«Los maderistas y la industria no quieren repartir con el productor forestal”

Siguiendo un modelo existente en países como Francia o Finlandia, las asociaciones de productores de madera surgieron hace una década para vender en conjunto y negociar con Ence. Hoy 25 de ellas están integradas en Promagal. Hablamos con Ramón Reimunde, su presidente, que este mes acudió a la Comisión de incendios del Parlamento Gallego.

«Los maderistas y la industria no quieren repartir con el productor forestal”

Ramón Reimunde, presidente de Promagal, la Federación de Asociaciones de Poductores de Madera de Galicia (Promagal)

La Federación de Asociaciones de Poductores de Madera de Galicia (Promagal) que integra a 13 asociaciones de propietarios forestales de las comarcas de Ferrolterra y Ortegal y 12 de A Mariña, vincula claramente los incendios forestales con la rentabilidad del monte. Ramón Reimunde Noreña (Foz, 1949) fue miembro de la directiva de la Asociación Forestal de Galicia y desde hace una década trabaja por unir y organizar a los propietarios forestales para alcanzar un mayor precio de venta para la madera de eucalipto, mayoritaria en las comarcas del norte de la comunidad.

Promagal aboga por uno nuevo modelo de gestión del monte y por cambios en el mercado para acabar con el monopolio que, denuncian, ejerce Ence hoy por hoy. Galicia cuenta en el norte de la comunidad con la más importante masa de eucaliptal de Europa, con 30 ayuntamientos que tienen listas para su tala un millón de toneladas cada uno. Por tanto, dice Reimunde, “el eucalipto no es un bien escaso, sino abundante y de extraordinaria calidad en Galicia”.

Con el mismo objetivo que pretenden surgir organizaciones de productores en sectores como el lácteo o el de la carne, Reimunde dice que “en el abastecimiento regulado y en el transporte está todo el secreto del precio de la materia prima”. Por eso Promagal es partidaria de “regular las talas de forma racional y organizada” para que eso haga subir su precio. “La única forma de conseguir eso es poner de acuerdo a los productores con talas y ofertas conjuntas”, afirma.

“Los maderistas y las industrias no quieren repartir con el productor, quieren hacer el negocio por su cuenta”

Europa es deficitaria en madera y a pesar de la informatización, la demanda de pasta de papel aumenta, en parte por las nuevas necesidades de embalaje del comercio on line. La cotización internacional de la pasta de papel está en máximos históricos, por encima de los 1.000 dólares la tonelada, pero de eso poco llega al dueño del monte.

El presidente de Promagal defiende una actividad agraria fuerte cómo mejor cortafuegos posible, al romper la continuidad y uniformidad de las masas forestales, y una cadena de valor de la madera transparente y rentable para el propietario que repercuta en un mayor cuidado de las plantaciones y en una minoración del riesgo de incendios y de sus consecuencias.

“No se puede estar conforme con todas las cosas que están mal en los montes, empezando por su estado de abandono, con maleza, sin infraestructuras y con una selvicultura anticuada”, dice. Por eso anima a los 600.000 propietarios de montes que hay en Galicia a unirse, siguiendo el paradigma de países como Finlandia o Francia.

“Si la madera tuviera precio tendríamos los montes cuidados”

Promagal liga la prevención de incendios a la productividad y rentabilidad de los montes. “Si la madera tuviera precio tendríamos los montes cuidados, serían rentables y no arderían, tendríamos mejores pistas e infraestructuras y generaríamos riqueza y puestos de trabajo”, argumenta Reimunde, que afirma que “si queremos tener el monte cuidado hay que gastar dinero en él y el precio actual de la madera no invita a invertir en el monte”.

