“Es muy grave que la Xunta no tenga un plan de futuro para el campo gallego”

Entrevista a Eloi Villada Legaspi, trabajador recién jubilado del Fondo Gallego de Garantía Agraria (Fogga) y presidente de la Sociedad Gallega de Pastos y Forrajes

“Es muy grave que la Xunta no tenga un plan de futuro para el campo gallego”

Eloi Villada Legaspi

Eloi Villada Legaspi es un rostro bien conocido para muchos ganaderos y ganaderas gallegas. Durante 38 años fue un trabajador público al servicio del sector agroganadero, primero en la Agencia de Desarrollo Ganadero y posteriormente en la Xunta de Galicia, una vez transferidas las competencias.

Defensor convencido de la necesidad de que los funcionarios conozcan de primera mano la realidad del sector, tanto a través de la formación técnica como del diálogo directo con el ganadero, para comprender su entorno socioeconómico, acaba de iniciar su jubilación. Un período en el que continúa una intensa actividad tanto en la explotación de ovino familiar, como desde la Sociedad Gallega de Pastos y Forrajes.

¿Cómo empezaste a trabajar para el sector agroganadero desde la administración pública?
Nací en el rural, y aunque no fuera muy buen labrador, siempre me gustó la actividad del mundo agrario y trabajar para reformarlo. Después de estudiar en Lugo Ingeniería Técnica Agrícola trabajé unos nueve meses como vendedor de piensos compuestos y después, a finales del año 1977, me presenté a la oposición en el turno libre de técnicos de la entonces Agencia de Desarrollo Ganadero (Adg), en la que había siete plazas para toda España y logré la primera plaza, incorporándome en la delegación de Galicia en A Coruña. En aquel momento dependía del Ministerio de Agricultura y posteriormente fui transferido para la Consellería de Agricultura, Ganadería y Montes, después Consellería de Medio Rural. En total, fueron 38 años de servicio público.

La primera etapa fue decisiva para mi formación. En concreto en la Agencia de Desarrollo Ganadero aplicábamos políticas de desarrollo para el sector ganadero, financiadas por el Wolrd Bank (Banco Mundial) al principio y por Caixa Galicia posteriormente, apostando por una producción más especializada e intensiva, para aquellos tiempos, pero basada en la hierba y en el pastoreo. Los cinco años que estuve en la Agencia me permitieron formarme, pues recibíamos revistas y libros de diferentes países, lo que me obligó a aprender inglés, en francés ya me defendía, y sobre todo tomar contacto con los investigadores del Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (Ciam) y otros centros de investigación en diversos países del mundo.

También realicé una estancia de formación en Holanda, de donde traje yo las bases para el predesecado de la hierba para ensilar, y un viaje a Irlanda, al que tiempo que recibíamos información de lo que se estaba haciendo en producción ganadera en Francia, Reino Unido, Irlanda, Nueva Zelanda e incluso en los Estados Unidos.

Recuerdo que, al principio, cada semana teníamos que preparar y exponer un tema a los compañeros, organizar charlas en días de campo, que realizábamos en una granja determinada en la que reuníamos a ganaderos que estaban en nuestro programa o simplemente tenían interés en los temas a tratar. Esto fue lo que me ayudó a hablar en público con cierta facilidad.

En estos 38 años viviste cambios históricos en el campo gallego. ¿Que te marcó más a nivel profesional?
Sobre todo el primer período en la Agencia de Desarrollo Ganadero, allí aprendí lo esencial al trabajar en programas específicos de formación y divulgación para la mejora del sector ganadero gallego, que ya había iniciado su modernización.

Con la transferencia a la Xunta de Galicia en el año 1983, pasé a trabajar en el Servicio de Producción Vegetal de Lugo, donde tuve como jefe de servicio a una persona de mucha valía, como fue Julio Ulloa Vence, y compañeros de excelente formación como Ramón Fuentes, José Andrés Vázquez, Domingo Mazoy, Concha Ferreiro, Manolo Ferreiro y un largo etc.

Así, en el año 1984 empezamos con el programa de implantación y mejora de pastos en Montes Vecinales en Mano Común, que duró hasta el año 2015, pues aunque en el actual Programa de Desarrollo Rural (PDR) está contemplado, en realidad no está activado. Es una pena, porque la implantación y mejora de pastos en montes vecinales supuso una contribución al desarrollo rural de manera estable y duradera y en las comarcas en las que más proyectos se hicieron tuvo una clara repercusión en la reducción de los incendios, como en la montaña lucense.

