Porco Celta de Couboeira, apuesta por la cría en extensivo en Mondoñedo

A sus 35 años y cansado de otras actividades, Nando López está montando una explotación de ganado porcino autóctono que alimenta de manera natural con cereales, hierba fresca y productos de temporada como manzanas o castañas. Asegura que le ve futuro y logró implicar a los vecinos

Nando xunto aos seus porcos na finca de 3 hectáreas onde os ten

Nando junto a sus cerdos en la finca de 3 hectáreas donde os tiene

Sus abuelos habían tenido vacas y tenía aún la maquinaria, pero las fincas estaban abandonadas. Pero lejos de resignarse a verlas así, el año pasado Nando López se decidió a montar una explotación de cerdo celta en la parroquia de Couboeira, en el ayuntamiento de Mondoñedo. Lo que nació como una afición es ya un proyecto sólido y Nando hace ya planes para poder vivir de la ganadería.

«Yo veía el cerdo celta en la tele y siempre lo asociaba a la montaña de Lugo, a la zona de O Courel o de Os Ancares. Pero un año en Silleda me acerqué al stand de Asoporcel y a partir de ahí eché dos años con la idea rondándome en cabeza hasta que en el 2018 me decidí a cerrar y acondicionar una finca de casi tres hectáreas que tenía una parte de prado y otra de monte, con pino de Oregón, eucalipto y roble», explica Nando.

«El cierre exterior compensa hacerlo bien porque da tranquilidad. Yo metí alambre cinegético reforzado de dos metros de alto y pastor eléctrico por dentro y por fuera»

Compró los materiales para cerrar la parcela alrededor y para hacer un pequeño cobertizo de madera donde guarda el cereal y alimenta a los animales y puso él todo el trabajo, ayudado por otros vecinos, para abaratar. El gasto fue de unos 6.500 euros, la mayor parte en el cierre perimetral, que le valió unos 5.000 euros. Fueron 350 columnas de hormigón a 9 euros cada una, un palé de cemento y 1.000 euros solo en la malla, recuerda.

Peche exterior da finca

Cierre exterior de la finca

«El cierre exterior eché cuentas y compensa hacerlo bien. Yo decidí hacer un buen cierre por tranquilidad», dice. La cerca mide dos metros y está hecha con alambre cinegético reforzado tensado mediante columnas de hormigón. Además de la malla, tiene también cierre eléctrico con hilo de pastor por dentro, para que los cerdos no salgan, y por fuera, para evitar que el lobo y el jabalí entren.

Ahora va a poner también cámaras de videovigilancia en la finca para tenerla controlada desde el móvil. «La inversión es ridícula para la seguridad que da poder tener la parcela vigilada desde el teléfono y es muy útil para los partos para no tener que estar aquí haciendo guardia», dice.

También construyó un pequeño cobertizo donde fue más austero con los materiales. Lo hizo de madera y gastó unos 1.500 euros. Con la infraestructura básica construida, le tocó el turno a los inquilinos. Comenzó metiendo 19 animales de cebo. «Los compré con 2 meses, ya destetados», cuenta. Los vendió todos con facilidad y eso lo animó a dar el salto a criar. «Ante la demanda que hay de cebo de lechón y también de cerdos para vida me voy a meter a criar y cebar», explica.

Tiene la finca dividida en cuatro subparcelas para para evitar el sobrepastoreo y dejar descansar el terreno para que recupere la vegetación

Entre los 19 animales que compró para cebar los técnicos de la Asociación de Criadores de Raza Porcina Celta (Asoporcel) seleccionaron 5 hembras que va a dejar como madres. En una explotación reducida como la que Nando va a montar se permiten 4 reproductoras, más una de reposición, además del macho, que hace las funciones de semental y que ya compró. Se llama Breogán.

«Inicialmente mi idea era hacer solo silvopastoreo con unos cuántos animales para limpiar la finca y tener carne para autoconsumo, pero ahora lo encaminé hacia una explotación mixta para poder compaginar la ceba y la cría», indica.

Más inversión

El cambio de idea lo obligó también a hacer nuevas inversiones. Está construyendo una sala para el macho y cuatro parideras, más una dependencia para tener el cereal. Esta nueva instraestructura ya no es de madera. «Empecé rústico y ahora ya estoy haciendo obra para que sea más duradera, pensando en vivir de esto. Queda mucho camino por andar, pero sí que me gustaría y calculo que en 5 años podría vivir solo de esto. Tendría que tener 8 madres y con eso podría sacar un sueldo digno», razona.

«Calculo que en 5 años podré vivir solo de esto y la inversión es ridícula comparada con una explotación de vacas de leche, por ejemplo. Y no es tan esclavo»

«La inversión es ridícula comparada con una explotación de vacas de leche, por ejemplo, y no es tan esclavo, porque los horarios aquí permiten tener tiempo libre», dice. «Tener los cerdos no me resta calidad de vida. Me gustan mucho las motos y esto no me quita de ir a las concentraciones por toda Galicia», explica.

