Domingo negro, cuatro muertos y más de 15.000 hectáreas arrasadas

Más de 200 incendios se declararon durante el fin de semana en Galicia. La sequía, los fuertes vientos y la cercanía de parte de los fuegos a núcleos de población desencadenaron la tragedia

Domingo negro, cuatro muertos y más de 15.000 hectáreas arrasadas

Incendio en la sierra de San Mamede, en Ourense. / Imágenes: @BrifLaza.

Galicia vivió este fin de semana un pequeño infierno de incendios que deja 4 muertos y más de 15.000 hectáreas arrasadas. Los fuertes vientos, la sequía del monte y la cercanía de parte de los fuegos a los núcleos de población desencadenaron la tragedia. Murieron dos personas atrapadas en una furgoneta en Nigrán (Pontevedra) y otra en Carballeda de Avia (Ourense), en las cercanías de su vivienda. Una cuarta víctima mortal se registró en San Andrés de Comesaña, en Vigo, en una caída de un vecino que participaba en la extinción de un fuego, según trascendió este mediodía.

Es la peor parte de un fin de semana negro en Galicia que se saldó también con viviendas quemadas en ayuntamientos como As Neves o Gondomar, así como con naves industriales calcinadas en Pazos de Borbén y As Neves.

El sur de Pontevedra fue la parte más afectada por los fuegos. Se generaron grandes incendios en Pazos de Borbén, As Neves, Gondomar y Baiona que superaban en la madrugada del domingo al lunes las 8.500 hectáreas calcinadas, según las primeras estimaciones que se hacen en el sector forestal a partir de datos satelitales.

El fantasma de lo sucedido en California sobrevoló Vigo la noche del domingo

Los incendios llegaron hasta la propia ciudad de Vigo, donde sobrevoló el fantasma de lo sucedido en California en torno a la medianoche del domingo al lunes. Se vivieron entonces situaciones tensas tras generarse pequeños fuegos en el propio centro de Vigo, en el entorno de la plaza de la España y en el Castro, a causa de chispas que llegaron de los incendios próximos. Llovían cenizas y pavesas en el centro de Vigo mientras se producían evacuaciones en parroquias del rural. En zonas como la avenida de Europa, los propios vecinos se organizaron para colaborar en la extinción del fuego, una imagen que se repitió en más concellos.

Riesgos para los núcleos
La amenaza de las llamas sobre las viviendas fue una constante en toda Galicia. En la noche del domingo, Medio Rural contabilizaba hasta 14 incendios de nivel 2, con peligro para los núcleos de población. En la madrugada, quedaban 57 incendios activos de los 210 que se declararon durante el fin de semana, según los datos de la Xunta. La conselleira de Medio Rural elevaba la cifra de incendios activos a más de un centenar un poco antes de las 8 de la mañana de hoy lunes.

Incendio en Ancares.

Incendio en Ancares.

Aparte de los fuegos de Pontevedra, alcanzaron también gran dimensión incendios como el de San Cristovo de Cea (Ourense), que obligó a evacuar el monasterio de Oseira y que superaba en la noche del domingo las 1.500 hectáreas. En Cervantes, en los Ancares lucenses, dos fuegos quemaron durante el fin de semana alrededor de 1.000 hectáreas y el listado de incendios problemáticos se extendía en las últimas horas a enclaves de toda la geografía: el Xurés, Chandrexa de Queixa, Paderne de Allariz, Baños de Molgas, Negreira, etc.

Valoraciones de Medio Rural

El director xeral de Montes, Tomás Fernández Couto, señaló en declaraciones a los medios que los incendios del domingo constituyen el peor escenario de fuegos que recuerda de su experiencia profesional. Fernández Couto subrayó la conjunción de factores como los fuertes vientos, la entrada de incendios procedentes de Portugal en el Xurés y en el Baixo Miño, y la alta actividad incendiaria que se registró en Galicia. «Sólo el domingo, se prendieron 125 fuegos», advirtió Fernández Couto.

«No existen datos que avalen la hipótesis de una trama organizada, pero si hay una actividad delictiva y homicida» (Tomás Fernández Couto)

La situación recuerda a episodios vividos en el 2006. «Hubo una actividad delictiva homicida. Es cierto que se produjeron incendios en zonas que podemos considerar de tradicional uso del fuego, pero otros muchos se registraron en zonas próximas a grandes poblaciones en las que no encontramos una causa racional. Tengo que pensar que el objetivo en esos casos es crear angustia y miedo», valoró Couto.

Preguntado por los medios sobre si existe una trama incendiaria en Galicia, Fernández Couto lo negó de manera terminante: «No existen datos que puedan sostener la hipótesis de tramas organizadas».

El fenómeno de fuegos que vivió Galicia el fin de semana tuvo situaciones homólogas en todo el Noroeste (Asturias, León) y también en Portugal, donde se registraron más de 400 fuegos y 11 muertos.

Valoraciones en el sector forestal
Desde el sector forestal, el responsable de la Asociación Sectorial Forestal Galega (Asefoga), Jacobo Feijoo, reconocía en la tarde de ayer la dificultad de luchar contra la ola de fuegos del fin de semana, dada la conjunción de factores problemáticos (número de incendios, viento, baja humedad, alta temperatura).

«O conseguimos que haya menos incendios o que, cuando los haya, sean más fáciles de apagar, lo que tiene que ver con el territorio» (Jacobo Feijoo)

De cara al futuro, Jacobo Feijoo apunta dos líneas de trabajo como imprescindibles: «Para evitar el caos cuando se vuelvan a repetir estas circunstancias, o hay menos fuegos o cuando los haya, son más fáciles de apagar».

«Sólo habrá menos fuegos si se hace algo contra los incendiarios y se acaba con la impunidad, tomándose en serio el problema» -valora Jacobo Feijoo-. «Es posible que las fuerzas de seguridad tengan una idea de quien puede estar quemando en cada zona, así que cuando se abre la ventana climática, tiene que haber un trabajo policial de seguimiento y control sobre estos sospechosos».

La segunda cuestión que apunta el responsable de Asefoga se refiere a la estructura del territorio: «Que los fuegos sean más fáciles de apagar tiene que ver con la estructura del territorio. Hay que mantener debidamente el retranqueo y limpieza de biomasa de las zonas de seguridad. Y hay que tener un rural activo, con cortafuegos naturales (campos, prados, tierras de labor) que funcionen como cinturón de seguridad de los núcleos de población. Lo que no gestionen las personas, lo gestionará el fuego», concluye.

Nota: Información actualizada a las 12.24 horas.

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