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La comisión del Parlamento que estudia el problema de los incendios forestales en los montes gallegos contó hoy con la comparecencia, entre otras personas, del director de la Axencia Galega da Industria Forestal, José Ignacio Lema. Su intervención era esperada en el sector, pues lleva pocos meses al frente de la nueva Agencia, desde el pasado otoño, y hay interés en conocer cuáles son las líneas de trabajo que se marca. Lema apuntó dos prioridades de trabajo, formación e innovación tecnológica, y abordó también una de las grandes cuestiones. ¿Qué madera debe producir el monte gallego de cara al futuro?.
Los diputados presentes en la comisión inquerieron al director de la Axencia da Industria Forestal por su proyecto de monte y de industria forestal para el futuro. «Se habla de que Galicia precisa madera de calidad, pero las carballeiras que tenemos no sirven más que para leña, y también tenemos la realidad de que los paisanos no están dispuestos a plantar árboles frondosas con turnos de tala de 40 o 50 años» -expuso Xosé Luis Rivas, «Mini» (Bng)-. «El sector forestal está monopolizado en la actualidad por Ence y por la industria del tablero, ya que en los últimos 15-20 años cerraron casi todos los aserraderos», expuso.
El director de la Axencia da Industria Forestal, José Ignacio Lema, entró en el debate, si bien precisó que la Axencia carece de competencias sobre la producción forestal en el monte. «Las industrias tienen que adaptarse a los turnos de tala de la madera ya existente, pero las empresas también deben decir qué oportunidades de negocio hay en el monte gallego, no vaya a ser que fomentemos determinadas especies frondosas que no sean competitivas con la madera que se importa, por ejemplo, de los países del Este de Europa», valoró.
Perspectivas en la industria
Sobre la situación de la industria de primera transformación de la madera, afectada en las últimas décadas por numerosos cierres, Lema señaló que en muchos casos hubo una falta de relevo generacional y en otros un pequeño tamaño que impidió las inversiones en renovación tecnológica. «La excesiva atomización es un problema en un mercado competitivo y global. Puede ser una ventaja solo si la empresa se especializa en un nicho de mercado. Tenemos casos en Galicia, como el de una firma que elabora virutas de madera para ambientadores u otra que hace tapones de madera», destacó.
Lema considera que el camino de las industrias de menor tamaño pasa por trabajar en productos innovadores. «Es cierto que las masas de roble o castaño que tenemos tienen un escaso aprovechamiento maderable, ya que se trata de una madera sin cuidados silvícolas, pero esa madera puede tener un uso. El CIS Madera trabajó en un proyecto, conjuntamente con Pemade (Universidad de Santiago) para fracturar las tablas de castaño y ligar posteriormente sus fibras en un nuevo producto tecnológico. Tanto ese proyecto como otros, como el de la empresa que elabora virutas de madera para ambientadores, pueden trabajar con trozas pequeñas de pies de roble o castaño que en principio no eran maderables», valoró.
En lo que respecta a la industria de segunda transformación, el director de la Agencia de Industria Forestal incidió en el éxito de empresas gallegas especializadas en el contract, un canal de ventas especializado en grandes clientes y en productos con un fuerte componente de diseño e innovación. «Son vías que aportan valor añadido y márgenes grandes sin grandes volúmenes de trabajo», destacó. «Si somos capaces de impulsar iniciativas industriales que ahonden en la innovación y que logren generar mayor valor, estaremos transfiriendo más rentas al monte», concluyó.
Plan de formación
El director de la Agencia de la Industria Forestal anunció también un plan de formación dirigido a las empresas del sector con el objetivo de dar respuesta a las necesidades que se le trasladen desde las industrias.