 “La PAC en Galicia se centró más en las ayudas directas que en la reforma de las estructuras agrarias”

Otro aspecto a destacar fue que en los últimos años mi labor se centró mucho más en la gestión de las ayudas de la PAC, pero seguí trabajando con los ganaderos en el campo de la formación y el hecho de visitar cientos de explotaciones de todo tipo cada año me permitió estar cerca de la realidad del medio rural.

En cuanto a la tipología de las explotaciones, se produjo un fenómeno contradictorio: en las explotaciones de leche a partir de los años 90 se desatendió la alimentación en base a los propios recursos forrajeros de la explotación y se incrementó exponencialmente el consumo de concentrados, el grado de intensificación fue, tal vez, excesivo. En cambio, en las explotaciones de vacas de carne el fenómeno fue el contrario, se mejoró mucho en la producción de hierba y en la extensificación, con un paulatino abandono de la cuadra, animales siempre en pastoreo, simplificación de los sistemas de manejo..etc. Los ganaderos de leche fueron clientes muy atractivos para los negocios por su elevada capacidad de compra y a veces compraron demasiado. La política agraria se centró más en las ayudas directas que en la reforma de las estructuras agrarias como concentración parcelaria, aumento de la base territorial de las explotaciones etc.

¿Cuáles fueron, en tu opinión, las fortalezas y las debilidades que se generaron para el sector agroganadero gallego en estas décadas?
Desde el punto de vista financiero, antes casi no había nada y hoy el sector tiene muchas más líneas de ayudas, con cantidades que van entre el 30 y el 50% de las inversiones. Las ayudas de la PAC hoy suponen una parte importantísima de los ingresos de las explotaciones ganaderas, hasta el punto de que mayoría de las mismas no podrían sobrevivir sin ellas. Sin ayudas de la PAC en este momento habría que subir de forma desorbitada los precios agrarios para compensar los costes de producción.

A nivel tecnológico hubo una mejora evidente en el ganado, en la alimentación, en la maquinaria y en instalaciones. Lo que sucede es que ese no es necesariamente el único camino.

La parte negativa fue que perdemos muchos activos agrarios y mucha superficie agraria útil. Además, si antes había uno cierto equilibrio en toda Galicia entre las actividades agrarios y ganaderas, hoy estamos teniendo un nivel de desocupación y de abandono terrible en muchas comarcas de Galicia y solo niveles adecuados en unas pocas. Esto podría haber sido una gran oportunidad para que crecieran nuestras explotaciones agroganaderas y crear otras nuevas porque no tenemos los problemas de exceso de carga ganadera y contaminación por nitratos o fósforo que sí tienen en otras partes de Europa. Es una grande oportunidad que aún tenemos, pero falta formación y voluntad política para hacerlo.

“Se dejó de formar a los funcionarios de la Xunta para que puedan asesorar estratégicamente a las explotaciones”

Hoy en día y mucho más en el futuro, las explotaciones de leche precisan de mano de obra especializada y esta no existe. Al igual que se forman mecánicos, electricistas o fontaneros, también se precisan trabajadores que sepan conducir la maquinaria, mezclar una ración, ordeñar vacas. Es una oportunidad para crear empleo y contribuir al mantenimiento de las granjas, y si no se hace, el futuro va a ser muy problemático.

Por otra parte, el nivel de formación agronómica de los técnicos y funcionarios fue a peor. En los tiempos del Servicio de Extensión Agrario raro era el funcionario que no hubiera hecho visitas al extranjero para mejorar su formación; hoy, por el contrario, la Administración no le deja salir de su puesto de trabajo ni prácticamente tienen cursos de formación agronómica. Los cursos sólo se hacen para lo que es esencial, como la tramitación de los expedientes, pero no para comprender los procesos que se están dando en el rural. Es cierto que están mucho más formados en la gestión administrativa, pero no a la hora de asesoramiento estratégico para las explotaciones.

Es decir, ¿la Administración abandonó a labor de asesoramiento, público e independiente, para los ganaderos?
Sí, y es un problema de dejadez por parte de la Consellería de Medio Rural. No hay una estrategia para lo que va a suceder con el medio rural gallego en los próximos diez años, no se prevé que hacer con las explotaciones que están cerrando y las que lo van a hacer en los próximos años, ni se afronta el problema de falta de mano de obra asalariada que hay en muchas ganaderías, especialmente en las de vacuno de leche.