Las asociaciones de propietarios forestales plantean diversas propuestas para mejorar la rentabilidad del monte y reducir con eso el riesgo de fuegos, una parte de esas tareas de las distintas Administraciones que trasladaron en sus propuestas para el nuevo Plan Forestal. Así, demandan poner al día el catastro, que en el caso de los montes contiene innumerables errores, potenciar las concentraciones parcelarias con un sistema distinto al actual como herramienta para la ordenación del monte, rebajas fiscales para los silvicultores en activo que mantengan cuidadas sus fincas, o la apertura y mantenimiento en buen estado de pistas, que sirvan tanto para sacar la madera como para atajar un fuego en caso de producirse.

certificacion forestal eucaliptoPara favorecer la limpieza de las parcelas, proponen una prima en el precio de venta de la madera procedente de montes que se sometan a desbroces y cuidados periódicos. Reimunde hace hincapié además en las posibilidades de creación de empleo que esto supondría, ya que “antes en las casas había mucha mano de obra y el monte formaba parte del sistema agrario al ser donde se cogía el matorral que luego servía para abonar las tierras, pero hoy la relación con el monte ya no es esa y en la mayoría de los casos los propietarios contratan esos trabajos, así que si el monte fuera rentable estaría cuidado y generaría mucho más empleo del que genera hoy”, dice.

Transparencia y reparto de beneficios entre todos los eslabones de la cadena

Unas 50.000 personas viven hoy directa o indirectamente de un sector que cuenta con 3.000 empresas en nuestra comunidad y factura 1.500 millones de euros al año. Los datos reflejan que Galicia es la primera potencia en la corta de madera dentro del Estado español. La madera que sale de los montes gallegos representa ya la mitad de toda la que se corta en España y la provincia de Lugo, con tres millones y medio de metros cúbicos en el último año, representa el 25% del total español.

El peso del sector es especialmente significativo en la comarca de A Mariña. Se trata del distrito forestal con mayor volumen de cortas en todo el Estado. Esta comarca luguesa produce más que cualquier comunidad autónoma española, con la excepción de Castilla y León.

En A Mariña el monte es la caja de ahorros de las familias y nunca tanta madera se cortó en los montes de la comarca como en plena crisis económica, donde el eucalipto fue el sustento para muchas personas que perdieron su empleo y el monte la salida para empresas que se dedicaban a la construcción y reconvirtieron sus máquinas y sus empleados hacia el sector forestal.

“Con tres toneladas de eucalipto se hace una de pasta de papel, que se vende a 830 euros, de los que los productores solo recibimos 90”.

Sin embargo, esa riqueza se encuentra mal repartida. “Se habla mucho de la cadena de la madera, pero hay unos eslabones muy debilitados y desorganizados que rompen porque son más débiles. Sin embargo, las grandes industrias, que son pocas y muy fuertes, resisten. Así que,-dice-, pagamos siempre el pato los productores, porque somos muchos, desunidos y desorganizados”, describe Reimunde.

Promagal aboga por una cadena de la madera fuerte donde todos ganen, pero reconoce que es difícil meter en el mismo saco a los productores, compradores e industrias, porque muchas veces defienden intereses encontrados.

Compradores, maderistas o empresas de servicios, que tienen un gran capital invertido en maquinaria y personal, dependen también en buena medida de esas grandes industrias, “porque si no le vendes a Ence le vendes a un maderista pero la madera acaba yendo para Ence igual”, explica el presidente de Promagal.

Monopolio tácito

Desde los puertos de A Mariña no está saliendo hoy prácticamente nada de madera (tan solo un barco recientemente desde Burela con destino al País Vasco), muy lejos de la importante exportación que se vivió entre los años 2010 y 2014, cuando los puertos de Celeiro, Burela y Ribadeo llegaron a mover 400.000 toneladas anuales de eucalipto con destino a las pasteras lusas que pertenecen actualmente al grupo Navigator.

Pero hace tres años las papeleras portuguesas dejaron de cargar madera en A Mariña, como venían haciendo desde el 2005, dejando a los productores de la comarca sin más alternativa que vender a Ence y convirtiéndolos en los principales suministradores de la planta de Navia, una de las que más pasta de papel produce de toda Europa.