A mayores de nave de cría, Nando va a montar también tolvas de alimentación metálicas y bebederos. «Hasta ahora les daba de comer todos los días manualmente pero voy a poner tolvas para alimentación y también quiero mejorar y facilitar la limpieza. Quiero tenerlo cómodo e higiénico, sobre todo para los partos», indica. En total, calcula que gastará otros 10.000 euros.

Rotación por las distintas parcelas

Traelles herba fresca cada dous días

Les trae hierba fresca cada dos días

Nando ha subdividido la superficie de 3 hectáreas en 4 parcelas para evitar el sobrepastoreo. «En verano roto cada mes y medio, en invierno la vegetación aguanta un poco más y tardo unos tres meses en cambiarlos», explica. «No vuelven a la misma parcela en todo el año y eso permite recuperar el pasto. Hay gente que los tiene en tierra o en el barro pero a mí me interesa tener siempre vegetación. Son 19 animales juntos pero si la finca es grande no deterioran tanto el monte y yo en 3 hectáreas de superficie con este sistema podría tener 40 animales», explica.

El monte en el que Nando tiene la explotación estaba sin rozar pero de eso ya se encargaron sus cerdos. «Lo que es el tojo y la silva lo comen todo y después mueven la tierra, lo que hace que salga hierba», cuenta. A mayores de un preparado de cereales específico para cerdo celta diseñado por Asoporcel a base de maíz, cebada y trigo, los suplementa con hierba y cultivos de temporada que les aporta en la propia parcela.

Nando suplementa la alimentación a base de cereales con los excedentes de la huerta y productos de temporada como manzanas

«En mi casa había explotación de vacas y tengo maquinaria. La finca donde tengo los cerdos no me genera todo pero traigo de otras parcelas. Así aprovecho para limpiar también las otras fincas. Les doy hierba y vallico. Cada dos días voy a buscar un tractor de hierba recién cortada y me dura para dos días. Si la hierba viene fresca la comen, pero si pasa un par de días al sol ya no la quieren y la usan de cama. También tengo huerta y les doy los excedentes: coles, repollos, nabos, berzas y en primavera y en verano tomates y lechugas que se pasan. En la época de las manzanas les doy también manzanas, comen hasta 70 kilos diarios cuando las hay. Al meterles huerta y hierba también destrozan menos el monte donde están y la vegetación es capaz de regenerarse», argumenta.

Ceba con castaña los últimos 4 meses

Breogán será o semental da explotación. Mercouno este ano e é de da variedade carballiña.

Breogán será el semental de la explotación. Lo compró este año y es de la variedad carballina.

Compra también castaña de descarte para los cuatro meses finales de ceba. «Con el maíz no abusamos, les gusta mucho pero les da mucha grasa. Yo se lo tiro a granel por el monte, eso los motiva a buscar y hurgar», explica. «Estos cerdos están todo el día moviéndose por la finca, en el cobertizo no están casi nunca. Mucha gente dice que esta raza de cerdo tiene mucha grasa pero eso es porque no se pueden criar en una cuadra como un cerdo blanco. Hay gente que los cebaba en casa dentro de un establo y no es un animal para eso», asegura.

«A diferencia de los cerdos blancos que se creían en casa, en los que lo importante es la ceba, en estos lo importante es el arranque tras el destete, que es un momento en el que no se puede escatimar cereal, y la finalización los últimos cuatro meses antes del sacrificio, que es donde se logra la grasa infiltrada», dice.

«Lo importante es el arranque tras el destete, ahí no se puede escatimar cereal, y los cuatro meses de finalización antes del sacrificio, que es donde se logra la grasa infiltrada»

La cría que hace este productor es totalmente en extensivo. Y destaca el bienestar animal de este modo de ganadería. «Están libres, entran y salen cuando quieren del refugio en el que comen y en el que guardo el cereal», explica. «También tienen el agua a su disposición. Tengo tres manantiales propios, lo que me permite tenerles agua corriendo todo el día, tanto de día como de noche, las 24 horas. Hay tomas repartidas por la finca y el agua sobrante la junto en la parte baja de la parcela en un charco para que se bañen», cuenta.

Control sanitario

Ten un mastín do Pireneo sempre cos porcos ao que non lle deixa sair da finca para evitar que traia enfermidades

Con los cerdos tiene un mastín del Pirineo al que no deja salir de la finca para evitar que traiga enfermedades

A pesar de estar sueltos, Nando destaca que «el cerdo celta es un animal dócil». Defiende el contacto diario con los animales. «Es algo que me interesa sobre todo en las hembras para que sean más fáciles de manejar y está claro que la manera en la que los tratas resulta después a la hora del manejo», defiende. A nivel sanitario, dice, «esta raza de cerdo es muy difícil que enferme». «Solo los pincho para Aujeszky y desparasito dos veces al año. Desparasitar es muy importante para garantizar que coman y vacunar para Aujeszky es muy importante también por si te entra el jabalí», explica.

