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La avispilla del castaño se detectó por primera vez en Galicia en el 2014, en el campus de Lugo. Tres años después, ya está presente en más de la mitad de los concellos gallegos. No es un problema menor, pues la plaga se caracteriza por su rápida propagación, y se esperan pérdidas en la cosecha de castañas ya desde este año. Ante ese escenario, Medio Rural le trasladó al sector que en el 2018 tiene previsto multiplicar por diez la lucha biológica contra la avispilla, siempre y cuando tenga autorización ministerial.
El combate de la avispilla del castaño se centra en la suelta del ‘Torymus sinensis’, un insecto parasitoide que representa la vía más eficaz para controlar la plaga. Ya se usó con éxito en países vecinos, como Portugal, Francia o Italia. El problema es que en España el Ministerio aún no ha autorizado sueltas masivas, una situación que preocupa en el sector de la castaña.
Sueltas experimentales
Por el momento, el Gobierno sólo ha permitido sueltas experimentales del ‘Torymus sinensis’, a la espera de concluir los estudios sobre su posible impacto en la entomofauna autóctona. El retraso en las sueltas masivas suscita enfado entre los productores de castaña, pues no entienden que sea preciso tanto estudio cuando el uso del ‘Torymus’ ya se autorizó en países vecinos.
Si el Gobierno permitiese sueltas masivas en la primavera del 2018, cuestión aun no confirmada, Medio Rural tiene previsto pasar de los 133.000 ‘Torymus’ que puso este año en circulación a más de un millón, según le trasladó en los últimos días al sector forestal. La previsión se sitúa en multiplicar por diez el esfuerzo contra la plaga.
Con la suelta del insecto parasitoide de la avispilla, se espera que la plaga quede bajo control en un plazo de 2-3 años. Entre tanto, el sector de la castaña ya tiene asumidas pérdidas en la cosecha, que se esperan para esta misma campaña, con la perspectiva de que sigan creciendo el próximo año.