Promagal sospecha que la marcha de Portucel y Celbi se debió a un reparto del mercado del eucalipto entre las pasteras portuguesas y Ence y 14 asociaciones de productores solicitaron al Tribunal de Defensa de la Competencia que fuera investigado. “No sabemos si se investigó o no, ni siquiera nos contestó”, explica Reimunde, que piensa que “la Administración mira para otro lado ante esta situación porque solo nos ve a los 600.000 propietarios forestales como 600.000 votantes”.

“La gente en el monte fue aprendiendo a base de copiar al vecino, se echan de menos recomendaciones de la Administración”

Sí que sale, sin embargo, hacia Portugal madera de eucalipto del norte de la provincia de A Coruña desde el puerto exterior de Ferrol. Pero Reimunde cuenta lo sucedido a comienzos del pasado mes de febrero, y que ilustra bien claramente las prácticas que lleva a cabo Ence para evitar la subida de precios del eucalipto en Galicia.

“Ence tuvo que parar la planta de Navia dos días en el mes de febrero porque no tiene bastante eucalipto glóbulus para mezclar y no tienen de sobra porque no quieren, porque en esta zona quedan sin cortar cada año 2 millones de metros cúbicos de madera, pero Ence necesita glóbulus pero no está dispuesta a pagarlo, cuando queda sin él prefiere comprárselo a la competencia con tal de no subir el precio. De hecho, a comienzos de febrero Ence compró a Navigator madera de eucalipto glóbulus que estaba lista para embarcar hacia Aveiro desde el Puerto Exterior de Ferrol y que fue transportada en camiones por carretera hasta Navia”, relata.

“Ence ejerce monopolio, porque ponen una tarifa y es la que rige para los maderistas y propietarios, y hay un acuerdo tácito entre Ence y las pasteras portuguesas, que se reparten el mercado”, describe Reimunde, así que, en la práctica, los propietarios están a expensas del precio que fija una única empresa que, hoy por hoy, demanda madera por el alto precio internacional de la pasta de papel.

“La tonelada de pasta de papel tiene un precio desorbitado, pero el productor solo recibe de eso una parte muy pequeña”

El índice internacional que fija los precios de la pasta de papel (PIX) está en el momento más alto de su historia, por arriba de los 1.000 dólares la tonelada, pero esto poco está repercutiendo en los dueños de los montes. “La pasta de papel está hoy por hoy a 1008 dólares la tonelada, ese precio es desorbitado, pero a los productores no nos toca nada o una parte muy pequeña, porque con 3 toneladas de madera de eucalipto se produce una tonelada de pasta de papel y por 3 toneladas de eucalipto nos dan 90 euros, claro está que hay un desfase enorme”, argumenta Reimunde, porque las fábricas de celulosa no repercuten esa misma subida del producto final en la materia prima.

Promagal dice que la subida de dos euros, hasta los 31,25 euros por tonelada más IVA para el eucalipto góbulus con cáscara y 6 euros más para la madera pelada que Ence acaba de firmar con la asociación de productores de Viveiro puede animar a los propietarios a vender y reactivar un mercado que lleva parado en los últimos años en la comarca pero la considera insuficiente toda vez que la cotización de la pasta de papel se disparó en los últimos tiempos.

“Aquí tenemos el eucalipto glóbulus, que es el de más calidad. Jamón puedes adquirir mucho, pero de Jabugo solo hay uno”

De hecho, cada tonelada de eucalipto, que se ponen en la planta asturiana a un precio aproximado de entre 55 y 60 euros, sumando el precio pagado al productor y los costes de corta y transporte, multiplica por 5 su valor al salir de la fábrica. Pero este valor añadido no se reparte por igual en todos los eslabones.

A pesar de la pequeña subida en el precio a los propietarios, los precios actuales están aún muy lejos de los 42 euros que se pagaban por la tonelada de eucalipto a comienzos de este siglo. “Aquí tenemos el eucalipto glóbulus, que es el de más calidad. Jamón puedes comprar mucho, pero de Jabugo solo hay uno. Con el eucalipto pasa lo mismo, pasta de papel de glóbulus solo la hay aquí”, compara y pronostica que “si esto sigue así dentro de unos años va a explotar el sistema, porque o suben el precio del glóbulus para que la gente corte lo que tiene en los montes o las fábricas quedarán sin él”, afirma.