En mi estancia en Holanda, recuerdo que ya en el año 1982 estaban haciendo la planificación para los próximos diez años y funcionaban con mucha información. En Galicia, por el contrario, la administración no planifica y ni se ve que afronte seriamente los problemas y retos gravísimos que tenemos para el sector agrogonadero gallego en los próximos años. La pobre gestión que se está haciendo del PDR es un sintoma.

Foto de Eloi Villada¿Cuáles son esos retos ineludibles del campo gallego para los próximos años?
En primer lugar, hay un número enorme de explotaciones ganaderas que no tienen relevo generacional y que van a cerrar en los próximos años. ¿Qué vamos a hacer con todo eso? ¿Cómo se van a integrar en nuevas explotaciones? ¿Qué tipo de instalaciones necesitarán y que necesidad de tierras tendrán? ¿Con que financiación propia vamos a contar? Lo de la Unión Europea ya lo conocemos, pero es preciso hacer un esfuerzo suplementario sobre todo de cara a las pequeñas explotaciones y a tiempo parcial, y es necesaria mucha flexibilidad.

Resulta evidente que deberíamos tener equipos trabajando en conexión con institutos universitarios y diversos organismos de la UE en la previsión como va a ser el espacio agrario gallego dentro de diez años, la información está ahí, es necesario conocerla, discutirla y divulgarla y ponerse a trabajar ya en el PDR 2020-2025. No hacen falta cientos de personas, pero sí algunas.

Y no se trata de encargar un informe puntual a una empresa de consulting que muchas veces no está vinculada a la realidad del sector, sino de contar con las universidades y repotenciar el CIAM. No se está planificando el futuro del campo gallego.

 ”Es muy grave que la Xunta no tenga un plan de futuro para el campo gallego”

No se puede dejar todo al libre mercado, ni creer que el único camino es tener explotaciones cada vez mas grandes y concentradas, pues siguiendo así en cada país sólo debería quedar un único ganadero y un único agricultor.

Lamentablemente la administración está atendiendo a lo inmediato, pero al otro lado de eso también se debería investir en lo que está por venir.

Trabajando en el FOGGA tuviste una larga experiencia en la gestión de las ayudas europeas. ¿Realmente están siendo efectivas las ayudas de la PAC , los planes de mejora o ayudas de incorporación?
En primer lugar, considero que hay que mejorar el nivel de formación de los futuros ganaderos. Y eso es incompatible con desactivar las escuelas de capacitación agraria (Pedro Murias, Becerreá, Monforte, Guisamo…etc), como hizo la Consellería hasta lo de ahora. Los edificios están ahí, el personal en parte sigue ahí, se puede echar mano de los técnicos que la propia Consellería tiene en sus servicios, contar con los técnicos de las cooperativas e incluso de empresas privadas, que pueden contribuir a formar esos especialistas tan necesarios de los que antes hablaba.

De esta forma, hoy prácticamente sólo queda en formación reglada la EFA Fonteboa, que es privada y está haciendo las cosas bastante bien, pero no puede cubrir todo el territorio.

Pienso también que los futuros gestores de las granjas tendrán que salir de la Escuela Politécnica Superior de Lugo, y por supuesto de todos los grados de formación que haya.

 “Es muy necesario que los jóvenes del rural adquieran mayor autoestima”

Pero lo que es más necesario es que los jóvenes del rural adquieran mayor autoestima. Desde siempre noté una presión muy fuerte a la gente joven para que abandone el campo y se marche a otras actividades, cuando en el medio urbano y periurbano de Galicia tampoco hay muchas alternativas de trabajo para esta juventud.

Quien tendría que liderar este proceso es la Consellería de Medio Rural, pero tengo la impresión que esto no va a acontecer.

Un tema recurrente en las últimas décadas en Galicia es la necesidad de ordenar los usos del territorio, para que las explotaciones agrícolas y ganaderas, y también forestales, puedan tener un tamaño competitivo. ¿Por que motivo en tu opinión ningún gobierno se atrevió a intervenir en la propiedad y en el uso de la tierra en Galicia?
El Banco de Terras fue un primer intento de hacer algo diferente, que supuso la creación de un inicio de infraestructura de gestión de tierras, que pudo haber evolucionado mucho, pero la realidad es que se dejó languidecer a propósito. Y lo que no entiendo es que el motivo tal vez fue porque se le ocurrió la idea a otros. Aun así y a pesar del lo dicho, ya existen normas que si se aplicasen la situación sería más favorable. Se podría hacer mejor, pero el problema es que no se hace cumplir la ley que ya existe.

