Plantaciones forestales en tierras agrarias: situación actual y propuestas

Artículo de opinión de Jacobo Feijoo Lamas, secretario de Desarrollo Rural de Unións Agrarias. Critica la dejadez de la Consellería ante las plantaciones forestales ilegales. Propone la creación de polígonos agrarios para poner las tierras abandonadas a producir

Plantaciones forestales en tierras agrarias: situación actual y propuestas

Plantación forestal ilegal

El abandono de la actividad productiva en el sector agroganadero de Galicia, así como la despoblación rural y la falta de relevo generacional en las explotaciones en las últimas dos décadas, está llevando a un serio problema de abandono de tierras agrarias, que ante la falta de una expectativa de puesta en cultivo, en unos casos quedan abandonadas a la dinámica del matorral y del fuego, y en otros se están plantando con especies forestales.

En amplias zonas de Galicia, sobre todo en el interior de las provincias de Lugo y Ourense, este problema no sólo afecta a tierras de vocación agraria en general, o cualificadas cómo “suelos rústicos de especial protección agropecuaria”, sino que incluso afecta a zonas de concentración parcelaria, que llevan años totalmente abandonadas sin ningún tipo de aprovechamiento racional.

Hay polémicas recientes como el incendio de más de 2.500 ha el año pasado en Cualedro, Ourense, sobre terrenos de concentración totalmente abandonados al matorral. Y también ahora propietarios del Valle de Lemos, donde están abandonadas las tierras de regadío más importantes de Galicia tras las de A Limia, acaban de protestar por las restricciones para plantar distintas especies forestales en las sus fincas de concentración abandonadas. Recordar que sólo en las 32.000 hectáreas del Valle de Lemos, con regadío y rotaciones, sería posible producir forraje para alimentar 120.000 vacas de leche, un tercio de la cabaña ganadera de leche de Galicia.

Esta problemática se da igualmente en zonas de marcada vocación agraria y con necesidad de incorporar tierras a las explotaciones ganaderas para poder alimentar de una manera competitiva sus cabezas y con baja huella de carbono, como en las comarcas del Deza en Pontevedra, Ordes, Bergantiños y las Mariñas coruñesas en A Coruña, y en la Mariña lucense.

El Eucalyptus Nitens está incrementando la forestación de tierras agrarias en el interior de Galicia

En la actualidad la llegada al sector forestal gallego de la especie de Eucalyptus nitens, más adaptado a las condiciones climatológicas de la Galicia interior que el Eucalyptus globulus, está siendo un nuevo factor de presión sobre la forestación de tierras agrarias que van cesando en la producción agraria, o que hasta ahora estaban abandonadas sin aprovechamiento.

Hay por lo tanto causas concurrentes tanto en la Galicia interior, como en la costera, que hacen que exista una presión social para forestar tierras agrarias, generando problemas en algunas comarcas de posibilidad de acceso a la tierra para la ampliación de la base territorial de las explotaciones, y en otras comarcas, donde no existe esa demanda de tierra agraria, se da una situación de hecho de cambio de uso del suelo como un intento de los propietarios de las tierras de poner en valor unos terrenos que llevan abandonados, incluso décadas, y totalmente improductivos.

La solución del problema no es fácil. Tienen razón los agricultores y ganaderos que se quejan de la forestación de tierras agrarias en las comarcas de alta demanda, y pueden tener razón quien se queja igualmente de no poder plantar parcelas en zonas donde no hay demanda de tierras por parte de la agricultura y la única salida productiva y el abandono al matorral sine die. El verdadero punto de discusión sería lcómo echar a andar las más de 600.000 hectáreas abandonadas en Galicia, a la dejadez, al fuego recurrente, donde “quemamos” anualmente desde hace más de 20 años, más de 120 millones de euros al año en extinción de incendios sin resolver el problema y por otra parte importamos anualmente más de 600 millones de euros en productos alimentarios.

Sobre la necesidad de ordenar el espacio agrario y forestal, y de hacer que se cumplan las leyes vigentes en cada momento, no debería de haber discusión alguna.

¿Que dice nuestra normativa forestal vigente?

La aprobación de la Ley 7/2012, de 28 de junio, de Montes de Galicia, supuso un primer intento de ordenar este tipo de plantaciones. Así en sus artículos 60, 61, 62 y 67, regula aspectos varios como los cambios de uso forestal a agrícola, de uso agrícola a forestal, y regula al mismo tiempo las condiciones que deben de cumplir las repoblaciones forestales.