Distancias

Reimunde participó en las reuniones del sector de las que salieron una parte importante de las directrices del nuevo Plan Forestal de Galicia pero es consciente de que de nada sirve aprobar una ley si luego no se hace cumplir, como sucede con la normativa que fija las distancias de las plantaciones a carreteras o viviendas. “Si se respetaran habría indendios, pero no tendrían la misma magnitud”, dice.

Aunque la comarca de A Mariña no se vio afectada por la reciente ola de incendios del otoño pasado, son una de las preocupaciones de los propietarios forestales de esta comarca, conscientes de que a pesar de que las condiciones climatológicas, con mayores grados de humedad que en el sur de Galicia, y el hecho de que la población se preocupe por la rentabilidad de sus montes ayuda a prevenir los incendios, la continuidad de las masas de eucaliptos y que una parte de las plantaciones no estén lo limpias y cuidadas que deberían, supone un polvorín en caso prender.

“Habría que mirar algún sistema de transmisión de la propiedad que facilitara el relevo generacional en los montes”

Promagal es partidaria de la aplicación de la Ley 3/2007 de Prevención y Defensa contra Incendios Forestales de Galicia, modificada el pasado 28 de diciembre después de la ola de incendios de octubre, pero pide compensaciones a modo de beneficios fiscales (por ejemplo la exención en el pago de la contribución para las superficies que el propietario tenga que cortar y mantener limpias entorno a núcleos de población o viviendas aisladas y que se convertirán en improductivas) o incluso la expropiación por parte de la Administración de las franjas de protección al lado de pistas y carreteras.

Límites al avance del eucalipto

A Ramón Reimunde su relación con el eucalipto le viene de familia. Su abuelo José Reimunde fue uno de los que introdujeron esta especie en la comarca de A Mariña y en la casa familiar de San Martiño se conserva un ejemplar de 158 años declarado árbol singular de Galicia. Es consciente de la “mala fama” que tiene esta especie entre una parte de la población gallega pero pide no “demonizar” una especie que es una verdadera fuente de ingresos para una parte muy importante de la población en esta comarca. “Es muy fácil que los de A Mariña les digamos a los demás que no planten eucaliptos cuando nosotros ya tenemos todo plantado”, argumenta.

Por eso es partidario de no vetar la presencia del eucalipto por ayuntamientos, como propone el Decreto de la Xunta, sino en función de las condiciones del terreno. “El eucalipto deberá permitirse donde pueda estar, pero sin enloquecer y con una regulación clara. En montes altos es mejor una plantación industrial de eucalipto que no haya nada o que esté con tojos, pero en zonas bajas, agrícolas, cerca de los ríos o de las carreteras somos partidarios de que se regule”, explica.

Reconoce que se está suprimiendo pino y frondosas de la zona interior de Lugo y plantando eucalipto nitens y dice que “la gente lo hace por una razón estrictamente económica, porque en la mitad de años que se tardan en lograr producciones de entre 300 y 400 toneladas de pino se logra esa misma cantidad de eucalipto nítens, así que los propietarios optan por la rentabilidad”, dice.

“Las SOFOR tienen un problema fiscal y mientras no se resuelva no van a ser efectivas”

Aunque es firme partidario de la regulación, para Reimunde, el avance del eucalipto está íntimamente ligado al cierre de explotaciones agrarias. “Muchos propietarios plantan cuando se retiran. Está habiendo mucho abandono agrario y la gente joven no queda en las explotaciones, así que la pregunta es si es mejor que queden las fincas a monte. A mucha gente no le dan otra alternativa”, dice.