«Yo tengo un mastín del Pirineo siempre con ellos en la finca. Al perro no le dejo salir nunca del cercado para evitar que pueda traer alguna enfermedad. El mastín no los molesta y si entrase un lobo al ser un perro de montaña lo atacaría», dice.

En la parcela cuenta con una manga para facilitar los tratamientos y destaca que los crotales con microchip que se usan en el cerdo celta «facilitan el control». «Los cerca de 150 productores de toda Galicia que estamos en Asoporcel estamos siguiendo las mismas pautas y eso hace que el producto final sea también uniforme en calidad», afirma.

Destaca la labor de la Asociación de Criadores de Raza Porcina Celta y piensa que el mérito es compartido. «Nosotros sin la Asociación no haríamos nada y la Asociación sin nosotros tampoco, así que el mérito es 50% de Asoporcel y 50% nuestro», dice. Después de dos décadas de actividad, una de las cosas que valora, además del asesoramiento y ayuda técnica, es la promoción que Asoporcel hace en ferias, restaurantes y puntos de venta porque «eso nos abre camino a los productores y nos facilita mercado». «Es fundamental que la gente pruebe primero para luego nosotros poder vender», razona.

Contacto con el consumidor final

Nando asegura que a la hora de buscar salida a un producto de calidad como es la carne de cerdo celta es importante el contacto y el trato directo con el cliente final. Es algo a lo que él está acostumbrado, pues tiene una empresa de venta y distribución de pescado.

Tiene una empresa de venta y distribución de pescado y aprovecha esa logística para servir la carne directamente al cliente en su casa

«A día de hoy el consumidor quiere saber el origen de ese cerdo y la alimentación que tuvo», asegura. Por eso cuida las redes sociales y en la página de facebook de Porco Celta de Couboeira sube periódicamente vídeos de la alimentación que les da a sus animales, fotos de su crecimiento e incluso recetas y artículos sobre las características de esta raza autóctona. «Hoy las redes sociales son un canal muy bueno para llegar a la clientela», dice.

Ese contacto con el cliente final le permite vender directamente al consumidor. «Al vender a particulares les sacas más, a lo mejor un par de euros más en kilo», asegura. Nando aprovecha la logística de su empresa de venta y distribución de pescado también para la comercialización del cerdo celta, por ejemplo la furgoneta isotermo. «Los cerdos van al matadero, recojo la carne ya despedazada y la entrego a domicilio», explica.

«Tengo ya vendidos cuatro animales para gente de ciudad que me pide media canal. Es más lioso pero lo voy a hacer porque facilita la venta, hoy la gente en los pisos tiene poco sitio en los congeladores», argumenta. Para aprovechar mejor también los momentos de más demanda, dice que «lo ideal sería programar los partos para vender dos veces en el año».

La implicación de los vecinos

Os veciños aparécenlle con carretillas de verzas e con caixas de mazás para os porcos

Los vecinos le aparecen con carretillas de berzas y cajas de manzanas para los cerdos

Nando destaca que la cría de cerdo celta genera actividad local. Aserraderos, albañiles, fontaneros, ferreterías y empresas de material de contrucción son necesarias durante la puesta en marcha de las instalaciones. Luego son las fábricas de pienso, los mataderos y las carnicerías las que se ven beneficiadas.

Couboeira tiene 25 vecinos y solo 3 niños. La iniciativa de Nando los acabó implicando a todos ellos. «Los vecinos me traen comida para los cerdos, me aparecen aquí con carretillas de berzas, con cajas de manzanas…», describe. «También me facilitan fincas gratuitamente si quisiese aumentar, pero no me meto a eso de momento por el coste que tiene cerrarlas», cuenta. Dispone de otra finca familiar de 8 hectáreas en la que hay frutales y en la que va a plantar también castaños de fruta «para ir preparándola para si esto va bien dar el salto para esa otra finca», avanza.

La ilusión que Nando le pone a su ganadería en extensivo es contagiosa. Un vecino suyo, Eduardo Ibáñez, que está en Barcelona pero viene tres veces en el año a Couboeira, le fue a ver los cerdos y está pensando seguir sus pasos. «Marchó para Barcelona con 100 kilos de carne en neveras en el coche. Está cansado de la ciudad y está pensando en venirse y dedicarse a esto. Ve relax y una vía de negocio», cuenta. También él hace esa misma lectura: «estoy viendo que tengo más calidad de vida en esto que en el pescado, en el que tenía que madrugar mucho y andaba siempre estresado», concluye.

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