el nematodo del pino colonice el sur gallego desde 2022

Pinos afectados por el nematodo en Portugal. / Imagen: CIF.

Los dos casos aislados de nematodo del pino que se han registrado hasta el momento en Galicia, en As Neves y Salvaterra do Miño (Pontevedra), pueden quedar en una anécdota a partir del 2022, cuando se espera que la plaga comience una importante expansión en el sur gallego, según se desprende de un estudio de la Universidad Politécnica de Madrid dirigido por Begoña de la Fuente.

La investigación ha diseñado un modelo para predecir la velocidad de propagación natural del nematodo del pino, así como las áreas potencialmente afectadas en ausencia de medidas de contención. La plaga se detectó por primera vez en Portugal en 1999, en las cercanías de Lisboa, y desde aquella se expande como una mancha de aceite por todos los pinares del país vecino.

A Galicia entrará previsiblemente por la frontera ourensana en el 2022, fecha en la que se espera que haya una alta presencia de la plaga en el límite de la comarca de Verín con Portugal, y para el 2028 se prevé que esté expandida por la provincia de Ourense y por el sureste de la provincia de Pontevedra, por donde entrará también desde Portugal, según el modelo diseñado por los investigadores.

Velocidad de expansión
El nematodo, un gusano microscópico que causa la muerte de los pinos, se expande de forma natural por medio de un insecto vector, el ‘Monochamus galloprovincialis’, para el que se calcula una capacidad de dispersión principal de 1,5 kilómetros. Esa limitada dispersión del vector hace que la velocidad de avance del nematodo en ningún caso supere los 15 kilómetros anuales, salvo que el insecto vector se desplace a largas distancias favorecido por medios humanos, como por ejemplo vehículos de transporte de madera. Fue lo que ya sucedió en Portugal, cuando en el 2008 apareció un foco a casi 300 kilómetros del anterior foco más próximo.

En la actualidad, los puntos más septentrionales de la plaga se sitúan en el país vecino en puntos que quedan a alrededor de 20 kilómetros de Galicia, en el límite de la franja tampón con Galicia sometida a especial vigilancia. Las perspectivas apuntan a que el problema entrará de lleno en menos de 5 años en Galicia, donde por el momento sólo se detectaron dos casos aislados, en As Neves y Salvaterra (Pontevedra).

Para el 2028, el pronóstico apunta a que la plaga estará ampliamente difundida en el sur ourensano, desde la Baixa Limia y el Xurés hasta Vilardevós, y que también afectará de lleno al sureste de la provincia de Pontevedra, en el entorno de los dos casos que ya se habían detectado en el pasado.

Necesidades climáticas
Con todo, la expansión del problema en Galicia se espera que se vea limitada por los requerimientos de temperatura que tiene el nematodo del pino, pues con temperaturas medias inferiores a 19,3º en el periodo junio – agosto no son previsibles daños, lo que en principio hace que la peligrosidad de expansión de la plaga hacia las provincias de A Coruña y de Lugo sea escasa en el medio plazo, según el modelo desarrollado por la Universidad Politécnica de Madrid.

Peor es el escenario en el resto de España, pues se espera también que para el 2022 la plaga colonice la sierra de Gata, en el límite de Castilla y León y Extremadura, iniciando una expansión hacia el centro de la península por los pinares próximos al Sistema Central, esperándose que la plaga pueda llegar a los Pirineos.

Trampa para el insecto vector del nematodo.

Trampa para el insecto vector del nematodo.

Medidas de contención
Para retrasar la expansión del problema, los investigadores recomiendan aplicar trampeos masivos del insecto vector, así como eliminar los árboles decaidos o sintomáticos en las áreas más próximas a los casos que se detecten. La tala de todos los árboles alrededor de los casos detectados se demuestra por sí sola insuficiente. Talar todos los árboles en un radio de 3 kilómetros serviría sólo para retrasar la expansión de la plaga 1 año, según el modelo de expansión del nematodo desarrollado. Es precisa, por tanto, una acción integral que tenga en cuenta el trampeo de los insectos vectores y la eliminación de pies sintomáticos o decaidos.

En Galicia, hay establecido un sistema de trampeo tanto en la franja tampón con Portugal como alrededor de los dos casos detectados. También hay un plan para eliminar los pies sintomáticos o decaidos, susceptibles de ser diana fácil para la plaga, si bien situaciones como los incendios del pasado octubre dejaron una situación complicada en el monte, con mucha madera quemada que en muchos casos no se pudo eliminar antes de la primavera, cuando comienza a volar el ‘Monochamus galloprovincialis’, el insecto vector de la plaga.

Árboles tolerantes
El Centro de Investigación Forestal (CIF) de Lourizán inició también un estudio sobre 91 familias gallegas de pino del país (‘Pinus pinaster’) y sobre 55 de pino insigne (‘Pinus radiata’) con el fin de identificar familias tolerantes o con resistencias a la plaga. Es un trabajo que ya permitió identificar opciones de interés para desarrollar un programa de mejora genética del pino. El objetivo es producir árboles resistentes a la plaga, como ya hacen países que llevan décadas conviviendo con el problema, caso de Japón.

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