Y advierte de otra circunstancia: “hoy hay 7 euros de diferencia entre el eucalipto nítens y el glóbulus, pero con el tiempo va a haber más, en torno a unos 15 euros, por lo que esos propietarios que están plantando nitens en zonas altas y de interior deberían tenerlo en cuenta”.

El presidente de Promagal reconoce el papel social del monte y dice que “la mala fama al eucalipto le viene porque es una producción industrial y, por lo tanto, no enfocada a la biodiversidad” pero considera que “no se le puede pedir al propietario que plante frondosas para mirar para ellas”.

Diversificar las plantaciones

Ramon Reimunde_promagal_1A pesar de eso, defiende que “hay alternativas al eucalipto?” y en el libro El tesoro del monte, donde Reimunde combina sus dos pasiones, la literatura y la silvicultura, plasma su predilección por el pino de oregón (pseudotsuga menziesii).

“Yo procuré seguir en mi práctica el consejo de diversificar las plantaciones en función de las condiciones y del emplazamiento del monte y escogí la opción del pino de oregón para los montes más bajos o próximos a viviendas. Es una variedad que se parece muchísimo al tejo, que crece muy bien y que es una madera de mucha calidad”, considera.

Reimunde tiene plantadas unas 10 hectáreas de esta especie, una cantidad semejante a la que tiene de pino. Una parte de esas plantaciones tienen ya 30 años y están en el tramo final de su crecimiento pero su rentabilidad es una incógnita. “Teóricamente su precio de mercado debería estar en torno al triple del que vale el pino, pero no sabemos que va a pasar el día de mañana los que apostamos por este árbol, a lo mejor no tenemos mercado para él”, admite.

También echa en falta recomendaciones por parte de la Administración en relación a las especies a plantar en cada sitio porque “la gente hace lo mismo que el vecino por mimetismo o imitación, pasó durante el franquismo con el pino y ahora con el eucalipto. La gente en el monte fue aprendiendo a base de copiar al vecino”, dice.

“No hay un inventario forestal fiable, porque el 4º no es fiable y el 5º está sin hacer”

Su casa de Adelán, en Alfoz, donde predomina la piedra y la madera, es una buena muestra de convivencia de usos y distintas especies de madera (castaño, álamo, pino del país, pino de oregón e incluso acacia). El monocultivo, dice, tiene además otras consecuencias. “Cuando tienes una monoespecie también tienes una monoplaga”, advierte. Dice que “la lucha biológica contra el goníptero al principio no fue efectiva porque no se acertó con el parásito” y en relación a la mycospharella dice que “está todo plagado”.

Del mismo modo, es partidario de buscar nuevas alternativas y aplicaciones al eucalipto más allá de la pasta de papel. “Hay muchas plantaciones pasadas de ciclo de tala que son un desperdicio para pasta, habría que apostar más por otros usos como el estructural o el laminado, pero hay muy poca demanda de momento para eso”.

“No interesábamos en el mercado”

Las asociaciones de productores de madera, que nacieron con un ámbito municipal, surgieron en un momento de precios muy bajos de la madera en los años 2005 y 2006. “Había un elemento aglutinador que hizo que surgieran muchas y muy rápido”, explica Reimunde. Tanto es así que en solo 3 años aparecieron unas 30 asociaciones de ámbito municipal con estatutos y fines idénticos: juntar a los productores para defender sus intereses y lograr un reparto más justo del valor de la madera.

Pero esa era solo la primera parte de un proyecto de mayor calado, la creación de una entidad de ámbito gallego que aglutinara a todas. Se creó entonces Promagal (Federación de Asociaciones de Productores de Madera de Galicia) con 100 socios iniciales y legalizada como cooperativa, siguiendo el modelo exitoso seguido por productores de otras latitudes a nivel europeo, como franceses o finlandeses.

