“Las políticas públicas tienen que premiar la buena gestión del monte”

Entrevista a Juan Picos, autor del informe ‘El sector forestal en Galicia: problemática actual y perspectivas de futuro’

“Las políticas públicas tienen que premiar la buena gestión del monte”

Juan Picos, autor del informe sobre el sector forestal.

Los más de dos millones de hectáreas de monte con que cuenta Galicia constituyen un potencial de generación de riqueza que marcha a medio gas. El minifundio en las propiedades privadas y el abandono de la gestión de parte de la superficie forestal son dos de los principales defectos que lastran las posibilidades de desarrollo, de acuerdo con el informe sobre situación y perspectivas del sector forestal que viene de presentar el Foro Económico de Galicia, una plataforma conformada por empresas y universidades gallegas para tratar de influir en las políticas públicas.

El autor del informe es Juan Picos, profesor de la Escuela de Ingeniería Forestal de Pontevedra (Universidad de Vigo) y hasta 2010 director de la Asociación Galega Monte Industria. Hablamos con él sobre algunas de las propuestas que sugiere en el informe para mejorar la gestión del monte.

Una de las cuestiones que más destaca en su informe es la necesidad de incentivos fiscales a la gestión del monte. Explíquenos su propuesta
– Las políticas públicas tienen la capacidad de convencer a la gente sobre cúal es el camino a seguir. En España tenemos ejemplos de incentivos fiscales en campos como la compra de la vivienda o la suscripción de planes de pensiones, que contribuyen a llevar el capital acumulado a determinadas inversiones. Hablando del monte, la Administración en algunos casos adopta medidas que tienen que ser coercitivas, como el control de la forestación de superficie agraria, pero en otros casos podría impulsar incentivos para que los propietarios forestales hagan una mejor gestión. Se trata de empoderar a los propietarios, incentivarlos para ser mejores. Si los propietarios no tienen incentivos, pueden optar por meter el dinero en el sistema financiero y no invertir en el monte.

«En España tenemos ejemplos de incentivos fiscales en la compra de vivienda o en planes de pensiones»

Desde el punto de vista del propietario, ¿puede pensarse que el gasto en el monte no compensa?
– Que cada propietario atienda sus cuentas y valore si le conviene invertir o no en el monte puede ser una decisión individualmente inteligente, pero colectivamente desastrosa. El aumento de la cantidad y calidad de la madera que implica una buena gestión forestal repercutiría en uno futuro en un mayor desarrollo rural, en más trabajo en el sector y en más ingresos para las cuentas públicas por la generación de un valor añadido más alto. Por otra parte, el propietario sabe que si no invierte va a tener una madera de baja calidad, así que después tampoco debería quejarse por tener un precio bajo de la madera.

Uno de los caminos que apunta para la mejora de la gestión pasa por la agrupación de propietarios para superar el minifundio, pero también ahí detecta una fiscalidad que más que incentivar, desincentiva al propietario.
– El modelo de agrupación a través de la figura de las Sociedades Forestales (Sofor), promovido por la Xunta, tiene el lastre de un modelo fiscal que perjudica al propietario integrado en una Sofor en comparación con la fiscalidad de un propietario individual, como queda de manifiesto en una comparativa que elaboraron The Boston Consulting Group y la Asociación de Becarios de la Fundación Barrié. (Según ese análisis, la tributación media del propietario integrado en una Sofor sería de un 33%, en tanto el propietario individual tendría una fiscalidad media de un 8,6%).

«El modelo de agrupación a través de las Sofor tiene una fiscalidad que perjudica al propietario»

Uno de los grandes problemas del monte en Galicia a nivel de las políticas públicas son los incendios. Usted apuesta por medidas que eviten que el fuego se coma el dinero que podría ir para gestión.
– Los incendios son un problema más allá de la gestión forestal. Es un problema de orden público que tiene que abordarse desde políticas integrales. Hay que tener claro además que la gestión y puesta en valor del medio tiene que ver con la prevención de los fuegos. La sociedad enlaza con el tema forestal a través del avión amarillo contraincendios y para la Administración es más fácil invertir en los dispositivos contra los fuegos, pero son precisas también otro tipo de medidas. En el Plan Forestal de Galicia se preveían otras inversiones públicas en el monte que no se hicieron o que se hicieron de manera reducida.

El fuego es uno de los grandes elementos desincentivadores de la gestión forestal. ¿Cree que los seguros forestales pueden ser parte de la solución?
– Ya se están comercializando seguros de incendios forestais aunque a pequeña escala. Los seguros permiten que el propietario tenga la capacidad de recuperar parte de lo perdido y de volver a poner el monte en producción. Políticamente hay que apostar por esto, por seguros que cubran parte de las pérdidas en montes bien gestionados. En Galicia lo que sucede es que somos más de buscar soluciones y de pedir la declaración de daños catastróficos después de los incendios. Conozco el caso de una comunidad vecinal que tenía el monte asegurado y gracias a la poliza pudo reforestarlo. Al lado había otra comunidad que no tenía seguro y al final les reforestó el monte la Xunta. Eso desincentiva la buena gestión. Hay que cambiar de paradigma, no se trata de castigar o de compensar daños, sino de ayudar a la gente para que consiga mejorar la gestión.

«En Galicia somos más de pedir daños catastróficos que de suscribir seguros contra los incendios»

Otro elemento que cree que podría atraer financiación para el monte son los fondos de inversión específicos. Explíquenos cómo funcionarían.
– Es un instrumento que ya está en marcha en otros países y consiste en que el dinero del circuito financieiro contribuye a financiar la inversión a cambio de un reparto de las ganancias. En Galicia, por la estructura minifundista, habría que pensar en algún tipo de fondos autóctonos, ya que no va a venir dinero de fuera para esto.

El tema de la inversión en el monte tiene mala prensa a raíz de algunas presuntas estafas, caso de la de Maderas Nobles del Segura.
– Estamos hablando de un modelo distinto. Estos casos son de empresas que tenían tierras y que recababan dinero para invertirlo, ofreciendo rentabilidades que a la gente del sector nos parecían extrañas. Los fondos de inversión son el modelo contrario. La gente tiene las tierras y el fondo pone el dinero.

El monte gallego en cifras

Galicia corta cada año en torno a 8 millones de metros cúbicos de madera para la industria de transformación, más del 50% de eucalipto. Las talas dejan anualmente cerca de 300 millones de euros en origen, en los propietarios forestales, y generan una facturación conjunta del sector industrial de alrededor de 1.600 millones de euros, contando industrias de primera transformación, pasta de papel y empresas de mobiliario. Más de 15.000 personas trabajan en el sector de la madera en Galicia.

Las empresas de la comunidad generan el 40% de los tableros y de la madera aserrada que se produce en el Estado, así como el 20% de la pasta de papel, aunque el peso de Galicia se reduce en el mercado de la segunda transformación (mobiliario y carpintería) hasta el 8%.

La crisis afectó de lleno al sector forestal por la caída de la demanda ligada a la construcción y por la falta de financiación. Sin embargo, las perspectivas de futuro son mejores por el aumento del consumo de madera que se prevé hasta el 2030.

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