«La mina sería nuestra desaparición, vivimos aquí y queremos seguir”

Multitudinaria tractorada y manifestación en Touro contra el proyecto megaminero de cobre. La movilización contó con la participación de ganaderos, vecinos y colectivos de toda Galicia, como la Plataforma en Defensa de la Ría de Arousa

«La mina sería nuestra desaparición, vivimos aquí y queremos seguir”

Cabecera de la marcha de protesta contra la mina de Touro - O Pino.

La tractorada y manifestación convocada hoy contra la mina de Touro – O Pino se esperaba como termómetro para medir la oposición social que genera el proyecto. El resultado de la protesta, con la participación unánime de los ganaderos de la zona y con una alta afluencia vecinal, superó incluso las expectativas de la Plataforma Mina Touro O Pino Non, constituida el pasado otoño para enfrentarse al proyecto megaminero, que retomaría la explotación de cobre en la zona.

El sentir de los vecinos asistentes a la protesta es unánime contra el proyecto. «El impacto de la mina sería la desaparición», resumía al final de la marcha José Manuel Neira (Bendaña, Touro), uno de los vecinos que se desplazó en tractor a la movilización. «Estas empresas ya sabemos a lo que vienen. Hay que movilizarse porque, hablando claro, nos vienen a echar del concello. Lo que más nos indigna es que los alcaldes de los dos concellos más afectados estén de acuerdo con la mina», criticaba.

A lo largo de la marcha se repitieron las consignas contra ambos regidores, Ignacio Codesido (Touro) y Manuel Taboada (O Pino), a los que los manifestantes acusan de complicidad con la promotora de la megamina, Atalaya Mining. También se demandó de la Xunta la paralización del proyecto, que está en la fase de recabar informes de los distintos organismos públicos sectoriales, antes de su autorización o no.

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Impacto en la ganadería
Abriendo la movilización, que recorrió Touro, marchaba un tractor conducido por Pedro Souto, uno de los socios de Ganadería Sar (Bama, Touro), la mayor explotación láctea de la zona, que está ubicada en una de las parroquias que quedarían más afectadas por las canteras a cielo abierto.

«La mina tendría un impacto grande para todo. Yo lo vivo directamente en la ganadería, pero el impacto sería para todos los vecinos» -destaca Pedro-. «La movilización podemos decir que es un éxito. De los ganaderos de la zona, pienso que no falta nadie y también hay mucha participación del resto de los vecinos. La protesta vale la pena y probablemente no será la última que hagamos. Hay que seguir luchando para que no abran esto», concluía.

La explotación minera abarcaría en una primera fase 700 hectáreas, pero la concesión total es de 122 kilómetros cuadrados

Los vecinos temen la dimensión que podría alcanzar la explotación minera, que en una fase inicial ocuparía 700 hectáreas, pero que cuenta con una concesión total de 122 kilómetros cuadrados, una superficie sobre la que ya se están haciendo prospecciones.

«La mina afectaría a todas las explotaciones, tanto a las de leche, que perderían calidades, como a las de Ternera Gallega, como es mi caso. En la primera fase, me afecta en las aguas y en el viento, pero si sigue para adelante, mis tierras están todas dentro de la concesión», resumía Maricarmen Aguiar, de Obra (Vila de Cruces). «La protesta de hoy es una manera de decirle que no a la mina. Vivimos aquí y queremos seguir haciéndolo», subraya Maricarmen.

Consecuencias

Los impactos de la mina temidos por los vecinos se enumeraron en el manifiesto final de la marcha, en una lista de consecuencias que se prolongó durante más de cinco minutos de lectura. Entre los principales efectos, se citaron la pérdida de base territorial de las explotaciones agrarias, la contaminación atmosférica por el polvo en suspensión o la contaminación química de las aguas.

Una de las preocupaciones radica en la contaminación de las aguas, con un impacto que se podría prolongar hasta los bancos marisqueros de Arousa

También hay preocupación por las escombreras y depósitos de lodos. «A 200 metros del lugar de Arinteiro (Touro) se ubicaría una balsa con capacidad para 500 millones de metros cúbicos de residuos, lo que representa una sexta parte del embalse de Portodemouros. Hay un riesgo claro para las poblaciones próximas a la balsa», valora la plataforma vecinal.

Los vecinos advierten además de la contaminación de las aguas que van a parar al río Ulla, ya afectadas por la anterior mina de cobre, cerrada hace tres décadas. «La contaminación llegaría a la ría de Arousa, la más productiva de Galicia a nivel marisquero, y afectaría a la traída de aguas de los concellos de la ribera del Ulla», inciden.

Apoyos
«La vaca y el mejillón no quieren la contaminación» fue uno de los lemas coreado en la protesta, que contó con la participación de una representación de la Plataforma en Defensa de la Ría de Arousa. Asistieron también a la movilización colectivos contrarios a otros proyectos mineros, como los de Mesía o la Terra Cha, así como colectivos ecologistas y organizaciones agrarias, como el Sindicato Labrego o Unións Agrarias.

Por parte del Sindicato Labrego, su secretaria general, Isabel Vilalba, destacaba la falta de compatibilidad entre la mina y la actividad agraria y ganadera de la zona. «Este proyecto no es compatible con la ganadería y hay que pararlo. El beneficio que puede dejar es mínimo comparado con el impacto que puede causar, pues además de la afectación directa en la comarca, las aguas contaminadas impactarían en el marisqueo de la Ría de Arousa. Es un gran peligro».

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