“Logramos agruparnos para vender llegando a tener acuerdos con Finsa y con Ence, y también hicimos alguna compra en conjunto, como por ejemplo planta para repoblar”, recuerda. Pero aquel nuevo sistema de intermediación, que incluso logró presionar con una huelga de entregas, modificaba el sistema tradicional de compra de madera. “A Ence no le interesaba que aquello se hiciera fuerte y en cuanto pasó el primer contrato, en el que funcionábamos como central de compras, y se dio cuenta de que no le convenía, comenzó a negociar con cada una de las asociaciones por separado y como eran muy diversas y muy dispares, cada una comenzó a tirar por su cuenta y surgieron las diferencias”, reconoce.

“A las empresas compradoras tampoco les interesa regular el sector y que los productores tengan cooperativas fuertes»

“Sigo diciendo que la idea de agrupar a los propietarios para que tengamos fuerza y se nos tenga en cuenta es muy buena, pero es de justicia reconocer que lograron dividirnos y mantenernos al margen de la toma de decisiones, por mucho que Promagal participe en foros como el de la elaboración del Plan Forestal. Nosotros intentamos esto, pero por la edad misma que tenemos la mayoría de los propietarios forestales, va a tener que ser otra generación la que complete el trabajo”, dice, porque la mayoría de los socios de Promagal, igual que la mayoría de propietarios forestales en Galicia, pasa de la edad de jubilación. “Pienso que habría que mirar algún sistema de transmisión de la propiedad que facilitara el relevo generacional en los montes”, afirma. Sobre la concentración y gestión conjunta a través de las Sociedades de Gestión Forestal, impulsadas desde la Xunta, opina que “las Sofor tienen un problema fiscal y mientras eso no se resuelva no van a ser efectivas porque no habrá muchas”.

A pesar de que el proyecto “no se consiguió llevar a la práctica a pleno rendimiento”, hay algunas de aquellas asociaciones de carácter municipal, como la de Viveiro, la de Cedeira o la de Cerdido que se mantienen muy vivas y con muchos socios (alguna de ellas incluso supera los mil asociados). Promagal está formada hoy por 25 entidades municipales de las comarcas de A Mariña, Ferrolterra y Ortegal.

2 ideas sobre “«Los maderistas y la industria no quieren repartir con el productor forestal”

  1. Alberto

    Yo como propietario de eucalipto veo todo lo que ha dicho muy adecuado y correcto, pero creo que se debe de ante todo liberalizar la gestión de los terrenos; que cada propietario plante lo que crea conveniente, lo contrario es no ser propietario real del terreno.
    El tema de la eliminación de eucalipto alrededor de las casas es de pena, hubo dinero para retirar la madera del Klaus, pero no hay dinero ahora para ayudarle a los propietarios a retirar esta madera; peor aún, se culpa y demoniza a los propietarios cuando en muchos casos fué la Administración la que autorizó la construcción de unas casas pegadas a terreno forestal… … y el monte lleva ardiendo toda la vida.

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  2. Ricardo

    ¡Basta ya de criminalizar a los dueños de montes! El que tiene monte no es el que planta fuego, (tiraría piedras contra su propio tejado). Son muy sospechosas esas campañas mediáticas brutales acusando a los propietarios, posteriores a cada vez que hay una oleada de incendios, ¿Están implicados tal vez en los incendios los promotores de dichas campañas mediáticas?, porque sino inmediatamente después nos llegan a los productores de madera
    por parte de la administración una oleada de normativas restrictivas, que no son más que una expropiación encubierta y un atentado al derecho a la propiedad privada (pilar fundamental de cualquier país civilizado). Normas presionadas y aplaudidas por personas de sectores sociales que no tienen ni un ferrado de monte, y partidos políticos muy interesados en robar ( confiscar ) todos los ferrados posibles a sus legítimos dueños, con la ridícula excusa de que ardieron porque no estaban limpios. A ver si se enteran de una vez, que por mucho que se desbroce, desgraciadamente en verano con 40ºc va a seguir habiendo incendios, porque con hierba de 1 cm de alto ya arde y se propaga cualquier fuego. Pues si tienen que ir los aviones o las cuadrillas apagar el fuego, ¿ Para qué pagamos todos los años los propietarios la contribución (y no poco precisamente) por los montes?

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