Así, según se establece en esta Ley, ya no es legal de ningún modo forestar ningún terreno con clasificación, sobre todo de uso agrario, con pinos o eucaliptos, bajo ningún supuesto.

Se autoriza no obstante a plantar especies frondosas caducifolias, bajo ciertos supuestos generales (que linden con terrenos forestales, o que constituyan enclaves de hasta 5 ha en superficie arbolada), y siempre y cuando los terrenos agrarios a forestar pasen previamente al Banco de Terras por un período mínimo de dos años. Si en esos dos años no hubo ninguna solicitud de arrendamiento para el uso agrario del terreno, quedaría abierta la posibilidad de plantarlo forestalmente, pero siempre con especies frondosas caducifolias.

 “La Ley de Montes prohíbe claramente la forestación de tierras agrarias”

El incumplimiento de estas normas sería considerado “falta grave” en el Artículo 129, y pasaría a ser sancionable con multas desde 1001 euros hasta 100.000 euros.

Igualmente la Ley 7/2012 de Montes de Galicia autoriza a plantar especies forestales para la producción de fruto, sin casi restricciones (sí sería posible forestar un prado con castaños o cerezos injertados para fruto, sin pasar por el Banco de Terras).

¿Por que no tiene efectos la Ley de Montes?

Las disposiciones de la Ley 7/2012 de Montes de Galicia no están surtiendo el efecto deseado en la ordenación del espacio rural, en la dinamización de la plantación de frondosas, y no está disuadiendo a los propietarios de la plantación de superficies agrarias con especies forestales no autorizadas.

Las causas son las siguientes:

1º Hay una dejación total de la Consellería de Medio Rural en el caso de forestaciones no autorizadas con pinos y eucaliptos en terrenos agrarios. No se actúa de oficio, y se espera a que haya denuncias expresas, entre vecinos, fuente segura de conflictividad social, que siempre es indeseable. Y que en muchos casos finalizan en fuegos.

 “Hay un total dejadez de la Consellería con las plantaciones no autorizadas”

2º No se está siguiendo el protocolo de puesta a disposición de los terrenos abandonados en el Banco de Terras. La gestión del Banco de Terras es un fracaso sin paliativos. No está dinamizando la puesta en producción de terrenos agrarios abandonados, y en concreto no está siendo eficaz para poner en producción (ni siquiera en oferta y disponibilidad) las miles de hectáreas de concentración parcelaria abandonadas en Galicia.

Es ilusorio pretender sin más que las aproximadamente 200.000 hectáreas agrarias sin uso de Galicia se den de alta en el Banco de Terras.

Las consecuencias son:

1º En las comarcas donde hay demanda de tierras agrarias para el aumento de la base territorial de las explotaciones, se está creando un problema de acceso a la tierra de las explotaciones viables, y un conflicto por el uso del espacio agroforestal.

2º En las comarcas donde no hay salida agraria para los terrenos agrarios, se están poniendo en valor tierras mediante uso forestal, sin encaje legal, lo que va a obligar a sancionar a los propietarios, además de obligar a levantar las plantaciones ilegales, como exige la Ley 7/2012 de Montes.

Posibles vías de solución

A corto plazo y de manera inmediata:

Claro está que tiene que haber un cambio de actitud total por parte de la Consellería de Medio Rural. Se deben de girar órdenes expresas a los Distritos Forestales, para que se deje de hacer la vista gorda en estos casos, y se exija un estricto cumplimiento de la Ley a los propietarios forestales, de manera que la administración actúe de oficio.

Mientras la Ley esté vigente, la hay que respetar, y no es admisible que los encargados de hacerla cumplir, miren para otro lado.

En el medio plazo:

Ante el fracaso del modelo actual que intenta articular el uso del espacio rural, que no logra resolver los conflictos agroforestales en las comarcas donde hay demanda de suelo agrario, y no logra dinamizar la puesta en valor de los terrenos agrarios donde no hay demanda actual de suelos agrarios (dando cómo única salida viable la forestación ilegal, ya que las frondosas caducifolias no son atractivas en estos momentos para los propietarios), hay que tomar decisiones y mudar de modelo. Este nuevo modelo debe de ser pactado, contar con un amplio consenso, y tener vocación de futuro.

Tres nuevas iniciativas para desarrollar:

1º. Desarrollar un marco legal eficaz para la movilidad de tierras y con rango de Ley. El actual sistema es una brindis al sol, una simple declaración de intenciones. Hay que concretar. No val con declarar que toda Galicia tiene que estar limpia, y que el propietario que no lo haga será sancionado. Ese es el marco actual y no funciona.

