Los drones, una nueva herramienta para el agro

Unas jornadas abordan en Santiago las posibilidades de los vehículos aéreos no tripulados para analizar las superficies forestales y agrarias y contribuir a la toma de decisiones

Los drones, una nueva herramienta para el agro

Dron en primer plano, en las jornadas celebradas en Santiago.

El uso de drones ofrece múltiples posibilidades en el sector agrario y constituye ya una herramienta más para los técnicos. Inventariar una masa forestal, controlar las superficies agrarias subvencionadas o analizar la evolución de grandes viñedos son algunas de las aplicaciones que se están desarrollando en la actualidad con vehículos aéreos no tripulados (UAV) de diversos formatos y tamaños. Unas jornadas organizadas en Santiago por Cartogalicia, en colaboración con la Xunta, ofrecieron una perspectiva amplia sobre las utilidades de los drones en la comunidad.

Cartografiar el territorio
Los vehículos aéreos no tripulados (UAV) presentan numerosas posibilidades de cartografiar los usos del territorio. David Miranda, del Laboratorio do Territorio (Escola Politécnica de Lugo, USC), explicó algunas de ellas, como el análisis del abandono de tierras agrarias, la forestación de superficie o el seguimiento de la legalidad urbanística. También pueden ayudar los drones a determinar el riesgo de incendios, tanto desde el punto de vista de la biomasa forestal presente en el monte como de los bienes materiales que se podrían ver afectados.

Un dron se encarga en Madrid y Cataluña de controlar las superficies de cultivos subvencionadas

La línea de trabajo de cartografiar los cultivos agrarios es útil, por ejemplo, para el control de las superficies subvencionadas. Un representante de la firma Telespazio explicó cómo su empresa colabora con las comunidades autónomas de Madrid y Cataluña en la inspección de los agricultores con subvenciones. Los mini-Uav que emplea Telespazio pesan unos 2 kilos y portan sensores óptico, térmico e infrarrojo. Cuentan con una autonomía de 90 minutos, pueden llegar a alejarse hasta 15 kilómetros del operador y se desplazan a una velocidad crucero de 45 kilómetros hora.

Medición forestal
Una nueva opción pasa por la incorporación a los drones de un sistema Lidar, con un sensor láser, que permite, entre otras cuestiones, hacer un inventario más exacto de las masas forestales, pues el Lidar, a diferencia de otros sensores, facilita información sobre la altura de los árboles, su densidad y otras características. “La medición forestal está cambiando con el uso de los drones”, valora Juan Picos, de la Escuela de Enxeñería Forestal de Pontevedra (Uvigo).

Los UAV equipados con sistema Lidar permitirán elaborar inventarios forestales más precisos

Los expertos coinciden en que los vehículos aéreos no tripulados no reemplazarán a las antiguas herramientas de medición, pero sí constituyen un sistema más a disposición de los técnicos, a unir a las inspecciones a pie sobre el terreno o a los vuelos tripulados y a las imágenes por satélite. Los drones parten con la ventaja de su agilidad y de la inmediatez en la adquisición de los datos, con una alta resolución de la imagen.

Viticultura de precisión
Joaquín Martínez, técnico de la cooperativa vitivinícola Martín Codax, expuso en las jornadas el papel de los vehículos aéreos no tripulados en el trabajo de la bodega. Desde el 2012, Martín Codax se embarcó en un proyecto de viticultura de precisión que trata de mejorar la gestión de su superficie. La cooperativa cuenta en Rías Baixas con 270 socios que suman unas 300 hectáreas, a las que hay que añadir 80 hectáreas propias de la marca. En total, esa superficie se distribuye en más de 3.500 parcelas en Rías Baixas, lo que dificulta el seguimiento técnico a pie de campo. Otra parcela de 60 hectáreas en la DO Monterrei completa la superficie de la cooperativa.

Martín Codax adapta la fertilización, poda y riego de cada parcela en función de los datos aportados por los drones

Los drones, combinados con otras técnicas, como los vuelos tripulados, permiten que la bodega conozca parámetros como el índice vegetativo del viñedo o que mida las situaciones de estrés hídrico. “Lo importante no es tener los datos, sino procesarlos y que den información que sea útil para los técnicos”, subrayó Joaquín Martínez.

El objetivo de la bodega es optimizar en cada parcela las técnicas de cultivo (fertilización, manejo de las cubiertas vegetales, poda y riego) en función del estado del viñedo. En parcelas heterogéneas, con variación de vigor vegetal entre las cepas, también se usan esas mismas herramientas, con una gestión diferencial por zonas, para tratar de lograr una producción homogénea en toda la finca.

Los UAV permiten además clasificar la vendimia y decidir los momentos adecuados de la cosecha. El uso de una vendimiadora mecánica, programada para agrupar la uva de calidades similares en función de los análisis del dron, completa el trabajo.

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