Se tolera este caos dirigido porque, en primer lugar, hay lobbys que se protegen. Y eso condiciona mucho a los gobernantes para que no sean muy exigentes en la observación de las normas y que quienes debería hacer los controles de oficio miren para otro lado

La normativa dice claramente que no se pueden talar frondosas para plantar eucalipto o hacerlo en tierras agrarias, pero la Xunta sólo actúa si hay denuncia, cuando para cualquiera denunciar a un vecino supone un problema. Lo tendría que hacer de oficio la propia Xunta a través de su personal.

Este caos va a traer problemas muy graves con el cambio climático: un verano seco con altas temperaturas y viento fuerte puede traernos incendios gigantescos como los que se ya ven a menudo en Estados Unidos, Canadá o Australia.

Si, como todo indica, sigue avanzando la eucaliptización del campo gallego vamos hacia un rural cada vez más despoblado, y eso está contrastado, porque fija mucho menos población que la ganadería o la agricultura.

 “Si sigue avanzando la eucaliptización del campo gallego vamos a un rural cada vez más despoblado”

Por no hablar del riesgo que supone apostar casi toda la producción de madera de Galicia al eucalipto, cuando sus precios son imprevisibles y no está seguro que no se desplomen dentro de diez o veinte años.

Es decir, mantener un medio rural equilibrado es mantener un medio con producciones diversas, en el que por supuesto también haya espacio para el eucalipto o el pino. Por ejemplo, el castaño para fruto está teniendo un presente muy interesante y es altamente probable que el futuro también sea bueno.

En este sentido, ¿Cómo ves el debate en torno a la limitación de la plantación de eucalipto, sobre todo en la provincia de Lugo?
Creo que es una polémica bastante falsa, pues si simplemente se aplicase la legislación actual ya sería suficiente. La realidad es que hay muchos propietarios de tierras que en este momento no ven alternativas y sí un lucro a través del eucalipto, pero es necesario mostrar y favorecer otras vías.

Y por otra parte, hay que recordar que el sector lácteo gallego, para ser competitivo y sobrevivir en el futuro, necesita más de 200.000 hectáreas a mayores de superficie agraria útil, fundamentalmente a partir de tierras agrarias o a monte o en las que se realizaron indebidamente plantaciones forestales.

Una queja recurrente entre los agricultores y ganaderos es que las ayudas implican también un gran trabajo para ellos de “papeleo” y burocracia que desincentiva trabajar en el campo ¿Comparte este análisis?
Entre el tú vete haciendo y las dificultades que hay ahora hay un trecho que se debería acortar. La impresión que tengo de mis viajes por Francia, es que allí las trabas burocráticas son bastante menores que en Galicia y en España, también es cierto que las estructuras son mejores y por tanto la tramitación es más fácil.

Por poner un ejemplo, aquí el sacrificio de animales está reglado de una manera muy estricta, con el deber de desplazarse hasta un matadero. Cumpliendo la legislación europea, en Francia o en Suecia existen mataderos móviles, para adaptarse a la situación de los ganaderos de ovino o caprino. Aquí ahora mismo hay un exceso de rigideces, porque es más fácil ser rígido, yo entiendo que es necesaria una flexibilidad aunque se sea estricto..

Pero también creo que a veces la gente se queja con razón y sin ella, y tampoco podemos volver a etapas anteriores de absoluta falta de control.

¿Que te incentivó más en tu trabajo en estos 38 años de profesión?
Sigo creyendo que en Galicia el rural tiene futuro, pero faltó de una manera sostenida apoyos para mejorar su imagen ante la sociedad. Hubo una época buena con el conselleiro Alfredo Suárez Canal durante la cuál se pusieron las bases para una estrategia a largo plazo para el campo gallego, pero fue un período corto de tiempo, y luego los gobernantes que vinieron después iniciaron un período que yo calificaría de déficit de implicación.

Ahora ya retirado sigo activo en las labores de divulgación y desde la presidencia de la Sociedad Gallega de Pastos y Forrajes, trato de contribuir, dentro de la humildad, a preservar las actividades en un mundo rural que siempre me fascinó y aún me emociona. Espero que sea por muchos años.

Una idea sobre ““Es muy grave que la Xunta no tenga un plan de futuro para el campo gallego”

  1. Rfor1935

    Este é o espírito que se precisa para mudar de estado as cousas. Aínda que eso atente contra a «libre liberdade» de mercado: falta querer.

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