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El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, anunció este jueves, tras la reunión del Consello, que el Plan forestal de Galicia será aprobado definitivamente entre finales de 2018 y principios de 2019. Este documento, que en la actualidad se encuentra en fase de información pública, va a ordenar la política forestal gallega durante los próximos 20 años.
“De hecho, uno de los objetivos principales de este plan es multiplicar por dos la cantidad de madera que produce Galicia en las próximas dos décadas, pasando de los 8 millones de metros cúbicos anuales a los 16 millones y garantizando, evidentemente, la calidad de la madera y la sostenibilidad del monte”, destacan desde el gobierno gallego. Y eso se pretende hacer prácticamente con la misma superficie actual, en torno a 1 millón de hectáreas. Y es que uno de los problemas del sector forestal de la comunidad es que el porcentaje de aprovechamiento de la madera es escaso. De cada 100 toneladas de madera que crecen en el monte gallego, solo se cortan 53, mientras que en países con importancia maderera, como Finlandia, Suecia o Portugal, la tasa está por encima del 80%.
Todas las medidas recogidas en el plan suponen una inversión anual de 112 millones de euros en 2018, una cantidad que se incrementará un 1% cada año durante las próximas dos décadas.
El presidente subrayó la integración del sector forestal en el tejido social de Galicia, y como prueba recordó que en torno al 98% del territorio forestal de la comunidad es propiedad de 600.000 personas y de casi 3.000 comunidades vecinales. En esta misma línea, Feijóo destacó las cifras asociadas a la economía del monte: Galicia es la novena potencia forestal de Europa con un sector que supone el 1,8% del PIB gallego; genera el 12% del empleo industrial a lo largo de su cadena de valor, mueve en torno a 2.000 millones de euros anuales y da empleo a unas 70.000 personas.
Este plan, subrayó el titular del Gobierno gallego, “no busca ser el Plan Forestal de la Xunta, sino el Plan Forestal de todos los gallegos y, por eso, se buscó constantemente el consenso con el sector a lo largo de todo el proceso de elaboración del documento”. A continuación, Feijóo se refirió a los principales contenidos del plan, que, tal y como explicó, será revisado cada cinco años una vez sea aprobado definitivamente con el objetivo de incorporar, en caso de que sea preciso, nuevas tendencias y sensibilidades.
Entre los principales objetivos del plan se encuentran los siguientes. En primer lugar, asignar a la producción sostenible de madera el 52% del territorio forestal gallego: un total de 1.060.000 hectáreas, lo que supone 80.000 más que en la actualidad. Y, en segundo lugar, fomentar la producción de madera de calidad con el objetivo de generar valor añadido; mantener el liderazgo en la producción de castañas y miel; conservar un paisaje que siga siendo atractivo y claramente identificable con Galicia; y respetar y poner en valor la biodiversidad.
Interrogantes
Sin embargo, al ser el monte en Galicia mayoritariamente de carácter personal o vecinal se abren interrogantes sobre las medidas concretas que se van a adoptar por parte de la Xunta para alcanzar los objetivos que se marca el nuevo Plan Forestal.
Por ejemplo, en los últimos años, el pino, en lugar de aumentar superficie, está perdiendo superficie en favor del eucalipto nitens, según la percepción del sector, y gran parte de las masas que hay, especialmente en la provincia de Ourense, están abandonadas.
También queda por aclarar el borrador de decreto por el que la Xunta proyectaba limitar la plantación de eucalipto en 19 ayuntamientos del centro-sur de Lugo y en la provincia de Ourense. Igualmente, está aún sin concretar el futuro de los montes vecinales conveniados con la Administración. Medio Rural proyecta cancelar todos los convenios en los próximos años y ofrecer la firma de un nuevo contrato de gestión, que aún no presentó.
En definitiva, el Plan Forestal presenta unos objetivos claros, pero queda por definir la hoja de ruta, que probablemente se plasmará en parte a través de los Planes de Ordenación de Recursos Forestales (PORF) con los que se quiere dotar a cada Distrito Forestal. La idea es que estén todos los PORF funcionando en un plazo de diez años.