Lo que se propone es la creación de la figura de Polígono Agrario para generar riqueza estructural, desarrollo y empleo. Igual que existe el marco legal para el desarrollo urbanístico de polígonos de viviendas o de polígonos industriales, hay que crear el marco legal para el desarrollo agrario.

“La creación de polígonos agrarios ayudaría a poner en valor a tierra”

A diferencia de los polígonos industriales o urbanísticos, donde siempre hubo un motor e interés especulativo, estos se crearían para generar riqueza apuntada y actividad. En estos polígonos no cabría la posibilidad de un propietario de quedarse al margen: o produce, o arrienda o cede al Banco de Terras.

Recordemos que en la costa levantina se desarrollaron polígonos especulativos de viviendas con todos los informes de la Comisión en contra y aquí tenemos para estos “polígonos agrarios” todos los pronunciamientos favorables de la Comisión Europea.

Habría una declaración de “Polígono Agrario” en un perímetro de actuación y a partir de ahí las tierras que estén incluidas, o bien producen, o bien se ceden obligatoriamente al Banco de Terras para su arrendamiento con seguridad jurídica, tanto para el propietario cómo para el arrendatario.

Este marco legal tiene que tener necesariamente rango de Ley. Y empezar por las zonas de concentración abandonadas.

De un total de unas 800.000 ha agrarias, desde el inicio de las concentraciones parcelarias en Galicia se hicieron más de 700 concentraciones parcelarias con un total 350.000 hectáreas . En el año 2011 había en Galicia 170 procesos de concentración parcelaria abiertos con un coste de 200 millones de euros para un total de 157.000 hectáreas y 120.000 propietarios en 89 ayuntamientos de las cuatro provincias gallegas.

2º. Crear una figura temporal que permitan los cultivos energéticos en tierras agrarias sin demanda agraria y tras pasar por el Banco de Terras.

La actual Ley 7/2012 de montes, como se ha analizado, no da salida a tierras agrarias en las zonas donde no hay demanda de terrenos para actividad agraria (caso del interior de Ourense, por ejemplo).

Una salida podría ser la creación de un “Registro temporal de cultivos energéticos en suelos agrícolas”. La idea sería autorizar en estas comarcas sin demanda agraria, el aprovechamiento forestal, o de cultivos energéticos, en suelos agrícolas, siempre con un Plan de Gestión, en el que se indique la rotación del cultivo forestal o energético (10 años, 14 años, 20 años.). Y una vez finalizado el ciclo, vuelve al Banco de Terras y vuelve a estar disponible para uso agrario. Si no se solicita, se volvería a abrir la posibilidad de uso temporal forestal el energético, de nuevo con un Plan de Gestión autorizado.

Quedaría claro que la vocación del terreno es agrícola, que el uso forestal sería temporal, y que debería revisarse al finalizar el ciclo de rotación de años que se hubiese fijado para las talas de biomasa.

Cualquier cosa eres mejor que la plantación ilegal de Eucalypts Nitens mientras la administración mira para otro lado, y se niega a actuar de oficio para hacer cumplir la Ley. Y cualquier cosa eres mejor que tener miles de hectáreas sin otra salida que el fuego. Además, parte de estos cultivos se podrían integrar en ese 15% de superficie que tenemos que cumplir conforme al greening de la PAC, o combinarse con filtros verdes.

3º. No hacer nada y seguir como estamos.
En este caso, puestos a subvencionar es mejor subvencionar billetes de avión para la juventud. Pero sólo de ida.

Una idea sobre “Plantaciones forestales en tierras agrarias: situación actual y propuestas

  1. Alberto

    Que o propietario dun terreo poida prantar nel o que crea convinte sempre se fixo no campo galego, e non vexo por que non se pode seguir facendo, e ate o de agora parar iso foi imposible.
    Quen se atreva, que denuncie ó veciño, denunciar sabemos todos e hoxe en día coa normativa que hai… poucos somos legales.
    Quen denuncie a un veciño por ter árboles nunha leira, debe saber que o día de mañá, tal vez él non poida seguir coa explotación, e si o veciño tivo que regalar as terras por non telas a monte, ti podes ser o seguinte.
    E no resto do mundo se apoia a forestación de terras agrícolas abandonadas, pero aquí sempre vamos á contra.
    Si non podes plantar o que queres nun terreo, entonces non eres propietario, os propietarios son os funcionarios e os políticos, que lles saen granos si a xente pensa por si mesma.

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