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Galicia ha perdido más de 100.000 hectáreas de superficie agraria en la última década sin que las sucesivas leyes, normativas y organismos, como el Banco de Terras, hayan conseguido parar la sangría. El sector ganadero viene demandando en los últimos años instrumentos prácticos que permitan impulsar la reorganización de las tierras agrarias a nivel local y sin los grandes procesos que requieren las concentraciones parcelarias (ahora denominadas reestructuraciones parcelarias). Medio Rural da ahora respuesta a esas peticiones con un proyecto piloto.
La iniciativa, denominada Plan Marcos (Mecanismo Agrario de Reestructuración Comunitaria de la Superficie), busca crear polígonos agrarios de entre 50 y 200 hectáreas sobre los que impulsar la reorganización de usos de las tierras. El proyecto consiste en propiciar un intercambio de parcelas temporal y voluntario entre titulares de explotaciones, así como arrendamientos de los predios no utilizados, todo ello con carácter reversible.
La herramienta permitiría ejecutar en 6 meses la reorganización de tierras en una zona. No modificaría pistas, vallados ni lindes
El Plan Marcos, que sólo modificaría el derecho de uso de los predios, pero no su propiedad, se presenta como un sistema ágil, pues una vez iniciado el trabajo en una zona, en 6 meses podría quedar finalizado. La iniciativa toma su nombre, Marcos, de una propuesta elaborada por el Laboratorio do Territorio (Escola Politécnica de Lugo, Universidade de Santiago) para impulsar la reorganización y movilidad de las tierras agrarias.
Zonas para el proyecto piloto
La intención de Medio Rural, según anunció ayer el Gobierno autonómico tras el Consello da Xunta, consiste en realizar un plan piloto en alguna de las siguientes zonas: Vilalba y aledaños (Lugo), Eume, Ortegal (ambas en la provincia de A Coruña) o el Deza (Pontevedra). El proyecto será coordinado por el Banco de Terras.
El mecanismo se concibe como complementario a las concentraciones parcelarias y se considera que es de interés para áreas locales de escaso tamaño (50-200 hectáreas) y que estén infracultivadas. Se permitiría así el acceso a la tierra de las explotaciones existentes, así como la reorganización de las parcelas para facilitar la agrupación de la superficie y su cercanía a las granjas. Entre las ventajas del sistema, Medio Rural destaca que se adapta a las infraestructuras viarias existentes, conservando intactos cierres, vallados y delimitaciones.
La puesta en marcha de iniciativas como esta, de reorganización de las tierras agrarias a pequeña escala, era una necesidad que se venía constatando en los últimos años en sucesivos informes y jornadas sobre la movilidad de tierras agrarias que han promovido organismos como el Laboratorio do Territorio (USC) o la Fundación Juana de Vega. También Unións Agrarias tiene abogado por impulsar este tipo de herramientas.
